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Xavier Carreto A.

Un PRI entrampado

Tal parece que a los priístas empieza a hacerles agua la embarcación. Ya que todo indica que el Plan A de la sucesión gubernamental les ha fallado, es decir que el senador con licencia Armando Chavarría Barrera fuera el candidato del Partido de la Revolución Democrática, a través de su participación en un proceso electoral abierto en el cual este partido tiene mucho que perder y poco que ganar.

Pero también el Plan B del tricolor corre el riesgo de fracasar, cuando integrantes distinguidos del Partido Revolucionario Institucional como los regidores del Ayuntamiento de Acapulco y sus seguidores, han decidido abandonar, dos de los siete, a esta organización. Además, si el regidor Rogelio Villanueva Camarena es congruente con la decisión del sindicato del IMSS, al cual pertenece, de abandonar sus filas por el apoyo de los legisladores del PRI a las modificaciones a la Ley de este instituto, tendrán una nueva defección. Hay que agregar, por supuesto, el problema que también vive otro de sus regidores, Rodolfo Escobar Avila, quien afronta la situación de la suspensión ilegal de labores en el hotel Emporio Continental, cuya conclusión es de pronóstico reservado. El PRI se empieza a ver entrampado, cuando faltan seis meses para el proceso electoral del 6 de febrero de 2005.

Aunque los priístas lo nieguen, y de manera enfática su candidato a gobernador y el propio gobrnador, el PRI tiene metidas las manos en la designación del candidato perredista. Hay varias pistas que sustentan esta afirmación. Empezando por los apoyos dados al senador Chavarría que el gobernador Juárez ha ordenado como el del Partido de la Revolución del Sur (PRS), por conducto de su guía moral, el diputado Jesús Heriberto Noriega Cantú, quien a últimas fechas ha modificado su decisión y expresado que el PRS avalará al candidato del PRD que resulte designado.

El pronunciamiento a favor de Chavarría de una fracción del Partido del Trabajo (PT), encabezada por el ex diputado federal Félix Castellanos y el diputado local Fredy García Guevara, quien ha dicho que sí a todo lo que el PRI propone en el Congreso; de ambos no se ha vuelto a saber nada. También hay que incluir en estas manifestaciones en pro del ex delegado del INEA, al diputado independiente Cuauhtémoc García Amor, quien asimismo se ha destacado por su incondicional apoyo a todas las propuestas emanadas de los diputados priístas en el Congreso.

En este rubro de apuntalar a Chavarría, destaca el respaldo dado por César Flores Maldonado, de quien no se sabe si sigue siendo priísta, pero lo cierto es que enemistado con el gobernador no está, pues la gente que colaboró con él en su desempeño como secretario de Desarrollo Económico del gobierno del estado sigue en su lugar. Mención aparte merece el aval dado a Chavarría por los diputados locales de su partido como David Jiménez Rumbo, Mauro García Medina, Marco Antonio López, Fidel Luis Solano, René Lobato Ramírez, legisladores que se les conoce por su apoyo a la aprobación de la Cuenta Pública y a lo que ordene el titular del Ejecutivo, sin más argumento que el de su libre albedrío para tomar decisiones, aunque estas sean contrarias al interés de sus representados y a los principios de su partido.

El denominador común de todos estos apoyadores de Armando Chavarría, en su necedad de ser candidato a gobernador del PRD, es el de su innegable vínculo con el gobernador Juárez Cisneros. Así lo demuestran sus trayectorias y sus desempeños, particularmente quienes ahora ocupan posiciones como integrantes del Poder Legislativo en la entidad. De Noriega Cantú, está más que documentada su estrecha relación con los gobiernos emanados del PRI, a los cuales ha servido y sigue sirviendo, aunque sus relevantes actuaciones en la tribuna del Congreso engañen a más de uno; hay que reconocerle que es un notable actor.

Asimismo, se han denunciado los apoyos que Chavarría recibe de las dependencias del gobierno del Estado como es el caso de su jefa de Prensa en Acapulco, quien utiliza los recursos de la Secretaría de Fomento Turístico para impulsar su candidatura. También está documentada la participación de connotados priístas cercanos al coordinador de la campaña de este partido, Manuel Añorve Baños, en los preparativos que hace el equipo del senador para la soñada elección interna perredista este 15 de agosto. Las reuniones entre el senador perredista y el coordinador priísta son hechos muy frecuentes.

En cuanto al Plan B priísta para retener la gubernatura, en otras palabras cerrar filas en torno a su candidato y buscar a la sociedad para arroparlo, tampoco se le están dando las cosas como ellos quisieran. Algunos de los propios priístas están convencidos de que la continuación de su partido en el gobierno no es la solución a los graves problemas que tenemos en el estado. La corrupción que se exhibe en las áreas del mayor gasto público como educación, salud están a la vista, a través de las denuncias de ciudadanos que han resultado afectados y la efectuada por el propio titular de la SEG. En los próximos días seremos testigos, una vez definida la candidatura perredista en favor del precandidato Zeferino Torreblanca, que tiene el mayor respaldo popular, la salida de más priístas para apoyar a éste.

En cuanto a la mayoría de los electores guerrerenses están más que convencidos en no sufragar por el candidato del PRI, pues no solucionará las corruptelas, la pobreza y la inseguridad, entre otras cosas, en que nos tiene el actual gobierno estatal. La carga más pesada que tiene sobre sus espaldas Héctor Astudillo es el mal gobierno de René Juárez. De nada sirve que los priístas organicen foros para conocer la problemática estatal, si la conocen bien al igual que la mayoría de los ciudadanos informados, y ésta no es otra que el saqueo que de los recursos públicos se ha hecho en el actual gobierno.

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