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Afectará La Parota tierras entre presa y mar y playas aledañas a la desembocadura del Papagayo

 

La Manifestación de Impacto Ambiental elaborada por el Programa Universitario de Medio Ambiente de la UNAM presenta información de las consecuencias adversas de la hidroeléctrica que la CFE no había dado a conocer

 Redacción  

El cambio en la cantidad de agua que corre en el río Papagayo a lo largo del día, la transformación de las características de su desembocadura en el mar y la erosión de las playas cercanas a este lugar, además de la destrucción de 24 poblados, suelos agrícolas y ganaderos, de vegetación y animales del área que inundará la presa, son algunos de los efectos adversos que se tendrían de realizarse esa obra, según el documento Manifestación de Impacto Ambiental modalidad regional Proyecto Hidroeléctrico La Parota, (MIA) elaborado por el Programa Universitario de Medio Ambiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El extenso documento, de más de mil páginas y anexos de carácter técnico, contiene un Resumen Ejecutivo de 39 páginas en el que los científicos de la UNAM plantean los programas que se deben establecer para que los efectos adversos puedan ser mínimos, y para que la presa tenga efectos benéficos sociales y ambientales.

En el estudio aparecen informaciones que la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que construirá y operará la presa, no había dado a conocer, como la necesidad de construir otra presa, para regular el flujo del río que se vería drásticamente alterado con el funcionamiento de la hidroeléctrica.

Según el proyecto, La Parota generaría energía cuatro horas al día, de las 6 de la tarde a las 10 de la noche, de acuerdo con las necesidades de mayor consumo del país, y por eso retendría el agua durante 20 horas al día y sólo durante cuatro horas diarias dejaría correr la que acumuló, y por tanto en ese tiempo tendría un caudal muy grande.

En el texto se explica que este desequilibrio en el caudal del río tendía efectos adversos en el área localizada entre la cortina de la presa y la desembocadura, y aún en las playas cercanas a ésta. Por eso, plantea la necesidad del funcionamiento de una presa reguladora para mitigar los efectos adversos de este cambio en el patrón del flujo del río.

Cambios en el flujo del río

En la MIA se expone:

“Una vez lleno el embalse, la futura Central Hidroeléctrica La Parota operará cuatro horas diarias: de las 18:00 a las 22:00 horas desfogando 748 metros cúbicos por segundo; y durante las restantes 20 horas no habrá desfogue”.

El efecto provocado por el cambio de patrón de flujo del río (de 20 metros cúbicos por segundo en secas y 450 metros cúbicos por segundo en lluvias, a 748.5 metros cúbicos por segundo durante cuatro horas al día y cero las 20 horas restantes) se podría mitigar con la presa reguladora, que permitiría una descarga continua entre 30 y 403 metros cúbicos por segundo.

Otros aspectos que la CFE no había difundido es el cambio en las características de la desembocadura del río Papagayo en el mar, y el peligro de erosión en las playas cercanas, lo que podría afectar el área en la que están planeados proyectos turísticos de grandes inversiones, como parte del área del Acapulco Diamante.

Así, el efecto destructivo de la hidroeléctrica no sólo se vería en las comunidades campesinas con habitantes pobres, que en el documento aparecen sin perspectivas de desarrollo porque no pueden garantizar su sobrevivencia con base en las actividades económicas actuales, sino también parte de los proyectos turísticos de grandes inversiones.

En la MIA se expresa la previsión de esos cambios de la siguiente manera:

“Modificación en el transporte y volumen de sedimentos en el río ya que la cortina de la presa los retendrá.

“Modificación del delta del río y mayor probabilidad de erosión en playas aledañas a la desembocadura por déficit sedimentario”.

En la MIA se recomienda vigilar la evolución del perfil de de la playa en las proximidades de la desembocadura del río Papagayo.

También entre la presa y el mar se esperan afectaciones con el funcionamiento de la hidoeléctrica, por lo que se plantea que se deberá monitorear la salinidad de los suelos que se localizan cortina abajo.

Además, vigilar la calidad fisicoquímica del agua del río en la planicie costera.

El embalse

Según el proyecto, el embalse tendrá una superficie de 14 mil 213 hectáreas y una capacidad de 7 mil 188 millones de metros cúbicos a una altura de 180 metros sobre el nivel del mar.

El área de la cuenca del río Papagayo, que será la que aporte el agua para el embalse es de 7 mil 476 kilómetros cuadrados, con un volumen de escurrimiento medio anual de 4 mil 387 millones de metros cúbicos y un gasto medio anual de 139 metros cúbicos por segundo.

Según el documento, el llenado de la presa tardaría 18 meses, y durante este tiempo, la CFE daría salida a un mínimo de agua por el río, denominado “gasto ecológico” que no sea menor a 10.4 metros cúbicos por segundo en sequía (que es aproximadamente la mitad de la cantidad actual en sequía, cuando llega a bajar hasta 20 metros cúbicos por segundo o menos) y 30 metros cúbicos por segundo en época de lluvias.

No hay animales y plantas en peligro de extinción, dice

Según el estudio del PUMA, en el área del embalse de La Parota no hay especies propias de esa región o en peligro de extinción, pero sí algunas nativas de Guerrero.

La región en donde se ubica el proyecto se encuentra en la zona de transición de vegetación templada y vegetación tropical; sin embargo la construcción de la presa sólo afectará directamente a la vegetación tropical.

Señala que fuera del área que ocupará el embalse de la presa, se registraron ocho especies de plantas consideradas como en riesgo de extinción.

En cuanto a los animales, el estudio encontró que se dice que esta región es muy diversa en vertebrados terrestres; se tiene registro bibliográfico de 508 especies de las cuales 95 son endémicas (o propias de esta región) y 113 están en riesgo de extinción.

Menciona que la mayoría de las especies tanto vegetales como de fauna que están amenazadas, así como las áreas de vegetación mejor conservadas se encontraron en la parte a la que se tuvo acceso de los cerros de Las Piñas y el Alto Tepehuaje con la salvedad de la Rana sp. “forma Papagayo”, especie endémica de México con distribución restringida a las riberas del río Papagayo. Esta especie hasta el momento sólo se ha registrado en dos localidades: en las inmediaciones del El Guayabal y en El Chamizal, ambas en el área donde se formará el embalse. La construcción del embalse inundará aproximadamente el 8 por ciento de las 7 mil hectáreas ocupadas por estos dos cerros.

Plantea que es en el área que ocupan los cerros Las Piñas y Tepehuaje donde aún se encuentran superficies considerables de vegetación en buen estado de conservación, las cuales no serán modificadas sustancialmente por la ejecución del proyecto”.

“Se puede aseverar que el proyecto no amenaza la existencia de las poblaciones de especies consideradas como prioritarias para la conservación, aunque todavía será necesario llevar a cabo estudios específicos sobre la Rana sp. (“forma Papagayo”). De acuerdo con un análisis preliminar de las características de la cuenca del río Papagayo, hay otras zonas aguas arriba y aguas abajo fuera del área que será embalsada con características similares a las de donde fue colectada esta especie.

“Es probable que en esas zonas también se distribuya esta especie, sin embargo es necesario confirmar su presencia en tales áreas para precisar la magnitud del impacto sobre ella”.

“Debido a las condiciones prevalecientes en la zona, se ha planteado, como estrategia para asegurar la conservación de la biodiversidad y en especial de las especies prioritarias, el impulsar la creación de un área natural protegida en la zona que ocupan los cerros Las Piñas y Tepehuaje. A este respecto la CFE procuraría apoyar el financiamiento de los estudios de caracterización requeridos, así como la elaboración del programa de manejo del área natural”.

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