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Consideran Sidney y Ramiro Gómez que es inevitable la construcción de La Parota

 

Elena Khan señala que la hidroelétrica es un severo e irreversible daño ambiental y exige la cancelación de la obra

 Raquel Santiago Maganda  

El proyecto de la obra La Parota dividió las opiniones entre ambientalistas y ecologistas: Robin Sidney y Ramiro Gómez consideran que es inevitable la construcción de la obra, y que se debe abogar por la planificación y desarrollo sustentable, así como la aminoración de los daños y beneficios para el estado; en contraparte, la ecologista Elena Khan aseguró que es un severo e irreversible daño ambiental el que provocará la presa, y por eso exigió su cancelación.

Hoy en el transcurso de la mañana en el salón Triángulo del Sol, del Centro de Convenciones, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) expondrá el proyecto de construcción de la presa en una audiencia pública organizada por la Semarnat, con el objetivo de solicitar la Manifiestación de Impacto Ambiental (MIA), autorización necesaria para comenzar la obra.

Al respecto, la presidenta del Grupo Pro Defensa de la Isla La Roqueta, Robyn Sidney Gordon, se manifestó a favor de la realización de la obra.

La ambientalista aseguró que su postura a favor de la obra se debe a que la CFE ya tiene la meta de realizar la obra a pesar de los conflictos.

Por eso, mencionó la activista, es importante que nos organicemos y vigilemos que la obra sea planificada y se aminore el impacto ecológico. Resumió: “el progreso tiene su costo” y en el caso de la obra aseguró que tiene la importancia de seguridad nacional, debido a la generación de la energía eléctrica y garantizar el suministro de agua.

Además, mencionó que la obra es una alternativa en contra de la privatización de la empresa paraestatal, y así garantizar el suministro de energía a la población del estado.

En tanto, el presidente de la Organización Ecológica Subacuática de Acapulco, Ramiro Gómez Pardillo, aseguró que los daños de la obra permitirá que hayan poblaciones de flora y fauna, y descartó los daños al mar.

El ambientalista opinó que pasarán años para que se llene el vaso de la presa, y que los mantos freáticos “no descenderán”, como argumentan “los ecologistas radicales”.

Precisó que el desarrollo económico debe garantizar el desarrollo sustentable.

Reiteró que las organizaciones deben abogar para que el estado tenga más beneficios como la reducción de las tarifas del servicio eléctrico, la distribución del agua por gravedad a las comunidades, además de la regeneración de la laguna de Puerto Marqués y Tres palos, por medio de la oxigenación de agua limpia a estas lagunas contaminadas, que aseguró “no es oneroso”.

Gómez Pardillo resaltó que la obra podría ser un detonante turístico, y por eso se debe considerar los beneficios a mediano y largo plazo. Además opinó que la CFE debe aportar programas y proyectos de beneficio social para que lo incluyan en la oferta de la mitigación ambiental.

Sin embargo, para la presidenta de la asociación ambientalista Guerreros Verdes, Elena Khan, la única solución es la cancelación de la obra.

Consultada por separado, precisó que una de las consecuencias ambientales será la desaparición del río Papagayo, y que las tierras cortina abajo de la presa no producirán más, ni siquiera para el autoconsumo de los campesinos, y vaticinó que los pozos de sustracción de agua también se afectarán, porque “el proyecto no es sustentable”.

Elena Khan mencionó que también se perderían especies de parotas, árbol que está en peligro de extinción, además de los recursos naturales que suministran el oxígeno.

Adelantó que en la ponencia de hoy mostrarán los resultados de análisis de la MIA de la obra por académicos en España y Estados Unidos, y mencionó que demuestran que no se han considerado las condiciones morfológicas reales del lugar.

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