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Llegan 500 policías ciudadanos a Iguala a buscar a los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos

*De ellos 17 son hijos de comisarios o integrantes de la organización, informan. Acuden desarmados, pero están listos para responder si los atacan, advierte Ernesto Gallardo. Si la población lo decide, la presencia de la autodefensa será permanente, dice un promotor de la UPOEG. Les ofrece alojo la preparatoria 32 de la UAG

Redacción

Iguala

Casi todos usan huaraches de cuero. Hay varios sombreros empolvados y miradas irritadas por el impacto del aire directo a sus ojos. Viajaron hacinados en por lo menos 20 camionetas de carga, de esas que se usan para acarrear vacas, pero esta vez la carga era diferente.
Se trata de 500 policías ciudadanos desarmados que salieron de sus comunidades de la Costa Chica para ingresar a Iguala, donde fue confeccionada la primera bandera del México independiente en 1821.
Ahí, hace exactamente 12 días fueron ejecutadas seis personas por policías municipales al servicio del grupo delincuencial Guerreros Unidos, quienes detuvieron y desaparecieron a 43 normalistas de Ayotzinapa.
El objetivo de la autodefensa, dice uno de los que viene al frente, es encontrar a los estudiantes desaparecidos. 17 de ellos son hijos de policías ciudadanos o de comisarios incorporados a la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) que, a principios del 2013 se levantó en armas en varios municipios para hacerle frente a la delincuencia.
La consigna es clara: no abandonarán la ciudad de Iguala hasta encontrar vivos o muertos a los desaparecidos. Incluso dijeron que irán más allá, buscarán a personas desaparecidas aunque sean ajenas a Ayotzinapa y a la UPOEG.
Crisóforo García Rodríguez, promotor de la UPOEG en la Costa Chica advirtió que si la población así lo decide, la presencia de la Policía Ciudadana en Iguala será permanente, incluso dijo que están dispuestos a enseñar a los igualtecos todo lo relacionado al Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadano (SSJC) para que sean ellos quienes se movilicen y tomen el control de la seguridad.
–¿Vienen a limpiar a Iguala del narcotráfico como lo hicieron en los poblados de la Costa Chica?– preguntó una reportera cuando Crisóforo informaba sobre su presencia en el municipio.
–Es probable, si la ciudadanía nos lo solicita. Si la ciudadanía dice que adelante, nosotros vamos a estar con ellos–, respondió.
Al menos ocho de los 17 desaparecidos son de Tecoanapa, otros más son de Ayutla, en ambos municipios hay presencia de la UPOEG, y en ambos la gente está preocupada.
El comandante Ernesto Gallardo Grande, quien encabeza a la Policía Ciudadana en Tecoanapa -el único municipio donde el Sistema de Seguridad y Justicia de la UPOEG tiene el control total de la seguridad, desplazando a las autoridades locales- advirtió que si alguno de sus miembros es agredido por grupos del narcotráfico durante las labores de búsqueda en Iguala, “responderemos con todo”.
“Si es necesario iremos casa por casa, barranca por barranca, iremos al monte  o a los cerros, a donde nos den información, porque es cierto que llegó el gobierno federal y todo pero también la gente tiene miedo de hablar y queremos contribuir como asociación social a que nos den datos y presionar al gobierno y se haga justicia”, expuso.
Los líderes del movimiento dejaron en claro que la búsqueda que ellos emprendan será distinta a la que realizan los cuerpos de seguridad de los tres niveles de gobierno, entre ellos los de la Gendarmería Nacional que llegaron a esta ciudad la tarde del lunes en una operación por demás ostentosa.
Pese a esto, aclararon que no se confrontarán con las autoridades.
“El domingo acordamos ir a campo para ayudar a la búsqueda porque los policías buscan en carretera, y nosotros buscaremos a ras del campo, este método de búsqueda del campesino”, explicó el dirigente de la UPOEG y fundador de la Policía Ciudadana, Bruno Plácido Valerio en la ciudad de Chilpancingo, donde a las 11 de la mañana se concentraron los 500 policías ciudadanos y comisarios para dirigirse a Iguala.
La búsqueda será pueblo por pueblo. Los policías desarmados se distribuirán en varios grupos para dar mayor cobertura y peinar la zona rural de Iguala, con la esperanza de encontrar a los estudiantes con vida.
Plácido Valerio dijo estar consciente de los riesgos que esto implica, principalmente porque las autoridades reconocen que en Iguala opera el grupo delictivo Guerreros Unidos, al que está aliado el alcalde con licencia, José Luis Abarca Velázquez (hoy prófugo de la justicia), y que es responsable de las extorsiones, asesinatos, secuestros y homicidios en ese municipio de la región Norte, actualmente la zona más violenta de la entidad.
Los policías ciudadanos se reunieron en el Congreso local, y a pesar de haber anunciado su salida a las 7 de la mañana, partieron de la capital del estado a las 4 de la tarde, después de que Bruno Plácido fuera llamado por el gobierno del estado para reunirse en Casa Guerrero.
Durante la espera se trató de platicar con algún padre que estuviera buscando a su hijo, pero se negaron a dar alguna declaración sobre la desaparición.
Ya en Iguala, alrededor de las 8 de la noche, docentes y directivos de la preparatoria número 32 de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) recibieron a la caravana de la autodefensa.
En un acuerdo previo, los profesores de esa institución ofrecieron sus instalaciones para que ahí pasen la noche todas las personas que participarán en la búsqueda. Se coordinaron también para llevar comida, agua y café.
El director del plantel, Sir de Aquino Abarca explicó que este acuerdo fue exclusivo de los docentes, es decir, no intervino el rector de la máxima casa de estudios, Javier Saldaña Almazán, quien se ha limitado a lamentar la situación que prevalece en Iguala mediante comunicados y declaraciones.
El docente indicó que estas acciones son en muestra de solidaridad con los padres de los normalistas desaparecidos y se dijo preocupado por la ola de violencia que ha golpeado a la ciudad.
Hoy, a partir de las 7:00 de la mañana, varios grupos de policías ciudadanos se distribuirán por pueblos, cerros y colonias marginadas para emprender la búsqueda de 47 estudiantes que fueron detenidos y luego desaparecidos por policías municipales al servicio del narcotráfico.

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