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Cierran negocios de la Costera durante la marcha de normalistas por temor a daños

La medida se tomó por recomendación de las autoridades, dice el presidente de la Coparmex, Joaquín Badillo Escamilla. En algunos establecimientos con fachadas de vidrio se colocaron láminas de triplay o se rodearon con malla ciclónica

 

 

Karla Galarce Sosa

Restaurantes, centros comerciales y de autoservicio, bares y negocios de la avenida Costera bajaron sus cortinas ayer durante la marcha convocada por alumnos de la normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, para exigir la presentación con vida de 43 de sus compañeros desaparecidos luego del ataque de policías municipales en Iguala, la madrugada del 27 de septiembre.
En otros establecimientos, cuyas fachadas son de cristal, los trabajadores recubrieron con hojas de triplay, como fue el caso del Centro de Congresos Copacabana, que alberga oficinas de las delegaciones del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER).
En un recorrido antes y después del paso del contingente por la Costera, se observaron negocios cerrados con malla ciclónica o en los que se colocaron portones provisionales como rejas o láminas.
El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Acapulco, Joaquín Badillo Escamilla, dijo que por “recomendación” de las autoridades algunos negocios afiliados a la agrupación que representa, como fueron escuelas, bares y restaurantes no tuvieron actividades.
Manifestó vía telefónica que “hubo un temor de los manifestantes por lo que ocurrió en Chilpancingo” dos días antes, donde fueron incendiados edificios públicos.
“Al anunciar esta marcha se generó un movimiento que no sólo convocó a la Coparmex, a la Canaco, a los líderes de asociaciones, donde hicimos un llamado para evitar daños en el puerto”, comentó el representante empresarial.
Como se informó, el 15 de octubre pasado empresarios acapulqueños, líderes de cámaras empresariales e industriales de la masa y la tortilla, parianeros, restauranteros y hoteleros conformaron y presentaron el “Frente unido por la estabilidad social y económica en Guerrero”, para exhortar al presidente Enrique Peña Nieto a intervenir para el esclarecimiento del asesinato de seis personas en Iguala, la presentación con vida de 43 normalistas y el envío de la Gendarmería al puerto, además de solicitar una mesa de diálogo con los normalistas y evitar así destrozos en la zona hotelera del puerto.
Vía telefónica, Joaquín Badillo dijo que el mensaje de todos los empresarios fue el de ponderar el diálogo y evitar una confrontación que impida el deterioro de la imagen turística de Acapulco.
“Acapulco no es Iguala y está en un proceso de desarrollo y en una etapa de producción, buscamos estabilidad social y económica con la generación de empleos, con la llegada constante de turistas cada semana y nos preocupa mucho que los turistas no lleguen, tan es así que logramos contrarrestar invitando a los manifestantes a la prudencia”, expresó.
Comentó que algunas escuelas privadas que están afiliadas a la Coparmex no tuvieron clases, y restaurantes y bares sólo cerraron durante la marcha porque decidieron hacerlo de esa manera.
Añadió que tuvieron un porcentaje de cancelación de hospederías de “65 a 70 por ciento en las reservaciones de hoteles”.
Mencionó que en los hoteles con más cancelaciones fueron el Copacabana, Playa Suites, Grand Hotel y Elcano, en la zona Dorada, así como el Ressort Mundo Imperial y Banyan Tree, en la zona Diamante; además de “otros que no son de gran turismo que están en la zona Diamante y otras colonias”, pero no dijo cuáles.
Durante el paso del contingente se observó que los centros departamentales y comerciales, además de tiendas de autoservicio cerraron sus puertas, pero al observar los trabajadores que no había violencia en los manifestantes abrieron para recibir a los clientes.
En Galerías Acapulco y Galerías Diana se cerraron de manera parcial sus puertas y acotaron la salida y entrada de clientes por sus puertas de emergencia o aledañas a las de la Costera.
En algunas tiendas de autoservicio los administradores retiraron bebidas alcohólicas y cigarros de las vitrinas, y los negocios asentados en la glorieta de La Diana también bajaron sus cortinas y sólo atendían a sus clientes por pequeñas ventanillas, las que se utilizan para los horarios nocturnos.
En el caso de la Farmacia del Ahorro y la tienda Oxxo de La Diana estuvieron despachando pero con medidas de seguridad, mientras que en la mayoría de los negocios de la Condesa había empleados para cuidar que no hubiera daños; no hubo labores en bancos de la Costera.

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