Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Agroalimentos a centros turísticos

 Una de las distorsiones que presenta nuestra economía estatal es la mala articulación de los procesos económicos que se dan entre el campo y la ciudad.

Uno entre otros elementos que mayormente interrelacionan al medio rural con el urbano es satisfacer la oferta de productos agroalimentarios que demanda la ciudad. Dicha oferta, en la actualidad, se presenta en el seno de mercados regionales mal estructurados.

Se dan casos en donde el abasto de alimentos que por sentido común debiera hacerse en su mayoría de los campos agrícolas y pecuarios circunvecinos a la gran ciudad, no acontece así; por el contrario, llegan los abastos rurales alimenticios de otros lados, a gran distancia y por ende más caros por el costo del flete. El colmo es cuando desde el estado de Guerrero ( por ejemplo, la jamaica) salen productos agropecuarios a la Central de Abasto de la ciudad de México, para luego verlos retornar para su venta en la ciudad de Acapulco.

Tomemos como muestra el centro turístico de Cancún, Quintana Roo; por no recurrir a los archiconocidos ejemplos de Acapulco y de Ixtapa-Zihuatanejo. En ese puerto del mar caribe, el cincuenta por ciento de los alimentos los llevan desde Miami, Florida; cuarenta por ciento de la Central de Abasto del Distrito Federal y de otros estados de la República. Solamente el diez por ciento es abastecido por los propios campos agrícolas del estado de Quintana Roo.

Más que polos de desarrollo económico que a partir del turismo irradien inversión y empleos indirectos en otras ramas económicas, Cancún, Acapulco e Ixtapa, se convirtieron en enclaves turísticos desintegrados y al margen del desarrollo socioeconómico de su entorno geográfico-territorial. El resultado generado no pudo ser más patético: opulencia y miseria conviviendo en forma conexa y simbiótica; agrandándose y agravándose en un espacio territorial determinado.

Son tres los factores principales que impiden que la demanda efectiva de estos centros turísticos sea satisfecha a partir de la producción rural circundante: mercados distorsionados por no existir una oferta local estable, carencia de organización productiva y débil gestión empresarial por parte de los productores rurales.

En pláticas con los gerentes de compras de las cadenas hoteleras de Ixtapa-Zihuatanejo, municipio de José Azueta, comentaban que les era difícil proveerse de productos agroalimentarios guerrerenses por dos razones fundamentalmente: la primera es que prefieren tratar y hacer contratos con uno o dos proveedores y no con cientos en lo individual; de ello se colige que en tierras surianas no existen realmente cooperativas o empresas integradoras compactadoras de la oferta rural.

La segunda se refiere a que no se les oferta productos agropecuarios ni en la cantidad, calidad y constancia que requieren a lo largo del año. Prefieren ser abastecidos por proveedores de la Central de Abasto de la capital del país que sí les garantizan esas tres condiciones a pesar de que los adquieran más caro que en el ámbito regional.

Carencia adicional mencionada por los gerentes de adquisiciones de las tiendas departamentales de Acapulco es que el producto agropecuario guerrerense en su mayoría no tiene marca, presentación, etiqueta y empaque para exhibición en anaquel.

En conclusión, en los centros turísticos mencionados hay demanda efectiva para productos agroalimentarios locales; lo que no existe es una oferta regional adecuada y sólida de lo que requiere el cliente, en este caso, hoteles y tiendas departamentales.

Desarrollar las capacidades organizacionales y productivas, además de otorgar el financiamiento necesario para que paulatinamente los campesinos guerrerenses cubran estos nichos de mercado que tenemos en nuestro propio estado, son aspectos que requieren atención y apoyo gubernamental inmediato. No es fácil, pero imposible tampoco lo es.

He aquí un buen programa que aplicaremos gobierno federal, estatal y ayuntamientos de referencia: la proveeduría de agroalimentos locales a centros turísticos de Guerrero. Urge, es viable y además posible de hacerlo, en forma gradual, consistente y creciente.

Con este programa contribuiremos a que la gente tenga trabajo e ingresos en sus lugares de origen y de esta forma frenar, en parte, la migración alta del campo a la ciudad en pos de una vida menos indecorosa, pero que incrementa los cinturones de miseria en los centros turísticos, desvalorizándolos y encareciendo los servicios públicos.

PD1. En las encuestas levantadas por el PRD, el nivel de popularidad de René Juárez Cisneros resultó que es óptimo (76 por ciento). Eso quiere decir que el brody no lo ha hecho tan mal. ¿O no?

PD2. Las negociaciones para llegar a un acuerdo político en el PRD fueron en extremo difíciles, porque en el reparto del pastel, las tajadas trataron de hacerlas en forma milimétrica, de tal suerte que ni migajas querían dejar. Bueno, hasta un presidente municipal trató de asegurar su escaño senatorial. ¡Uff!

PD3. No obstante que lo traten de ocultar, el otrora partido político de las convicciones, ideales y principios revolucionarios dio un deprimente espectáculo, tras bambalinas nada discretas, de lo que es una sórdida lucha pragmática por posiciones de poder. Ya no hay recato. No se guardan ni siquiera las formas. Ya no hay asidero alguno. ¡Huesos ya, puestos para todos! Estamos en la orfandad de instituciones políticas que preserven y fomenten valores políticos, económicos y sociales, necesarios y requeridos por el ciudadano común.

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