Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Xavier Carreto A.

La política como botín

El 14 de noviembre de 2002, el senador con licencia Armando Chavarría, en entrevista para reforma. com., parte publicada en ese diario, manifestó que es necesario cuidar el proceso de selección del candidato para mantener la unidad del partido. Sus declaraciones eran posteriores a las elecciones del 6 de octubre de ese año cuando el PRD había obtenido buenos resultados que le permitirían gobernar a la mayoría de los guerrerenses en los ayuntamientos, a partir del 1 de diciembre de ese mismo año. Agregaría el senador que se apreciaba una tendencia amarilla irreversible para que su partido gobernara Guerrero a partir de 2005. Para esto se requerían tres cosas: que los presidentes municipales hicieran buen papel, que los diputados locales cumplieran con su trabajo y cuidar la unidad del PRD.

Las tres cosas se han hecho a medias y en la tercera, particularmente, el senador y sus seguidores han hecho todo lo posible para dividir a su partido al anteponer sus intereses personales a la decisión mayoritaria de los perredistas y de los ciudadanos guerrerenses en la designación de su candidato a la gubernatura. Mientras, los dirigentes nacional y estatal están demostrando una total incapacidad para cumplir con la función esencial de todo partido político que es la de alcanzar el poder y ejercerlo en beneficio de las mayorías.

Hoy los guerrerenses sabemos que a pesar de que el PRD cuenta con un aspirante a la candidatura como Zeferino Torreblanca Galindo, que tiene el respaldo mayoritario de la sociedad, pues así lo señalan las encuestas realizadas y así lo han expresado los ciudadanos en marchas efectuadas en las diferentes regiones del estado, ni Leonel Godoy ni Martín Mora han sido sensibles para atender este reclamo ciudadano. Del primero no se conocen sus razones, pero sí su apatía. En el caso del segundo, su vínculo estrecho con Chavarría lo obnubila para proceder como lo exigen la mayoría de los miembros de su organización política.

Con Godoy al frente del PRD las posibilidades de alcanzar más gobiernos estatales parecen limitadas, pues de los diez en disputa este año, este partido ha refrendado su triunfo en Zacatecas, en donde Amalia García triunfó gracias a que el gobernador Monreal no insistió con su favorito y el senador Raymundo Cárdenas aceptó el resultado de las encuestas. En las nueve elecciones restantes, cinco ya se hicieron, y el PRD no parece tener mayores posibilidades de ganar incluido Tlaxcala, en las otras cinco que faltan. El próximo año es probable que continúen siendo gobierno en Baja California Sur y logren incluir a Quintana Roo, si se concreta la candidatura del alcalde de Cancún. Y en Guerrero, en donde tienen grandes posibilidades con Zeferino, Godoy no sabe qué hacer. En Hidalgo, el PRD no parece tener mayores posibilidades.

En cuanto al porqué no hubo candidatura de unidad, la explicación que se tiene es que el senador Chavarría, en su particular forma de entender la política, cree que ésta es un botín el cual hay que repartir, como ha sido la costumbre en la UAG, en donde los resultados están a la vista.

Está más que documentada esta actitud del egresado de la Universidad de La Habana, como nos lo hizo saber Hugo Pacheco, el martes 27 de enero de este año, aquí en El Sur, cuando en su columna La Política Semanal nos refería que el 10 de enero, en un encuentro en un restaurante de este puerto con miembros del M-27 “Armando Chavarría no anduvo con rodeos y ofertó a los felixistas la alcaldía de Acapulco, la senaduría, dos diputaciones federales…, cuatro diputaciones plurinominales locales, la presidencia estatal del PRD y cargos en la administración del gobierno estatal”. Ahora para alcanzar la candidatura de unidad en el PRD, solicitaba un paquete corregido y aumentado, es decir mayor al que en enero pasado ofreció al M-27 a cambio de que lo apoyaran.

Al senador Chavarría no le preocupa cómo se podrán superar los graves rezagos que se tienen en Guerrero. Tampoco está en su ánimo atender las necesidades de los guerrerenses que se debaten en la miseria, la ignorancia, la inseguridad, entre otros males que nos aquejan. Se advierte en la actitud de Chavarría y amigos que le acompañan en este empeño, un menosprecio por los militantes de su partido al ignorarlos en la nominación para las candidaturas a cargos de elección popular o dirigencia partidista. Y a los ciudadanos al pretender asignar cargos en el gobierno sin que se cubran los perfiles que para cada puesto hay.

A Zeferino no se le podrá cuestionar que no hiciera lo posible para ir unidos con un solo candidato, pues está de acuerdo en que la mayoría de los integrantes del gobierno estatal sean del PRD; asimismo, aceptó gobernar con un programa emanado de los principios de este partido. También ofreció que los cargos de elección popular fueran, en su oportunidad, analizados y propuestos candidatos de unidad que tengan el mejor perfil para servir a los guerrerenses.

No se llegó a los acuerdos y este domingo 15 de agosto se elegirá en urnas al candidato al gobierno del estado por el PRD. No tengo ninguna duda de que, con todo y el apoyo que le puedan dar los priístas y su arsenal de mañas al senador Chavarría, Zeferino Torreblanca será el triunfador, pues así lo queremos la mayoría de los ciudadanos guerrerenses, cansados de políticos como Armando Chavarría Barrera y su muy conocido y reducido grupo de seguidores.

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