Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Incendian normalistas edificio del Palacio de Gobierno y cetegistas queman parte del Ayuntamiento

*Estudiantes tenían cerrado el inmueble desde las 11 horas y alrededor de las 5 de la tarde prendieron fuego al edificio Tierra Caliente y a una camioneta repartidora como reacción a la llegada de antimotines y luego de que policías vestidos de civil los atacaron a pedradas

*Escaramuza de maestros de la CETEG con policías en el Congreso, donde queman una carpa por la mañana; y cerca de las 7 de la noche piden a empleados que abandonen el Palacio Municipal donde incendian oficinas

*Llama el gobierno del estado a la reconciliación

Incendian un edificio en el Palacio de Gobierno estudiantes de Ayotzinapa tras agresión de policías

*Prenden fuego a una camioneta de Bimbo para impedir el paso de más antimotines. Lanzan piedras y botellazos policías uniformados y vestidos de civil a los normalistas para sacar a los trabajadores que estuvieron encerrados siete horas. Planeaban dejar el inmueble en la noche después de exigir la presentación con vida de los 43 jóvenes desaparecidos en Iguala

Jacob Morales Antonio

Chilpancingo

Estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en reacción a una agresión de policías vestidos de civil que los apedrearon desde adentro del Palacio de Gobierno y de antimotines que llegaron a los alrededores para desalojarlos, ingresaron al inmueble, quebraron vidrios, equipo de oficina, incendiaron el edificio Tierra Caliente y un carro repartidor de Bimbo en el boulevard del Huacapa, enfrente del Instituto Tecnológico de Chilpancingo.
Desde las 11 de la mañana los estudiantes acompañados de los familiares de los 43 detenidos-desparecidos por policías municipales de Iguala la noche del 26 de septiembre, cerraron los cinco accesos del edificio, todos llevaban los rostros cubiertos.
Reiteraron su demanda de que el gobierno del estado presente con vida a sus compañeros, la renuncia del gobernador Ángel Aguirre Rivero, castigo a los responsables materiales e intelectuales de la matanza y agresión que sufrieron, de las que acusan al gobernador, al presidente municipal con licencia y prófugo José Luis Abarca Velázquez, y al secretario de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores Velázquez.
Antes de la irrupción en el Palacio de Gobierno dejaron salir a las mujeres, adultos mayores, personas con capacidades diferentes y a quienes realizaban trámites en las oficinas de las secretarías de Administración y Finanzas, de Gobierno, Desarrollo Social, Seguridad Pública, de la Juventud, de la Mujer, Comunicación Social, y las oficinas de la Secretaría Particular del gobernador, ubicadas en los edificios Costa Chica, Costa Grande, Acapulco, Centro, Norte, Tierra Caliente, y Montaña. Cifras de los trabajadores indicaron que ahí laboran unos 2 mil burócratas.
Dentro del inmueble quedaron el secretario de Administración y Finanzas, Jorge Salgado Leyva, el secretario de seguridad pública, Leonardo Vázquez Pérez y el secretario del Trabajo Alberto López Rosas, quien despacha en un cubículo en la Secretaría de Gobierno.
Alrededor de las 5:00 de la tarde en la puerta que da al auditorio José Joaquín de Herrera, policías con equipo antimotín y otros de civil agredieron a los estudiantes, a la fuerza empujaron la puerta y aventaron piedras a los normalistas, quienes se replegaron y respondieron la agresión, al momento que los trabajadores salieron del lugar apoyados por los uniformados que bajaron de la calle Recursos Hidráulicos.
Un trabajador de la Secretaría de Gobierno que se acercó a los reporteros denunció que el área de Personal, que es la encargada de avisar que desalojen las oficinas cuando hay protestas, sólo avisó a los de la Secretaría de Finanzas y Administración.
El secretario general del comité de estudiantes Ricardo Flores Magón, Pedro David García López informó en la mañana a este reportero que en el transcurso de la noche desalojarían el inmueble, y el cierre era parte de las acciones para que el gobierno del estado presente con vida a los 43 estudiantes que policías detuvieron y desaparecieron en Iguala, además de que no hay avances en la investigaciones.
Alrededor de las 11 de la mañana estudiantes de la Normal de Ayotzinapa a bordo de cuatro autobuses, dos de la línea Estrella de Oro, otro de Alta Mar y uno más de Futura (Estrella Blanca) llegaron al Palacio de Gobierno, y media hora después en cuatro autobuses más acudieron los padres de familia y otro grupo de normalistas.
Unos 300 jóvenes con los rostros cubiertos, gorras y lentes de sol, colocaron cadenas en las entradas del edificio; cuatro puertas son utilizadas para el acceso en automóvil, de éstas, tres están ubicadas sobre la calle Recursos Hidráulicos. La entrada principal y otra puerta de acceso vehicular se sitúan sobre el bulevar del río Huacapa.
En la entrada principal colocaron una manta que decía en mayúsculas “IGUALA, GUERRERO, CUNA DE ASESINOS. ¡JUSTICIA!”, que acompañaba dos lonas con las imágenes de los estudiantes acribillados la noche del 26 y madruga del 27 de septiembre: Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo, además de Julio César Mondragón que fue asesinado y encontrado un día después con el rostro desollado.
Media hora después, los trabajadores que se encontraban en las oficinas de gobierno quedaron atrapados por la protesta de los normalistas, se reunieron en el sótano del edificio para tratar de salir subiendo por una escalera improvisada en la parte trasera del edificio, pero los estudiantes impidieron la acción.
Algunos trabajadores que no pudieron entraran al edificio se ubicaron en la sombra del centro comercial Soriana, tomaron fotos que compartieron en redes sociales, e hicieron comentarios como “¿esos cabrones de nuevo?, ya, que los manden a la chingada”.
La tienda comercial cerró sus puertas luego de que los estudiantes agarraron los carritos de compras para colocarlos en el espacio entre el piso y las puertas de acceso para impedir que los burócratas salieran.
Minutos después de las 11:30 de la mañana los estudiantes que se encontraban en la puerta de acceso al auditorio José Joaquín de Herrera quebraron los vidrios de la caseta de vigilancia, y 10 minutos después los que se encontraban atrás del Palacio lanzaron piedras con resorteras a los ventanales, para evitar que los trabajadores trataran de salir.
En ese momento un guarura vestido de civil agarró el arma que traía en la cintura y de manera amenazante volteó a ver a los estudiantes como si les fuera a disparar, pero un policía del edificio le pidió que se tranquilizara y lo retiró del lugar.
Albañiles que estaban en los alrededores miraban con detalle cada movimiento de los estudiantes y de los trabajadores que se encontraban en el sótano del edificio. Una familia que pasó por el lugar exclamó “ánimo” a los estudiantes.
Para las 12 del día el fuerte sol que calentó hasta las sombras de los manifestante hizo que varios socorrieran a las tiendas por agua y otros más compraron a las vendedoras ambulantes.
Una hora después los policías que resguardan el Palacio de Gobierno cerraron con barrotes de fierro dos de los tres accesos que se encuentran en la calle Recursos Hidráulicos. Mientras un helicóptero de la secretaría de seguridad de estado con matrícula XC-LLX sobrevoló la zona a baja altura, pero los estudiantes lo ahuyentaron del lugar lanzando cuetes al aire.

La salida de las mujeres

Alrededor de la 13:50 horas los trabajadores que se encontraban en el sótano y oficinas además de visitantes que realizaban trámites, se concentraron en la explanada del Palacio de Gobierno y se formaron, hasta ese momento la salida para ellos era incierta.
Minutos después se presentó el presidente encargado de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), Ramón Navarrete Magdaleno, quien dialogó con los normalistas y pidió que dejaran salir a las mujeres y personas de la tercera edad. 25 minutos después salieron las primeras trabajadoras, encabezaron la fila las embarazadas, de la tercera edad, discapacitados y al final las empleadas más jóvenes.
Para las 3:45 de la tarde los que se quedaron adentro reclamaron a los estudiantes el encierro, argumentaron que estaban a favor de su lucha y que ellos eran sólo empleados.
Los comentarios subieron de tono cuando los trabajadores comenzaron agredir verbalmente a los estudiantes, a quienes exigían descubrirse el rostro porque afirmaron que no eran normalistas y eran vándalos.
15 minutos después por el acceso al auditorio José Joaquín de Herrera comenzaron a salir algunos hombres que demostraron que realizaban trámites en las oficinas, pero a los empleados se les impidió salir. Enfrentamiento con antimotines vestidos de civil y el incendio de un automóvil

Alrededor de las 5:00 de la tarde, unos 300 policías antimotines llegaron por el bulevar en el carril de norte a sur, a unos metros del Tecnológico de Chilpancingo para desalojar a los estudiantes que mantenían cerrados los accesos del Palacio de Gobierno.
La mayoría de los estudiantes se trasladaron a encararlos, pero en la puerta donde momentos antes salieron civiles, se quedaron resguardando una docena de estudiantes que fueron atacados por los antimotines vestidos de civil (que asemejaban ser trabajadores administrativos) con piedras y botellas de vidrio.
Apoyados por un grupo de policías que salió de la calle Recursos Hidráulicos y que con pinzas rompieron el candado que los normalistas habían colocado, salieron entre empujones y jaloneos los trabajadores que quedaban. Mientras los estudiantes se replegaron hacia la puerta principal. Ahí, como pudieron, quitaron adoquines de las banquetas y las utilizaron como proyectiles para romper los vidrios de los diferentes edificios.
Al mismo tiempo un autobús fue atravesado en la avenida para impedir la llegada de los antimotines al Palacio de Gobierno. Los estudiantes retuvieron un carro repartidor de la empresa Bimbo y alrededor de las 5:20 lo voltearon e incendiaron para detener el avance de los uniformados.
En ese instante un vendedor salió de la nada gritando “nieves, nieves”, incrédulos los estudiantes y reporteros en el lugar voltearon a verlo, minutos después todos corrieron porque el carro había sido incendiado. Quienes se encontraban del otro lado de la avenida que está dividida por el río Huacapa, observaban curiosos la escena.
En ese momento los antimotines se replegaron del lugar y los estudiantes regresaron al Palacio de Gobierno.

El incendio al edificio Tierra Caliente

Eran las 5:35 cuando los normalistas abrieron el candado que colocaron en la puerta principal y entraron al edificio, donde comenzaron a romper los vidrios de las fachadas.
Todos los estudiantes entraron a los siete edificios de tres pisos. Escritorios, sillas, archiveros, computadoras, impresoras y decoraciones fueron tirados al piso. También fueron dañados los cajeros automáticos y aires acondicionados de las oficinas.
Los cubículos de los directores y jefes de áreas fueron destrozados, vidrios y papeles quedaron por doquier. El ruido de las piedras que pegaban en los vidrios era ensordecedor. Unos 10 guardias que quedaron dentro se quedaron quietos frente al edificio Centro y sólo miraron cómo los estudiantes entraban.
Los jóvenes sacaron de una de las oficinas la fotografía oficial del gobernador y la quemaron en la explanada del Palacio de Gobierno. En el edificio Centro, los bustos de los ex gobernadores que había en la sala fueron destruidos por la furia y el coraje de los estudiantes ante la desaparición y muerte de sus compañeros.
A las 6:00, una vez que los estudiantes salieron del inmueble, reporteros y fotógrafos entraron a las oficinas. Bastaron 15 minutos para que el edificio Tierra Caliente ardiera en llamas.
En ese momento uno de los policías gritó que los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerreo (CETEG) impedían el acceso de los bomberos y de personal de Protección Civil.
En el edificio en llamas estaban las oficinas operativas de las secretarías de Desarrollo Social, de Gobierno, de la Contraloría General del Estado, de la Defensoría de Oficio, del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de Guerrero y el Archivo General, además del Periódico Oficial del Estado.
Minutos después, los estudiantes y padres de familia que se encontraban en el lugar abordaron los autobuses y regresaron a la Normal de Ayotzinapa, en Tixtla.
A las 6:20 entraron al Palacio de Gobierno bomberos y rescatistas de Protección Civil en dos pipas y unidades especiales para sofocar el incendio que se propagó en los tres pisos del edificio. 20 minutos después el secretario de Administración y Finanzas, Salgado Leyva salió del edificio Acapulco y se dirigió a una sala de reunión en el edificio Centro, el funcionario fue abordado por los reporteros pero se negó a dar declaraciones.
En ese momento policías antimotines entraron y resguardaron el edificio donde se encontraba el funcionario.
Para las 7:15 los bomberos extinguieron las llamas y a las 10 de la noche seguían sofocando el fuego.

Incendia la CETEG el Ayuntamiento de Chilpancingo y protesta en el Congreso donde choca con policías

*Los maestros piden a los empleados del Palacio Municipal que abandonen el edificio antes del fuego. Al medio día, forcejean con antimotines que impedían la entrada del recinto legislativo, donde queman lonas. Los uniformados les lanzan piedras y lesionan a dos cetegistas. Luego van a manifestarse a la PGR?y a la caseta de la autopista y exigen la presentación de los 43 desaparecidos

Redacción

Chilpancingo

Integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG ) incendiaron el Palacio Municipal, protestaron en el Congreso local, la Procuraduría General de la República (PGR) y tomaron la caseta de Palo Blanco, en demanda del esclarecimiento de los hechos violentos en Iguala, la presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, así como castigo a los autores intelectuales y materiales de la masacre.
El dirigente estatal de la CETEG, Reyes Ramos Guerrero, declaró que la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) “pudo haber evitado” los ataques que sufrieron normalistas y civiles a manos de la Policía Municipal de Iguala, durante la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre. Agregó que los maestros valoran la posibilidad de que miembros de la organización se unan a la búsqueda de los desaparecidos.
A las 6:40 de la tarde fue evacuado el personal de limpieza y de seguridad del Palacio Municipal, por maestros de la CETEG, quienes los previnieron del incendio que provocarían en el sótano del edificio de tres pisos.
Una vez que todo el personal se retiró de las instalaciones del Palacio Municipal, los maestros prendieron fuego a la oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), ubicada en el sótano del lado izquierdo, posteriormente a la Dirección de Registro Civil y por último al modulo del Instituto Nacional Electoral (INE).
Además de los incendios, rompieron los vidrios de las puertas de la Secretaría de Finanzas y Administración capitalina, así como de la librería del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Los cetegistas permitieron la entrada de trabajadores de Protección Civil municipal, encabezados por su director, Alfredo Cuenca Marino, para que apagaran el fuego, pero después de que éste fue controlado, anunciaron que tomarían el edificio, por lo que cerraron sus puertas y sacaron las bancas de madera que hay en el recinto principal.
Por su parte, el alcalde capitalino, Mario Moreno Arcos, informó que para evitar confrontaciones no se reforzará la zona con policías de ninguno de los cuerpos de seguridad con los que cuenta la ciudad.
Detalló que en el Palacio Municipal laboran 14 direcciones, donde diariamente mil 500 trabajadores atienden a la población.
Agregó que aún no se define si se suspenderán los labores este martes, pero aseguró que se evitará la confrontación con los maestros.
La estructura quedó dañada en diversos puntos, así como mobiliario y documentos oficiales internos del Palacio Municipal, los que quedaron completamente devastados luego de los incendios.
En la fachada del edificio, los cetegistas escribieron en varias zonas consignas como “Aguirre asesino”, “vivos se los llevaron, vivos los queremos” y “Atoyzi vive”, mismas que se han convertido en emblemáticas para el movimiento en pro de que se encuentren con vida a los 43 normalistas desaparecidos.
Durante el día, minutos antes de las 12, aproximadamente 100 integrantes de la CETEG, encabezados por el miembro de la Comisión Política de la organización, Saturnino García Cordero, arribaron a las instalaciones del Congreso local, ubicado en la calle Trébol, la cual bloquearon momentáneamente, para después distribuirse alrededor de la cerca del edificio.
Adentro, los diputados se encontraban celebrando la sesión solemne para hacer entrega de la presea Eduardo Neri. Unos 200 elementos de la policía estatal, con equipo de antimotines, aseguraron los accesos al Congreso local y resguardaron la entrada al recinto donde se encontraban los legisladores.
Los cetegistas gritaban consignas en contra de los diputados, a quienes calificaron de “corruptos”, “ineptos” y “traidores”, ya que de acuerdo con los protestantes “hacen la ley para sacar provecho”.
Tras unos minutos, los protestantes decidieron tomar las instalaciones, para lo que utilizaron una camioneta y con ella derribaron el portón que se encuentra frente a la explanada del Congreso local y en donde aguardaban los policías para evitar la toma.
Al ver las intenciones de los cetegistas, los elementos de seguridad comenzaron a rociarlos con extintores para replegarlos, pero esto no detuvo a los protestantes, quienes estaban firmes en su decisión de ingresar al recinto en donde se encontraba los diputados, además de otros funcionarios como el presidente municipal Mario Moreno Arcos, cuya camioneta particular fue apedreada por la multitud que rodeaba el Congreso.
Luego de varios impactos de la camioneta contra el portón, éste fue derribado, así como una carpa que se mantenían erguida a un costado de la caseta de vigilancia. Inmediatamente el equipo antimotines roció a los protestantes con extintores directamente en la cara, además de que comenzaron a lanzar piedras en contra de los mismos en distintas direcciones.
Durante la lluvia de piedras, dos miembros de la CETEG fueron lesionados, uno en la cabeza y otro más en una pierna, aunque no se trató de heridas de gravedad. Ante la agresión de los policías, los cetegistas les gritaban que no deberían “actuar en contra del pueblo”.
Los protestantes se hicieron de mantas y una garrafa de gasolina, con la que empaparon las telas para proceder a incendiarlas justo enfrente de la barrera humana, que los antimotines habían creado con el fin de evitar que el grupo ingresara a las instalaciones.
Los policías intentaron apagar el fuego con extintores, pero recibieron golpes con los tubos del armazón de la carpa que antes se encontraba a un costado de la caseta de vigilancia, y que los cetegistas utilizaron para poder defenderse, luego de que fueran apedreados por los antimotines.
La confrontación duró aproximadamente media hora y culminó con el incendio de la caseta de vigilancia, ubicada en la explanada del Congreso local. No hubo ningún enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre los protestantes y los elementos policiacos, a pesar de que se vivieron minutos de tensión por las piedras que fueron lanzadas en contra de los maestros.
Representantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) llegaron al Congreso, para participar como mediadores de la situación, una hora después de que los cetegistas se retiraron en dirección a la PGR.
En este punto, el contingente de la CETEG colocó dos lonas en la barda de las instalaciones, en las cuales expresaban su demanda principal, que es el esclarecimiento de los hechos y la presentación con vida de los normalistas desaparecidos; así como otra lona donde se podían apreciar los rostros de los 43 jóvenes, de quienes se desconoce su paradero a dos semanas de los hechos violentos en Iguala.
Los cetegistas permanecieron en el acceso a la PGR pacíficamente, aproximadamente 40 minutos.
Al lugar llegó el dirigente estatal de la CETEG, Reyes Ramos Guerrero, quien informó que continuarán insistiendo en que las autoridades otorguen resultados con respecto a la búsqueda de los normalistas desparecidos.
Se le preguntó sobre si la organización que dirige confía en que la comisión especial que creó el Congreso local, para darle seguimiento a la búsqueda en Iguala de los normalistas, manejará la situación con criterio amplio para dar resultados, a lo que contestó que “lo que les interesa (a los diputados) es nada más obtener el poder, pero no les interesa lo que pasa en el estado”.
Dijo que valorarán las circunstancias actuales en Iguala, para ver si hay condiciones y la CETEG se una a la búsqueda de los desaparecidos, igual que hiciera la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), que dirige Bruno Plácido Valerio.
Indicó que aún no cuenta con el dato preciso de cuántas escuelas, en las que laboran integrantes de la CETEG, se encuentran en paro laboral como parte de las actividades para apoyar a la demanda de los padres de familia y estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.
Con respecto a las amenazas emprendidas por delegados en las escuelas de parte de la SEG, que la comisión política denunció públicamente este viernes, Reyes Ramos precisó que “si la SEG anuncia o determina que nos van a quitar las plazas, nosotros vamos a seguir adelante con nuestra lucha, porque es justa, no podemos quedarnos callados”.
Culpó a la SEG de no haber tenido la coordinación necesaria con la Secretaría de Educación Pública (SEP) para poder dar solución a las demandas de los normalistas, de manera que se evitara llegar al límite de la violencia que se generó en Iguala hace dos semanas.
Añadió que los culpables de estos hechos “se tienen que ir” y en caso de que la SEG reconozca su falta de apoyo a los estudiantes, Silvia Romero Suárez debería dejar su cargo al frente de la dependencia.
“Por falta de interés, responsabilidad, no se evitó la situación. Ahorita con la investigación que se está haciendo si resultan culpables (la SEG), se tienen que ir”, expresó.
Con respecto a la situación de violencia e inseguridad que se vive en el estado, el dirigente de la CETEG dijo que entre la sociedad hay mucha tristeza y coraje, lo que se desbordó desde las muertes de normalistas y civiles.
Concluyó diciendo que los elementos de la Marina, el Ejército mexicano y la Policía Estatal deberían estar “entre los cerros, buscando a los muchachos”.
Después de permanecer durante más de 40 minutos en las instalaciones de la PGR, el grupo de maestros abordó un autobús de la CETEG, que utilizan para trasladarse a los puntos en donde protestan, y se dirigieron a la caseta de Palo Blanco.
Los 100 integrantes tomaron el control de la caseta de cobro y permitieron el paso de los automovilistas, a quienes les solicitaron una cooperación voluntaria, que será destinada a las familias de los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, además de entregarles hojas con información respecto al movimiento por el esclarecimiento de los hechos violentos ocurridos en Iguala.
La actividad duró poco más de tres horas, desde las 2 hasta las pasadas las 5 de la tarde, tras lo cual se retiraron hacia el centro de la ciudad para llevar a cabo el incendio del Palacio Municipal, ubicado en el centro capitalino, mismo que mantienen tomado en tanto no se tengan noticias acerca del paradero de los 43 normalistas y la identidad de los responsables intelectuales y materiales de la masacre.

Llama Martínez Garnelo a la reconciliación a Ayotzinapa tras el incendio del Palacio de Gobierno

*Hoy “un gran número de policías antimotines” resguardarán el edificio, anuncia el secretario de Gobierno. Chilpancingo “tuvo un día muy difícil, complicado” dice el alcalde Mario Moreno luego de la irrupción al Ayuntamiento

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Delante de un edificio siniestrado y camiones del bomberos con luces encendidas, el secretario general de gobierno, Jesús Martínez Garnelo convocó a los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa a la sensibilidad y a la reconciliación en “beneficio de las familias de Guerrero”, a pesar del “desenfreno y la intolerancia de jóvenes encapuchados” que ayer atacaron el Palacio de Gobierno.
En conferencia de prensa a las 9:30 de la noche en la explanada del Palacio de Gobierno, Martínez Garnelo reprobó los actos de violencia y pidió sensibilidad a estudiantes y a sus dirigentes, y añadió que la prioridad seguirá siendo la búsqueda de los 43 normalistas que ayer cumplieron 17 días desaparecidos.
Las autoridades dispusieron que la distancia entre la mesa de funcionarios permitiera enfocar el edificio quemado detrás de ellos, y momentos antes el asesor del gobernador, Ernesto Aguirre Gutiérrez recorrió con el secretario de Seguridad Pública y Protección Civil, Leonardo Vásquez Pérez y con el alcalde de Chilpancingo Mario Moreno Arcos el inmueble, para observar los daños en las instalaciones.
Sin precisar cuántos, Martínez Garnelo informó que hoy “un gran número de policías antimotines” resguardarán el edificio y el derecho de terceros para que las actividades se realicen con la normalidad de todos los días.
El secretario de Seguridad Pública informó que a primera hora envió a los antimotines al Congreso local, porque maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) trataron de irrumpir.
Aseguró que se contuvo la agresión sin que hubiera lesionados, y sacaron a los diputados como a los invitados especiales luego de la sesión solemne que ayer se celebró en el recinto.
Detalló que a las 10:30 de la mañana, alumnos encapuchados bloquearon los accesos en el Palacio de Gobierno para impedir la entrada y salida, pero por medio de la asociación Serapaz acordaron con los manifestantes que permitieran la salida de mujeres, niños y adultos mayores.
Luego de seis horas de bloqueo envió a los antimotines a 500 metros del edificio para distraer a los estudiantes, que intentaron confrontarse con los uniformados, y aprovecharon ese momento para sacar del palacio al resto del personal.
Consideró que esa acción “enfureció” a los normalistas que en respuesta atacaron las instalaciones. Confirmó que hoy a primera hora habrá “un contingente razonable” de antimotines para proteger los intereses económicos de Chilpancingo.
Garnelo añadió que notarios y abogados del gobierno realizaban las diligencias del caso, y peritos cuantificaban los daños, porque el acercamiento y el diálogo que ofreció el gobernador Ángel Aguirre Rivero a los normalistas, “nada tiene que ver con hechos vandálicos”.
El secretario de Administración y Finanzas, Jorge Salgado Leya detalló que al momento de la toma del Palacio de Gobierno había en el interior 3 mil 800 trabajadores, y 600 personas en distintos tramites. Cuando sacaron al personal, los estudiantes quemaron el edificio Tierra Caliente que señaló a sus espaldas.
Detalló que en ese edificio se encontraban las oficinas del Comité de Planeación del estado de Guerrero, la Contraloría General del Estado, la Secretaría de Desarrollo Social, el Plan de Previsión Social, los archivos de la Secretaría de Seguridad Pública, la Contraloría General y la Secretaría de Finanzas y Administración.
En el edificio Costa Chica (cada uno tiene el nombre de una de las regiones del estado) quebraron vidrios, mobiliario y se llevaron documentos de Tesorería y del área de Personal.
En el edificio Costa Grande dejaron destrozos en la oficia de Presupuesto, Egresos y sufrieron daños los archivos de esas oficinas, así mismo señaló que quebraron vidrios y equipo de cómputo en los edificios Acapulco, Montaña y Norte.
En el edificio Centro, que alberga las oficinas del ejecutivo, hubo destrozos en general.
El alcalde Mario Moreno Arcos señaló que Chilpancingo “tuvo un día muy difícil, complicado”“ pues por la tarde los maestros de la CETEG también irrumpieron en el Ayuntamiento capitalino, quemaron muebles y documentos en diferentes áreas que no pudo detallar porque los manifestantes se posesionaron del edificio.
Durante la conferencia indicó que los manifestantes tienen cuatro días en plantón en la explanada, frente al Ayuntamiento, y no habían intervenido en las actividades del gobierno municipal.
Solicitó a los que intervienen en estos hechos restablecer el orden, porque las acciones de protesta no abonan a la paz y la concordia en el estado.

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