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¿En qué momento los normalistas fueron convertidos en miembros de Los Rojos?

De acuerdo con el informe que dio ayer el procurador de la República Jesús Murillo Karam sobre las investigaciones del caso Ayotzinapa, la “principal operadora” en Iguala del grupo delictivo Guerreros Unidos era María de los Ángeles Pineda Villa, la esposa del alcalde José Luis Abarca Velázquez.
Según el mismo informe, éste dio la orden de “enfrentar” a los normalistas, basándose en el antecedente de que éstos, en junio de 2013, habían causado destrozos en el ayuntamiento con miembros de la Unidad Popular.
Luego el procurador dice que a las declaraciones de quien dirigía el Centro de Control de la Policía Municipal de Iguala, se suman las de Marco Antonio Ríos Verder, integrante del grupo criminal Guerreros Unidos y de policías detenidos, quienes asumieron que el grupo que se aproximaba se dirigía a “sabotear” el informe de labores de la presidenta del DIF municipal, es decir, la misma María de los Ángeles Pineda Villa.
O sea, la “operadora” de Guerreros Unidos y su esposo, “el A-5”, estaban muy claros de que mandaron a “enfrentar” a estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
Luego, siguiendo el relato del procurador, al que presenta como “el líder” de Guerreros Unidos, Sidronio Casarrubias, uno de sus “lugartenientes” –El Gil– le informó “vía mensaje celular los conflictos que se estaban suscitando en Iguala, atribuyéndolos al grupo delictivo contrario”, es decir, Los Rojos.
¿En qué momento los normalistas de Ayotzinapa se convirtieron en miembros del “grupo delictivo contrario”? Si la esposa del alcalde era la “operadora” de Guerreros Unidos en Iguala, entonces debió al menos saber –si no es que lo ordenó, en la lógica de la Procuraduría– que los policías de Iguala y de Cocula entregarían a los sicarios de ese grupo no a miembros de Los Rojos, sino a estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
Hay allí una clara contradicción en la narrativa de cómo sucedieron los hechos según la PGR.
¿O El Gil se saltó la jerarquía local que recaía en la esposa del alcalde para informar de la situación al presunto “líder principal”, que todo indica que no estaba en el lugar de los hechos? ¿Y El Gil no sabía que eran estudiantes de Ayotzinapa y no sicarios de Los Rojos los jóvenes que le iban a ser entregados? Si todos eran parte de la estructura de Guerreros Unidos ¿no se le ocurrió a El Gil preguntar al alcalde o a su esposa o a los jefes policiacos quiénes eran los muchachos que les estaban entregando?
Si la PGR, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, quiere cerrar el caso queriendo convencer de que la barbarie de Iguala fue responsabilidad de un grupo de la delincuencia organizada, sin ningún vínculo con el poder político más allá del alcalde prófugo, tiene que cuidar mejor su narrativa de los hechos. (Redacción).

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