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Obtiene el mexicano Carlos Reygadas el premio al mejor director en el Festival de Cannes

DPA

Cannes

El director austriaco Michael Haneke conquistó ayer su segunda Palma de Oro con Amour, la historia de amor de un matrimonio anciano, que fue una de las películas más aplaudidas de la 65 edición del Festival de Cannes.
“Es el mejor director vivo”, aseguró el actor y protagonista de la cinta Jean-Louis Trintignant (Z), que subió al escenario acompañado de su compañera de reparto, Emmanuelle Riva (Hiroshima mon amour). El presidente del jurado, Nanni Moretti, explicó en rueda de prensa que la Palma de Oro es incompatible con otros premios, por ello, subrayó, se destacó el trabajo de los actores protagonistas antes de anunciar el galardón.
Haneke (Múnich, 1942), que ya se había alzado con la Palma de Oro con La cinta blanca en 2009, entra a partir de ayer a formar parte del exclusivo club compuesto hasta ahora por seis realizadores distinguidos en dos ocasiones con el máximo galardón del prestigioso certamen francés (Emir Kusturica, los hermanos Dardenne, Shohei Imamura, Bille August, Francis Ford Coppola y Alf Sjöberg).
Amour muestra la parte más dolorosa del amor, cuando una vida se apaga en un matrimonio anciano bien avenido.
En un palmarés de marcado acento europeo, el jurado apostó por un cine de factura más clásica, dejando fuera las propuestas más radicales como Holy motors, del francés Leos Carax.
“En algunos directores prevalecía más el amor por el propio estilo que por sus personajes”, comentó Moretti al explicar la premiación.
La única excepción en esta premiación la constituye el premio al mejor director que alzó el mexicano Carlos Reygadas, cuyo cuarto largometraje Post Tenebras Lux había sido abucheado por la crítica.
Es por ello que el cineasta, al recoger el galardón, quiso dedicarlo a los espectadores que verán la película, así como a la prensa que la criticó y a sus hijos, Rut y Eleazar, que coprotagonizan la cinta.
Reygadas, que ya recogió en 2007 el Premio del Jurado con Luz silenciosa, su tercera película, ofrece en Post Tenebras Lux una suerte de collage sobre el México actual, a través de la sencilla historia de una pareja acomodada que se muda al campo con sus hijos pequeños.
Al ser consultado Moretti sobre este premio, el director italiano respondió: “No sabía cómo la prensa había acogido la película. Había algunos miembros del jurado que se mostraron impresionados por el lenguaje cinematográfico nuevo, por el riesgo que tomó con respecto a otros”, explicó.
Las películas de Carax, Reygadas y Walter Salles (On the road) son las que más han dividido al jurado y finalmente se decidió premiar sólo a Reygadas, reveló Moretti.
En su conjunto, el palmarés de la 65 edición del Festival de Cannes está compuesto de autores ya distinguidos en otras ediciones. Entre ellos destaca el rumano Cristian Mungiu, que recogió el premio por el mejor guión por Dupa dealuri (Beyong the hills), mientras que sus protagonistas Cristina Flutur y Cosmina Stratan fueron distinguidas con el galardón a la mejor interpretación femenina.
Si en 4 meses, 3 semanas y 2 días (premiada con la Palma de Oro) Mungiu mostraba cómo era su país en plena dictadura comunista durante los años 60, ahora habla de la sociedad rumana actual marchándose a un convento de religiosas, que acoge a muchachas educadas en orfanatos.
Entre las sorpresas de la premiación figura el Premio del Jurado para la comedia de Ken Loach The Angel’s share, que había tenido una buena acogida, pero no figuraba entre las favoritas para entrar en el palmarés. Loach, que también tiene una Palma de Oro en su vitrina (El viento que agita la cebada), se mostró especialmente contento por el hecho de que se distinguiese una comedia.
Centrada en unos jóvenes maleantes que buscan una oportunidad para salir adelante, The Angel’s share no pierde el acento social que distingue a los trabajos de Loach. “Cannes nos muestra que el cine no es sólo una diversión, nos demuestra cómo somos y cómo vivimos juntos. Me gustaría expresar mi solidaridad a todos los que en esta época difícil resisten a los programas de austeridad y privatización”, afirmó el realizador al recoger el premio.
El único entre los premiados que fue silbado por la platea fue el italiano Matteo Garrone, que alzó el Gran Premio, el segundo en importancia, por Reality, un ácido estudio sobre los efectos de la telerrealidad. El cineasta italiano no tuvo la misma recepción en Cannes que hace cuatro años, cuando se alzó con este mismo premio por Gomorra.
El que sí fue ovacionado fue el danés Mads Mikkelsen, quien se alzó con el galardón a la mejor interpretación masculina por su papel de profesor víctima de una caza de brujas en Jagten (The hunt), de Thomas Vinterberg.
Y en el apartado de los perdedores de esta 65 edición del Festival de Cannes figura el cine independiente estadunidense de nuevo cuño, que se fue con las manos vacías a pesar de contar con cuatro películas en la competición oficial.

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