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Jaime Castrejón Diez

 El efecto del informe

El principal efecto del reciente informe presidencial, nos hace regresar la imaginación a los momentos que se vivieron en 1988. El regreso a la presión callejera, un Congreso que no está a la altura de los tiempos y que en última instancia queda el sabor de boca, para la opinión pública, de que estamos en un proceso regresivo en lugar de un proceso evolutivo que es lo que necesita el país.

Por su parte el Presidente Vicente Fox en su discurso buscó una tregua. Da la impresión que es un movimiento hacia la negociación un poco tardía, hasta después de cuatro años de gobierno, cuando solamente le queda uno efectivo porque el último año es la campaña presidencial y su influencia o su posibilidad de hacer algo habrá quedado atrás. Da la impresión desde ahora de que su logro sexenal es la alternancia, pero desde ahí no pudo o no supo conducir la transición que requiere el país.

Su partido, el PAN se ve que cerró filas y aunque en minoría buscó actuar como partido en el poder. Sin embargo, se ve que ha perdido cierto atractivo para la ciudadanía y tuvo sus prietitos en el arroz como la denuncia contra el secretario de Gobernación, Santiago Creel, y también, aunque es fácil explicar, la llegada de Felipe Calderón con muestras de respaldo dentro del mismo partido. Es decir, el partido muestra unidad ante este momento que es crítico, pero también muestra la división que existe en busca de la presidencia de la República.

El PRI tuvo por primera vez en la Cámara una voz moderada. Manlio Fabio Beltrones logró dar la impresión de que es un político que conoce la función de un Congreso en un país democrático y trata de buscar la negociación y los puntos intermedios que requiere una democracia representativa para lograr la evolución del país, pero sus esfuerzos no fueron atendidos por muchos diputados de su bancada. Muchos diputados del PRI dieron el espectáculo reiterando que lo ha caracterizado hasta ahora de tener una oposición casi a ciegas para hacer fracasar al gobierno y regresar al poder. No se vio el intento de que en esta nueva sesión la bancada priísta actuara responsablemente para lograr acuerdos que permitan la evolución del país.

Es claro que la lucha interna alienta que la mayoría se vaya “por la libre”. La insistencia de Roberto Madrazo de ser a la vez precandidato a la Presidencia de la República y líder del PRI trae dentro de ese partido una tensión, que de no resolverse, puede hacer que el partido finalmente se divida internamente o se vuelva un partido duro, autoritario que no ofrezca una alternativa al pueblo de México. También se ven fisuras internas, por ejemplo, el apoyo del líder de la fracción priísta Emilio Chuayfett, a uno de los aspirantes a la gubernatura del Estado de México, que no es el mismo gobernador Montiel, se empiezan a hacer muy obvias. Por otro lado, la lucha por expulsar a Diódoro Carrasco y Elba Esther Gordillo del PRI encuentra voces en contra de los moderadores que tratan de conciliar y lograr unificar criterios para poder confrontar a los otros partidos en la lucha por la Presidencia de la República y por obtener también una fuerte representación en el Poder Legislativo.

El PRD es el que viene a ser el mismo de 1988. Es este el partido que finalmente más se exhibió como intransigente y con poca dignidad parlamentaria, lo que le ha hecho perder legitimidad, de lo que se dan cuenta algunos de sus líderes. Es cierto que sienten como agravio el juicio de procedencia contra Andrés Manuel López Obrador y también reiteran su oposición constante a las ideas neoliberales, pero también es cierto que dio la imagen de una izquierda no evolucionada, lo que va en detrimento propio y del país. Hace que muchos reflexionen ¿estarán listos para gobernar? Es necesario reconocer que una izquierda sana y moderna es necesaria para le evolución de un país que está en transición y que requiere de un equilibrio de las fuerzas ideológicas.

El informe presidencial siempre ha tenido un valor ceremonial, pero también ha sido un punto en que la atención de la ciudadanía está no solamente en ver lo que se ha realizado, sino también ve en él un apunte hacia el futuro. La mejor noticia del informe, es el haber detectado en el Golfo de México grandes yacimientos de petróleo que obligarán a cambiar de actitud hacia la política energética o seguir sentados en la pobreza sobre un gran tesoro, esto es un reto para el poder legislativo. ¿Lo entenderán? Por otra parte, hacia el futuro se ve realmente un fenómeno de deslegitimación generalizada de los partidos políticos que han llegado al punto más bajo de su credibilidad. Los partidos ya no se ven como representantes ideológicos porque la época de la ideología a ultranza ha pasado, pero tampoco presentan a los personajes que pudieran ser atractivos para que la ciudadanía los apoye para conducir al país en los próximos años.

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