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Cuauhtémoc Sandoval Ramírez

Los Cívicos guerrerenses ¿callejón con salida?

La corriente de los cívicos guerrerenses hoy se encuentra en una complicada situación al encontrarse en minoría al interior del PRD. Su aislamiento les puede llevar a realizar acciones que dificulten el proceso de selección del candidato perredista a la gubernatura de Guerrero. He comentado con muchos compañeros esta coyuntura y soy de la opinión de que necesitamos construir puentes internos que nos permitan salir juntos, tal como lo hemos hecho en muchas ocasiones en esta relación quinceañera.

La corriente de los cívicos guerrerenses es una de los afluentes fundamentales que dieron origen al PRD. Retomando las banderas de la Asociación Cívica Guerrerense formada por el legendario Genaro Vázquez Rojas, al calor de las luchas contra el autoritarismo de los gobiernos de Caballero Aburto y de Abarca Alarcón, en los años 70 constituyeron la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria.

A principios de los 80 se aliaron con el PSUM y PMS y a raíz de su incursión electoral, la naciente ACNR se dividió entre nuevos y viejos cívicos. Su participación electoral era congruente con la lucha de los cívicos guerrerenses, quienes incluso en peores circunstancias y sin registro electoral, lanzaron candidato a gobernador en 1962 que culminó con la masacre en Iguala en diciembre de ese año y el encarcelamiento de Genaro.

El 19 de noviembre de 1971, un comando armado dirigido por Genaro Vázquez Rojas secuestró al rector de la UAG, Jaime Castrejón Diez y lo liberó doce días después. Tres meses más tarde, don Jaime renunció a la Rectoría hecho que generó un importante movimiento de reforma universitaria. En 1999, 28 años después, los cívicos en una iniciativa audaz, lo propusieron como precandidato a gobernador del PRD y contendió contra Félix Salgado Macedonio. Este gesto de reconciliación hubiera salido perfecto si don Jaime hubiera apoyado a Félix y no se hubiera retirado al perder la contienda electoral.

A lo largo de estas tres décadas, la corriente cívica se afianzó en la UAG y fue el apoyo fundamental de Rosalío Wences Reza y de los rectores (salvo algunas excepciones) que se intercalaban entre gestión y gestión del doctor Wences, así como de propuestas poco diseñadas académicamente como la de Universidad-Pueblo, de cuyas consecuencias aún no se repone nuestro máximo centro educativo.

Armando Chavarría se formó políticamente en medio de las terribles contradicciones que surgieron en el proceso de fundación de la UAG, institución que vivió sus primeros años tratando de sobrevivir ante el fuego cruzado, tanto de la barbarie figueroísta así como del sectarismo que prevalecía en la izquierda universitaria. Como líder estudiantil muchas veces estuvo enfrentado a la dirigencia del STAUAG que tradicionalmente ha estado dirigido por sectores opuestos a la administración de la UAG.

Un momento difícil de su carrera política fue el haber aceptado el cargo de delegado del INEA en el gobierno de Ángel Aguirre Rivero al perder la rectoría de la UAG. Posteriormente llegó al grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados donde llegó a ocupar la presidencia de la Comisión de Educación. De ahí al Senado de la República fue un solo paso.

Ya instalado en el ámbito nacional, se dedicó a afianzar sus posiciones en la UAG que le permitió designar al actual rector, haciendo a un lado al candidato natural de los cívicos que era el doctor Rogelio Ortega Martínez. Aún resuena la euforia de los simpatizantes de los cívicos cuando ganaron la actual rectoría: ¡Nelson rector, Chavarría gobernador!

En el PRD a nivel nacional, todas las corrientes hemos cometido errores. La corriente cívica no podía ser la excepción. En el último proceso electoral interno fueron los primeros en destapar a Rosario Robles para la Presidencia Nacional, hecho del que posteriormente se arrepintieron. A nivel estatal, nuestras corrientes pactamos una alianza para impulsar la candidatura de Martín Mora a la Presidencia del Comité Ejecutivo Estatal y a Adolfo Plancarte para la Presidencia del Consejo Estatal. Personalmente, en representación del CEN asistí a Acapulco el 5 de mayo del 2002 para darle posesión a Martín Mora Aguirre.

En la sesión del Consejo Nacional para elegir al nuevo presidente del PRD, ante la renuncia de Rosario Robles, todas las grandes corrientes nacionales perredistas consensamos la candidatura de Leonel Godoy Rangel. La única corriente que se le opuso fueron los cívicos ya que Leonel durante su gestión como secretario general de Gobierno de Michoacán se enfrentó con la corriente magisterial michoacana de la CNTE que la encabeza un distinguido cívico. Con un silencio sepulcral, los consejeros nacionales escuchamos en esa ocasión la solitaria objeción que expuso Mario Saucedo.

Existe la visión equivocada por algunas desafortunadas declaraciones, de que los cívicos intentarán una salida como la que hizo Héctor Sánchez López en Oaxaca, quien se convirtió en un auténtico esquirol el pasado domingo en las elecciones oaxaqueñas. Nada más alejado de la realidad.

Conozco la vocación de lucha y de entrega al partido de la inmensa mayoría de los compañeros que respaldan la candidatura de Chavarría y metería las manos al fuego por ellos. Quien los personifica es Guillermo Sánchez Nava. Tal vez algún sector minoritario de la UAG prefiera a Astudillo que a nuestro candidato. Son los mismos que declararon hijo predilecto de la UAG a René Juárez.

Hoy se ha conformado una nueva mayoría en Guerrero, tanto en la sociedad guerrerense como al interior del PRD, que apoya la candidatura de Zeferino Torreblanca Galindo como nuestro candidato a gobernador. Las masivas movilizaciones que se han dado en todas las regiones del estado; la mayoría de los comités municipales; de los consejeros estatales (131 porque no incluyeron mi nombre); la declinación de Félix Salgado Macedonio; las encuestas ordenadas por el CEN, todos absolutamente todos los indicadores nos demuestran que en esta ocasión, los cívicos y su candidato se han quedado en minoría.

El Consejo Estatal del PRD que sesionará este sábado en Acapulco debe construir un acuerdo político que constituya una salida digna para la candidatura de Armando Chavarría. Por lo pronto es buen signo que este pasado miércoles, en la sesión del periodo extraordinario que se celebró en el Senado de la República para discutir las reformas al IMSS, no tomó posesión como nuevo senador Saúl López Sollano, como sí lo hizo el oaxaqueño coceísta Oscar Cruz en sustitución de Daniel López Nelio.

Cuando me refiero a construir juntos un acuerdo político con Armando Chavarría y sus simpatizantes, no estoy planteando que entremos a un reparto burocrático de cuotas en la dirección estatal del PRD que lo dirigirá ya como partido gobernante, y en las candidaturas de las elecciones de octubre de 2005 y las federales del 2006, y mucho menos en el gabinete del nuevo gobierno democrático que incluirá a destacados dirigentes perredistas.

Necesitamos plantearles a los cívicos y sus aliados que ellos son un sector importante del partido de izquierda que estamos construyendo en Guerrero, con su unidad en la diversidad y en el respeto a la pluralidad y de que juntos construiremos el programa de izquierda del nuevo gobierno democrático de Guerrero. Sin embargo, en esta ocasión su candidatura no ha sido aceptada por las bases.

No estamos en un callejón sin salida. Construyamos un acuerdo político y una salida en el marco de los estatutos y de la responsabilidad y sensatez. Como dijera Silvio Rodríguez, nadie se va a morir, menos ahora.

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