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Proponen en el foro rehabilitar el CIA para instalar ahí los casinos

 

 Crear una policía especializada en la vigilancia de los centros de juego; fomentar vuelos aéreos hacia Acapulco con inversionistas; reglamentar las peleas de perros, otras propuestas

 En el foro de análisis de la iniciativa de la Ley Federal de Juegos con Apuestas y Sorteos, la sociedad civil y empresarios del puerto presentaron a la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados federal sus propuestas, entre las que destacaron la creación de una policía especializada en la vigilancia de los casinos; el fomento de vuelos aéreos hacia Acapulco con inversionistas; la reglamentación de las peleas de perros y el rescate del Centro Internacional Acapulco para habilitarlo para la instalación de casinos.

En el segundo día de este foro no asistieron diputados priístas, debido a que según explicó más tarde en declaraciones la diputada federal y coordinadora de la subcomisión de promoción turística de la Cámara de diputados, Irma Figueroa Romero, la ausencia se debió a falta de espacios en la agenda del representante del PRI.

Durante el foro las principales inquietudes fueron la posibilidad de que con los casinos se propicie el surgimiento tanto de jugadores compulsivos como juegos clandestinos; así como la duda de que aquellos casinos que traigan consigo infraestructura hotelera pudieran desbancar a la planta hotelera ya existente en Acapulco.

En ese sentido, el asesor de la Canirac, Pedro Aguilar, aunque dijo que esta cámara está a favor de la instalación de casinos no así con la instalación de infraestructura hotelera para que ésta “no dañe la ya existente”.

Al respecto el presidente de la Coparmex, José Jorge Bajos Valverde, dijo que a efecto de que exista un importante ingreso económico en las ciudades sede, los casinos deberán operar “sobre la base de No all inclusive”.

Además de que agregó que “el mecanismo para otorgar permisos deja aparentemente tal libertad a los mercados que uno supondría que habría más de un casino por plaza, en caso de que el mercado lo resistiera; sin embargo, desde el punto de vista del inversionista, éste siempre estará buscando el privilegio que brinda el monopolio, aún cuando éste fuera regional o municipal. De aquí uno esperaría que el inversionista sobredimensionara el casino en el corto plazo, para convertirse en barrera real de entrada a la actividad en la plaza y segundo que los extranjeros se pusieran de acuerdo para repartirse los mercados locales, con lo que sólo se solicitará un permiso por plaza”.

Aunque en seguida comentó que el número de casinos por plaza no puede dejarse sólo al mercado; por consiguiente dijo que la Comisión habrá de establecer un criterio para el número máximo de casinos por plaza y eventualmente “este número estaría sujeto a revisión para su ampliación de acuerdo con al expansión del mercado”.

Explicó que una forma de determinar lo anterior sería que el mercado fuera definido con base en la población nacional equivalente “esto es la población residente más el turismo nacional convertida a una base equivalente de residentes permanentes con una ponderación del 40 por ciento y aquella dada por la equivalencia de residentes permanente del turismo extranjero con una ponderación del 60 por ciento”, y dijo que lo anterior favorecería a las ciudades con mayor flujo de turistas extranjeros.

“Una salvaguarda adicional sería la de establecer un candado en términos de la nueva oferta hotelera que llega aparejada con los casinos, de lo contrario el nuevo flujo turístico lo captarían ellos; una posibilidad es que el hotel no rebase el promedio de cuartos en esa categoría de la ciudad en que se pretende establecer, la otra, que no pretende sustituir sino complementar, es referir la construcción de hoteles y eventualmente su concentración en unas cuantas manos a la Comisión Federal de Competencia para evitar políticas de precios que constituyen prácticas monopólicas.

Bajos Valverde concluyó su participación con una crítica sobre qué autoridades determinarían a quiénes se otorgarían las concesiones, pues en la iniciativa se menciona que para poder otorgar una concesión de casinos se debe contar con la aprobación del gobierno estatal y municipal, por consiguiente el presidente de la Coparmex consideró que no debe dársele “tanto poder” a estos niveles de gobierno para “evitar que la corrupción en el sector” se haga presente, por ello dijo que la responsabilidad debe estar en el poder federal.

El presidente del Colegio de Licenciados en Turismo (Coltur), Héctor Pastor Durán, por su parte urgió la necesidad de la reglamentación y regulación de los juegos y sorteos sobre todo, dijo, por la evasión fiscal que representan los centros de juegos clandestinos.

Refirió que Acapulco requiere de la instalación de casinos debido al turismo de bajos recursos económicos que llega durante las diferentes temporadas.

“Se necesita reactivar la economía de nuestro estado, ofreciendo nuevas atracciones y diversiones como lo son los casinos además de estar en un nivel competitivo internacionalmente”.

El presidente de Coltur presentó entre sus propuestas la instalación de escuelas o centros de capacitación en el manejo de casinos y áreas específicas, “con miras a la certificación en normas de competencia laboral de los prestadores de servicios que laboren en esas empresas”; que se realicen convenios con los inversionistas para que “apoyen en los programas de fomento de vuelos hacia este destino de playa” y que el Centro Internacional Acapulco se rescate y se habilite para la instalación de los casinos.

Por su parte el representante de guías de turistas, Jaime Diosadado, resaltó la importancia de la reglamentación, aunque dijo que así como para los hoteles formales existe la oferta extra hotelera, para los casinos es posible que “se aliente el juego clandestino” por ellos consideró importante la creación de una policía especializada.

Propuso que el capítulo de Sanciones sea ampliado porque “sólo ponen sanciones para los autorizados, pero a los que están fuera de ello, quién los sancionará”.

La no reelección ha sido obstáculo para la aprobación

El presidente de la Canaco, Alejandro Martínez Sidney, en su participación propuso que se reglamenten las apuestas en las peleas de perros, debido a que “la realidad en México es que existen”, además de que en la iniciativa analizada no se incluye su reglamentación.

Durante el foro la continua duda de los asistentes fue el que si ya se aprobará o no la iniciativa por parte del Congreso de la Unión. Es por ello que la diputada Elizabeth Yáñez argumentó que lo que ha impedido que después de cuatro legislaturas no se apruebe la ley se debe a que la no reelección de los diputados ha impedido la continuación necesaria para avanzar y concretar la aprobación.

“A lo mejor aquí un poco el problema que hay, es la cuestión de que no hay una reelección, en el momento en que cada tres años se elige al 100 por ciento de la Cámara de Diputados, se evita que la experiencia en los análisis que se han hecho se puedan aprovechar o continuar para llegar a una aprobación final”, refirió.

Después de la clausura del foro, efectuada por el secretario de la comisión, Rómulo Cárdenas, la diputada perredista, Irma Figueroa en declaraciones aseguró que Acapulco se encuentra preparado para la instalación de casinos, con lo cual dijo “sería un relanzamiento de Acapulco”.

Indicó que las propuestas ahí escuchadas enriquecerán los dictámenes que se están vertiendo en las diferentes comisiones en las que está en estos momentos, que son la de Gobernación, Hacienda y Turismo.

Vio como viable que en este periodo si se apruebe la iniciativa –presentada por el diputado priísta, Francisco Javier Bravo Carbajal, el pasado 29 de abril– debido a que “salió consensuada en la Comisión de Turismo con 19 votos a favor y con la participación de todo los partidos además de que la primera lectura fue avalada por 254 –de un total de 500– diputados presentes”.

Concluyó al informar que la iniciativa pasará a segunda lectura en el próximo periodo ordinario de sesiones de la Cámara, para después sí se aprueba sea mandada al Senado para su aprobación o desacreditación.

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