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Deben los gobiernos orientar el desarrollo urbano, dicen en un foro

 Magdalena Cisneros  

Durante el taller Ordenamiento Urbano y Población, el arquitecto Ernesto Betancourt, quien participa en la rehabilitación del Paseo de la Reforma en la ciudad de México, afirmó que los gobiernos tienen que “orientar” el desarrollo urbano de la ciudad, que trabajen como “fuerzas conciliadoras” porque siempre hay contingencias, problemas, sobre los espacios, además que no cuentan con el tiempo político necesario y un presupuesto ilimitado.

Mientras que el ex secretario de Desarrollo Urbano, Obras Públicas y Ecología durante el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo, Guillermo Torres Madrid, opinó que en el caso de Acapulco ha faltado “una convocatoria de quién asuma la responsabilidad de conducir y convocar a todas las fuerzas para encontrar coincidencias, dejar diferencias” en el desarrollo urbano.

Ayer, se llevó a cabo el tercer taller dentro del programa Diálogo 2005 por una democracia participativa, organizado por la diputada federal Rosario Herrera, donde participaron con ponencias, además de Betancourt, la investigadora académica, María Inés Mombrelli Pierni, así como el investigador de la Universidad Autónoma de Guerrero, Néstor Luis Cortese Coyos y Manuel Ruiz Vargas.

La diputada federal perredista dijo que sin ser experta en el tema urbanístico, era obvio que había “contrastes” entre la opulencia y la indigencia, que no se ha encontrado “el equilibrio en el desarrollo urbano” para que se viva de manera armoniosa.

En su intervención, Ernesto Betancourt dijo que en desarrollo urbano “no se pueden aplicar reglas fijas, cada ciudad es distinta, por eso ese hibridismo de ciudad, tiene que ve con criterios para afrontar problemas ”.

Agregó que este aspecto urbanístico “no se puede controlar por decreto” que los gobiernos tienen que orientar las tendencias urbanas, que es cierto que debe existir un plan maestro hecho por especialistas, pero ante las opiniones diversas que existen, el gobierno debe fungir como “concertador de fuerzas” porque existen socialmente y políticamente.

Reconoció que la función de gobierno no es fácil, sobre todo porque hay una democracia joven, inexperta sobre las funciones de desarrollo urbano, pero que se debe construir donde la opinión pública pueda manifestarse e incidir, además de no contar con el tiempo político necesario y un presupuesto ilimitado “hay que factores que pesan”.

Ernesto Betancourt resumió que los gobiernos deben efectuar los planes maestros de desarrollo urbano con la ayuda de académicos que tengan viabilidad, que rebasen planes políticos y de partido.

De Acapulco dijo no conocer mucho su estructura urbana, pero que el problema ecológico, de drenaje y los asentamientos irregulares son aspectos que deben atenderse “sea el partido que sea”.

A pregunta de Rosario Herrera de si una zona debe mantener exclusividad, así como lo pidieron inversionistas en Punta Diamante, Betancourt respondió que era “detestable” esta situación porque de manera “cualitativa de desarrollo urbano, se parecen a parques temáticos, de diversión”.

Destacó que la gran virtud de las ciudades es la mezcla del mestizaje, de usos, de núcleos urbanos que mezclan costumbres diversas”.

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