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Incendian un edificio en el Palacio de Gobierno estudiantes de Ayotzinapa tras agresión de policías

*Prenden fuego a una camioneta de Bimbo para impedir el paso de más antimotines. Lanzan piedras y botellazos policías uniformados y vestidos de civil a los normalistas para sacar a los trabajadores que estuvieron encerrados siete horas. Planeaban dejar el inmueble en la noche después de exigir la presentación con vida de los 43 jóvenes desaparecidos en Iguala

Jacob Morales Antonio

Chilpancingo

Estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en reacción a una agresión de policías vestidos de civil que los apedrearon desde adentro del Palacio de Gobierno y de antimotines que llegaron a los alrededores para desalojarlos, ingresaron al inmueble, quebraron vidrios, equipo de oficina, incendiaron el edificio Tierra Caliente y un carro repartidor de Bimbo en el boulevard del Huacapa, enfrente del Instituto Tecnológico de Chilpancingo.
Desde las 11 de la mañana los estudiantes acompañados de los familiares de los 43 detenidos-desparecidos por policías municipales de Iguala la noche del 26 de septiembre, cerraron los cinco accesos del edificio, todos llevaban los rostros cubiertos.
Reiteraron su demanda de que el gobierno del estado presente con vida a sus compañeros, la renuncia del gobernador Ángel Aguirre Rivero, castigo a los responsables materiales e intelectuales de la matanza y agresión que sufrieron, de las que acusan al gobernador, al presidente municipal con licencia y prófugo José Luis Abarca Velázquez, y al secretario de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores Velázquez.
Antes de la irrupción en el Palacio de Gobierno dejaron salir a las mujeres, adultos mayores, personas con capacidades diferentes y a quienes realizaban trámites en las oficinas de las secretarías de Administración y Finanzas, de Gobierno, Desarrollo Social, Seguridad Pública, de la Juventud, de la Mujer, Comunicación Social, y las oficinas de la Secretaría Particular del gobernador, ubicadas en los edificios Costa Chica, Costa Grande, Acapulco, Centro, Norte, Tierra Caliente, y Montaña. Cifras de los trabajadores indicaron que ahí laboran unos 2 mil burócratas.
Dentro del inmueble quedaron el secretario de Administración y Finanzas, Jorge Salgado Leyva, el secretario de seguridad pública, Leonardo Vázquez Pérez y el secretario del Trabajo Alberto López Rosas, quien despacha en un cubículo en la Secretaría de Gobierno.
Alrededor de las 5:00 de la tarde en la puerta que da al auditorio José Joaquín de Herrera, policías con equipo antimotín y otros de civil agredieron a los estudiantes, a la fuerza empujaron la puerta y aventaron piedras a los normalistas, quienes se replegaron y respondieron la agresión, al momento que los trabajadores salieron del lugar apoyados por los uniformados que bajaron de la calle Recursos Hidráulicos.
Un trabajador de la Secretaría de Gobierno que se acercó a los reporteros denunció que el área de Personal, que es la encargada de avisar que desalojen las oficinas cuando hay protestas, sólo avisó a los de la Secretaría de Finanzas y Administración.
El secretario general del comité de estudiantes Ricardo Flores Magón, Pedro David García López informó en la mañana a este reportero que en el transcurso de la noche desalojarían el inmueble, y el cierre era parte de las acciones para que el gobierno del estado presente con vida a los 43 estudiantes que policías detuvieron y desaparecieron en Iguala, además de que no hay avances en la investigaciones.
Alrededor de las 11 de la mañana estudiantes de la Normal de Ayotzinapa a bordo de cuatro autobuses, dos de la línea Estrella de Oro, otro de Alta Mar y uno más de Futura (Estrella Blanca) llegaron al Palacio de Gobierno, y media hora después en cuatro autobuses más acudieron los padres de familia y otro grupo de normalistas.
Unos 300 jóvenes con los rostros cubiertos, gorras y lentes de sol, colocaron cadenas en las entradas del edificio; cuatro puertas son utilizadas para el acceso en automóvil, de éstas, tres están ubicadas sobre la calle Recursos Hidráulicos. La entrada principal y otra puerta de acceso vehicular se sitúan sobre el bulevar del río Huacapa.
En la entrada principal colocaron una manta que decía en mayúsculas “IGUALA, GUERRERO, CUNA DE ASESINOS. ¡JUSTICIA!”, que acompañaba dos lonas con las imágenes de los estudiantes acribillados la noche del 26 y madruga del 27 de septiembre: Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo, además de Julio César Mondragón que fue asesinado y encontrado un día después con el rostro desollado.
Media hora después, los trabajadores que se encontraban en las oficinas de gobierno quedaron atrapados por la protesta de los normalistas, se reunieron en el sótano del edificio para tratar de salir subiendo por una escalera improvisada en la parte trasera del edificio, pero los estudiantes impidieron la acción.
Algunos trabajadores que no pudieron entraran al edificio se ubicaron en la sombra del centro comercial Soriana, tomaron fotos que compartieron en redes sociales, e hicieron comentarios como “¿esos cabrones de nuevo?, ya, que los manden a la chingada”.
La tienda comercial cerró sus puertas luego de que los estudiantes agarraron los carritos de compras para colocarlos en el espacio entre el piso y las puertas de acceso para impedir que los burócratas salieran.
Minutos después de las 11:30 de la mañana los estudiantes que se encontraban en la puerta de acceso al auditorio José Joaquín de Herrera quebraron los vidrios de la caseta de vigilancia, y 10 minutos después los que se encontraban atrás del Palacio lanzaron piedras con resorteras a los ventanales, para evitar que los trabajadores trataran de salir.
En ese momento un guarura vestido de civil agarró el arma que traía en la cintura y de manera amenazante volteó a ver a los estudiantes como si les fuera a disparar, pero un policía del edificio le pidió que se tranquilizara y lo retiró del lugar.
Albañiles que estaban en los alrededores miraban con detalle cada movimiento de los estudiantes y de los trabajadores que se encontraban en el sótano del edificio. Una familia que pasó por el lugar exclamó “ánimo” a los estudiantes.
Para las 12 del día el fuerte sol que calentó hasta las sombras de los manifestante hizo que varios socorrieran a las tiendas por agua y otros más compraron a las vendedoras ambulantes.
Una hora después los policías que resguardan el Palacio de Gobierno cerraron con barrotes de fierro dos de los tres accesos que se encuentran en la calle Recursos Hidráulicos. Mientras un helicóptero de la secretaría de seguridad de estado con matrícula XC-LLX sobrevoló la zona a baja altura, pero los estudiantes lo ahuyentaron del lugar lanzando cuetes al aire.

La salida de las mujeres

Alrededor de la 13:50 horas los trabajadores que se encontraban en el sótano y oficinas además de visitantes que realizaban trámites, se concentraron en la explanada del Palacio de Gobierno y se formaron, hasta ese momento la salida para ellos era incierta.
Minutos después se presentó el presidente encargado de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), Ramón Navarrete Magdaleno, quien dialogó con los normalistas y pidió que dejaran salir a las mujeres y personas de la tercera edad. 25 minutos después salieron las primeras trabajadoras, encabezaron la fila las embarazadas, de la tercera edad, discapacitados y al final las empleadas más jóvenes.
Para las 3:45 de la tarde los que se quedaron adentro reclamaron a los estudiantes el encierro, argumentaron que estaban a favor de su lucha y que ellos eran sólo empleados.
Los comentarios subieron de tono cuando los trabajadores comenzaron agredir verbalmente a los estudiantes, a quienes exigían descubrirse el rostro porque afirmaron que no eran normalistas y eran vándalos.
15 minutos después por el acceso al auditorio José Joaquín de Herrera comenzaron a salir algunos hombres que demostraron que realizaban trámites en las oficinas, pero a los empleados se les impidió salir. dejar su cargo al frente de la dependencia.
“Por falta de interés, responsabilidad, no se evitó la situación. Ahorita con la investigación que se está haciendo si resultan culpables (la SEG), se tienen que ir”, expresó.
Con respecto a la situación de violencia e inseguridad que se vive en el estado, el dirigente de la CETEG dijo que entre la sociedad hay mucha tristeza y coraje, lo que se desbordó desde las muertes de normalistas y civiles.
Concluyó diciendo que los elementos de la Marina, el Ejército mexicano y la Policía Estatal deberían estar “entre los cerros, buscando a los muchachos”.
Después de permanecer durante más de 40 minutos en las instalaciones de la PGR, el grupo de maestros abordó un autobús de la CETEG, que utilizan para trasladarse a los puntos en donde protestan, y se dirigieron a la caseta de Palo Blanco.
Los 100 integrantes tomaron el control de la caseta de cobro y permitieron el paso de los automovilistas, a quienes les solicitaron una cooperación voluntaria, que será destinada a las familias de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, además de entregarles hojas con información respecto al movimiento por el esclarecimiento de los hechos violentos ocurridos en Iguala.
La actividad duró poco más de tres horas, desde las 2 hasta las pasadas las 5 de la tarde, tras lo cual se retiraron hacia el centro de la ciudad para llevar a cabo el incendio del Palacio Municipal, ubicado en el centro capitalino, mismo que mantienen tomado en tanto no se tengan noticias acerca del paradero de los 43 normalistas y la identidad de los responsables intelectuales y materiales de la masacre.

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