Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Humberto Musacchio

LA REPÚBLICA DE LAS LETRAS

¿Museo de la Ciudad Carlos Fuentes?

El martes pasado, en una más de sus ocurrencias, Marcelo Ebrard, por sus purititas pistolas, rebautizó el Museo de la Ciudad con el nombre de Carlos Fuentes, para lo cual hasta develó una placa colocada en medio del patio. Pero lo cierto es que Fuentes no merece este “homenaje” demagógico ni el museo este nuevo gesto de desprecio. El viejo palacio del siglo XVII, reconstruido en la octava década del siglo XVIII por Francisco de Guerrero y Torres, conserva en la parte inferior de la esquina de Pino Suárez y República de El Salvador una cabeza de serpiente labrada en piedra. El edificio fue declarado monumento nacional en 1931. En el paso del siglo XIX al XX fue casa de Joaquín Clausell, figura mayor del tardío impresionismo mexicano, y en la azotea se conserva lo que fue su estudio, en cuyas paredes pintó directamente infinidad de pequeños cuadros. El gobierno capitalino adquirió el inmueble en 1960 y encargó a don Pedro Ramírez Vázquez que realizara las adaptaciones necesarias para que ahí se instalara el Museo de la Ciudad de México. Éste abrió sus puertas en 1964 con una buena cantidad de objetos de época, una enorme maqueta de la capital en la que se simulaban el día y la noche y varios vehículos de servicio público de principios del siglo XX alojados en las cocheras del patio principal. El recorrido por sus salas era interesante e instructivo para niños y adultos por sus muchos aciertos museográficos. Pero…

Entre la incuria y la demagogia

Con el paso de los años, abandonado por los regentes priistas que lo usaban casi exclusivamente para ceremonias de relumbrón, el bello museo fue objeto de un creciente deterioro. Se dañaron varias piezas originales que pertenecían al Instituto Nacional de Antropología e Historia, que justamente reclamó su devolución, y ya en la era de los gobiernos perredistas el viejo palacio se alquilaba –¿Se alquila aún?—para toda clase de pachangas y borracheras con el consiguiente riesgo de causarle daños. El impresionante mural de Francisco Moreno Capdevila que decoraba una de las salas fue groseramente desmontado y sus partes tiradas en el patio trasero. De ahí pudo rescatarlo Fernando Serrano Migallón, entonces director de la Facultad de Derecho de la UNAM, quien logró que fuera restaurado por expertos y colocado en un salón de actos de la propia facultad, donde se le preserva de la incuria burocrática. En el Museo se montó una pequeña exposición con fotos, videos y algunos letreros que de ninguna manera sustituyen la benemérita labor que cumplía la vieja museografía, en tanto que algunas salas se dedicaron a exposiciones de artistas contemporáneos y otros espacios fueron ocupados por la tropa administrativa de la secretaría “de Cultura” del gobierno capitalino. Ponerle al museo el nombre de Carlos Fuentes no pasa de ser un acto de la más tosca demagogia.

Difusión Cultural en la UNAM

En los años 60, bajo la rectoría de don Javier Barros Sierra, la UNAM vivió una genuina primavera cultural. A todos y cada uno de los planteles de bachillerato –entonces sólo existía en ese nivel la Escuela Nacional Preparatoria—fueron personajes como Juan José Arreola, José Agustín y Carlos Monsiváis; se impulsó seriamente el teatro preparatoriano, nació el Taller Coreográfico de la UNAM y Eduardo Mata convirtió la Orquesta Sinfónica de la institución en el principal conjunto sonoro del país. En aquellos años, el Museo Universitario de Ciencias y Artes ofrecía grandes exposiciones de los maestros mexicanos de la plástica y la Casa del Lago, destino indispensable de los domingos, continuaba como sede de Poesía en Voz Alta, del teatro de vanguardia y de conciertos y exposiciones de todo tipo. Nunca como entonces se vivió tal efervescencia cultural en la máxima casa de estudios, pese a que en las décadas siguientes se abrieron nuevos foros y que fenómenos como el teatro vivieron momentos muy relevantes en el paso de los 70 a los 80. Pero aquello era distinto. Era toda la Universidad la que tenía acceso a manifestaciones culturales de primero orden. Después, alguien supuso que cobrando las entradas se ganarían unos pesos y se tomaron esa y otras medidas que alejaron a la gente de la oferta cultural de la UNAM. Por eso, bienvenido el propósito de la doctora Teresa Uriarte de generar vínculos entre los museos, las escuelas universitarias y el público.

El INBA pisotea derechos

Es lamentable que altos directivos del Instituto Nacional de Bellas ignoren la existencia de la Constitución de la República, que en su artículo 123 protege a los trabajadores de todo nivel. Precisamente por esa ignorancia, Stasia de la Garza, coordinadora Nacional de Literatura, maneja la dependencia a su cargo como una hacienda porfiriana en la que se trata a los empleados como meros peones sin derechos. Por sus pistolas, le pidió la renuncia a Ixchel Cordero Chavarría, jefa del Departamento de Animación a la Creación (ex Casa de Lectura Condesa); como ésta se negara a entregársela porque necesita el empleo y no había incurrido en incumplimiento de sus tareas ni falta alguna que mereciera sanción, la señora De la Garza echó mano de policías y funcionarios de catadura guaruresca para impedirle la entrada a la señora Cordero si no firmaba antes su renuncia. La afectada pidió ayuda a algunos amigos para que atestiguaran la forma ruin en que se pisoteaban sus derechos y ahora se dispone a acudir a la justicia laboral, donde el INBA perderá el caso y tendrá que reponerla en su empleo o liquidarla conforme a la ley, lo que se hará con los impuestos que pagamos los ciudadanos. Todo para cumplir un caprichito a quien ocupa la dirección de literatura del INBA sin merecimiento ni aptitud.

Breviario…

Bien por Rodolfo Tuirán, subsecretario de Educación Superior de la SEP, quien se asume como parte del movimiento #YoSoy132, una bocanada de aire fresco sobre la triste política mexicana. @@@ En valija diplomática se enviaron a Cannes unas botellas de mezcal que fueron confiscadas por la policía francesa. Eran para brindar por Post Tenebras Lux, el filme de Carlos Reygadas. Penoso incidente. @@@ Tinta Seca, la revista de artes plásticas que dirige Miguel Ángel Muñoz, cumple 20 años. ¡Felicidades!

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