Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

El Primer Congreso de Anáhuac

Ismael Catalán Alarcón

El sur fue muy importante en la lucha por la independencia de México. Al grito de libertad, realizado en Dolores, Guanajuato, por Miguel Hidalgo y Costilla, lo secundaron los alzamientos encabezados por los hermanos Rafael, Ignacio y Juan Orduña en Tepecoacuilco y por José González en Iguala. Contra ellos se lanzaron las tropas de Antonio Andrade. Los Orduña fueron fusilados, pero aparecieron cientos y cientos de nuevos insurgentes.

José María Morelos y Pavón, fue enviado por Miguel Hidalgo para organizar un ejército en el sur y tomar el estratégico Puerto de Acapulco. A esa lucha se le unieron masivamente vecinos de diferentes pueblos surianos. En Coahuayutla por ejemplo: Rafael Valdovinos; en Zacatula, Marcos Martínez; en Petatlán, Bautista Cortés; en Tecpan, Ignacio Ayala y los hermanos Galeana. En ese momento Morelos ya contaba con 3 mil hombres.

También destacaron como jefes y oficiales insurgentes: Miguel Ávila, Fermín Galeana, Cesáreo Ramos, Juan Álvarez, Ignacio González, Mariano Tabares, Leonardo, Miguel, Máximo y Nicolás Bravo; Hermenegildo Galeana, Valerio Trujano, Miguel Primo y Vicente Guerrero, entre otros muchos mas.

Desde finales de 1810, la historia registró muchas y muy notables acciones de armas independentistas en lo que hoy es el estado de Guerrero: Cerro del Veladero, La Sabana, Tres Palos, Tepecoacuilco, Quetzalapa, Chilpancingo, Tixtla, Chilapa, Taxco y la de Acapulco, ocurrida el 20 de agosto de 1813.

De notoria importancia lo fue el primer congreso de Anáhuac, celebrado en el pueblo de Chilpancingo durante los días 13 y 14 de septiembre. Aquí, Morelos presentó el documento que se llamó los Sentimientos de la nación y se firmó lo que sería el acta de independencia política de México.

La víspera del primer congreso popular

Relata Ignacio Manuel Altamirano en su Cuadro de la Insurrección de 1810, que Morelos participó en la batalla de Tixtla cuando ese poblado tenía tan solo unos 4 mil habitantes. Va un fragmento: “como viese Don Leonardo Bravo que Morelos se disponía a combatir como persona, se acercó a él con solicitud y le dijo: señor, usted no debe exponerse así como un soldado. Para eso estamos aquí nosotros. Usted debe disponer y nosotros ejecutar. Ruego a usted, en nombre de todos que no se exponga”.

“Amigo Bravo, respondió con firmeza Morelos, hay casos que la táctica consiste en el arrojo y la orden del general debe ser el ejemplo. El enemigo tiene su fortín, su plaza, su artillería y mil seiscientos hombres. Nosotros no somos más que seiscientos y sin artillería. Sólo el arrojo puede triplicar nuestra fuerza”.

En efecto ese valor, las causas justas y la disciplina, permitieron que los independentistas tomaran la plaza en tan sólo tres horas. Luego, Morelos se trasladaría a Chilpancingo para instalar en ese lugar el Congreso de Anáhuac.

Ese 13 de septiembre de 1813, Chilpancingo que entonces era un poblado muy pequeño adquirió el rango de ciudad con el título de Nuestra señora de la Asunción. En sus angostas calles todo era movimiento; las damas María de Jesús Nava y Antonia Nava de Catalán mataron unas reses, prepararon la comida y en ollas grandes guisaron el caldo que se sirvió a la tropa y a toda la gente del pueblo.

Las mujeres vestidas de fiesta ayudaron en todo. Las del Barrio de San Francisco hicieron un gran estandarte y todas llevaban flores a los insurgentes. Era una alegría colectiva. Morelos recibió con cariño y simpatía todas esas demostraciones que el pueblo de Chilpancingo le hizo con el fin de que se instalara el Congreso, porque en medio de la guerra, no todos los lugares eran seguros para una reunión de carácter deliberativo.

El aspecto risueño del pueblo lo proporcionaban los árboles frutales y de ornato que abundaban; también jardines silvestres de múltiples flores. Su abundante vegetación prodigada por su caudaloso río (Huacapa), hacía crecer pinos en sus diversas variedades: capire, parota, encino; también abundaban las aves de coloridos plumajes.

Las penurias de la población las vivieron los insurgentes desde la primera noche en su estancia en Chilpancingo, Morelos sólo pudo alumbrarse para pode trabajar con unas velas de cebo de chivo que mandó comprar con un chiquillo al que dio un peso de cobre y que meses mas tarde sería el asistente del general Nicolás Bravo: su nombre era José María Sánchez.

La instalación del Congreso se realizó con todas las formalidades que el caso requería. Esto ocurrió en un sencillo templo de adobe dedicado al culto, donde con el paso del tiempo se construiría la actual parroquia. A la entrada de la iglesia se colocaron unas mesas para que los militares fueran colocando sus arreos de guerra en ellas.

En el púlpito, el doctor Velasco que era vicario de los alzados, conminó a los ahí presentes a alejar de sí toda pasión de intereses, guiándose sólo por lo que fuese mas conveniente a la nación.

Al término de la ceremonia y con la presencia de los electores nombrados en la provincia de Tecpan, el abogado Juan Nepomuceno Rosains, leyó el reglamento al que se sujetaría el Congreso formulado por el propio Morelos. El artículo 17 estipulaba que al término de las deliberaciones, “se expediría un decreto que declarase la independencia de América respecto de la península española: sin apellidarla con nombre de ninguna monarquía”. Asimismo, estableció la división de poderes en Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

El 14 de septiembre, Morelos expuso a los ahí reunidos la necesidad de reemplazar a la antigua junta “con un cuerpo de sabios varones, que con la denominación de Congreso Nacional, unificara, fortaleciera, controlara y guiara la revolución de independencia…”.

Los participantes en el Congreso fueron: Ignacio López Rayón, José Sixto Verduzco, José María Liceaga, Andrés Quintana Roo, Carlos María de Bustamante, José María Cos, José María Murguía, José Manuel de Herrera, Cornelio Ortíz de Zárate y Carlos Enrique del Castillo.

Fueron 23 los artículos emanados del Primer Congreso de Anáhuac. De los mas representativos destaca el primero, que reza: “América es libre e independiente de España, y de toda otra nación, gobierno o monarquía…”; el quinto, que dice: “la soberanía dimana inmediatamente del pueblo…”; el noveno dice que “los empleos los obtengan sólo los americanos…”; el artículo 14 rezaba que “para dictar una ley se haga una junta de sabios… para que proceda con más acierto…”; el 15 dice que “la esclavitud se proscribe para siempre y lo mismo la distinción de castas…”; en tanto que el 23 y último dice que “igualmente se solemnice el 16 de septiembre todos los años, como el día del aniversario en que se levantó la voz de la independencia y nuestra santa libertad comenzó…”.

 El guerrerense en la historia

 Canción inédita de Héctor Cárdenas Bello

Guerrerense que nació para la historia

guerrerense que peleó por la nación

en las páginas se escriben las memorias

de Guerrero y su valiente corazón

 

La bandera trigarante fue de Iguala

Chilpancingo su Congreso al mundo dio

de Morelos son las leyes y batallas

y San Diego en Acapulco defendió

 

¡Viva México! ¡viva México!

guerrerenses de suriano corazón

¡viva México! ¡viva México!

en el sur se hizo libre mi nación

 

Con los Bravo la bravura fue decente

y Trujano que peleó con gran lealtad

con su sangre de chinacos, sangre ardiente

los Galeana también dieron libertad

 

El abrazo de Acatempan fue glorioso

pues con él se terminó la deslealtad

es de Tuxtla aquel héroe victorioso

que a mi estado de Guerrero nombre da

 

¡Viva México! ¡viva México!

es de Iguala esa alma tricolor

¡viva México! ¡ viva México!

mil surianos que murieron con honor

 

El pasaje con su padre tan sincero

de rodillas él implora por la paz

perdón padre, pero mi patria es primero

si no es libre, no descansaré jamás

 

En Guerrero batalló el alma insurgente

en Guerrero se gestó la libertad

mil batallas en el suelo guerrerense

y mil héroes que murieron sin piedad

 

¡Viva México! viva México!

de sureños es el alma nacional

¡viva México! ¡viva México!

guerrerenses de heroísmo inmortal

 

Los pasajes guerrerenses en la historia

personajes de gran gloria y gran valor

en las luchas van triunfando las victorias

con machetes y con piedras no hay temor

 

Libertad es el gigante que nos queda

no hay cadenas, ya no hay esclavitud

y murió en estas luchas Martín Salmerón

fue de Acalco en gigante exactitud

 

¡Viva México! ¡viva México!

de sureños es el alma nacional

¡viva México! ¡viva México!

tres colores con el águila y nopal

 

Hay campanas, hay clarines, hay tambores

que hoy se agitan con orgullo al pabellón

con las luces de castillos chifladores

polvorines, ayer muerte hoy diversión

 

Con rebozos, con sarapes y sombreros

de septiembre es nuestra mexicanidad

banderitas, serpentinas y tambores

las cornetas de cartón se escuchan ya

 

¡Viva México! ¡viva México!

la bandera que se agita en el balcón

¡viva México! ¡viva México!

en el sur se hizo libre la nación.

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