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Hipólita encabezó invasiones; Perea creó Los Yopes

José Guadalupe Perea e Hipólita Olmedo son tan del PRI que su renuncia a ese partido para pasarse a las filas de “la oposición” dejó en el desconcierto a los mismos priístas. Los ahora regidores crecieron como líderes a la sombra y protección del priísmo; es decir, se fortalecieron con la complicidad de gobiernos priístas, que dieron carpetazo a demandas penales en su contra y les permitieron todo, hasta la violencia con sus eventuales opositores.

Hipólita Olmedo, Pola, es la lideresa de la colonia Francisco Villa, ubicada sobre la avenida Ruiz Cortines. Ahí, por 1985 encabezó la invasión a unas 6 hectáreas del terreno del Fideicomiso Acapulco, en una colonia que creció después más allá de la línea isobárica que delimitaba la zona protegida del Parque Nacional El Veladero.

Hubo en su contra acusaciones por despojo, aunque no se le hicieron efectivas por el respaldo que recibió en su momento de Rogelio de la O Almazán, en 1991 líder del PRI y de 1993 a 1996 presidente municipal de Acapulco.

A principios de 2002, en la contienda interna de este partido en Acapulco por la candidatura a la Presidencia Municipal, se alió al entonces secretario de Educación, Miguel Mayrén Domínguez, de quien luego se deslindó para sumarse como candidata a regidora en la planilla de Ernesto Rodríguez Escalona, quien ganó el proceso.

A la regiduría llegó como propuesta del dirigente del Movimiento Territorial, Roberto Torres Aguirre. Ella era la representante en Acapulco. Aspiró a dirigir el PRI de Acapulco y hace tres meses en conferencia pidió que para ello hubiera una elección interna. No obstante, nadie pensó que el que no hubiera convocatoria le llevara a deslindarse del priísmo.

José Guadalupe Perea, originario de Puebla, fundó hace una década el grupo Los Yopes, de “comercio sobre ruedas”, que comenzó a trabajar por los rumbos de El Coloso y La Sabana. Se acercó al PRI y en poco tiempo se hizo imprescindible, entre otras cosas por alinearse con los grupos de choque del partido –su fama y nombre aparecían en cada elección– en donde estaba el ex regidor y líder de comerciantes ambulantes, Antonio Valdés Andrade.

Perea es propietario de una bodega en la Central de Abasto y desde hace seis años, violencia e intimidaciones de por medio, se hizo con el control de la administración. Hace un año incluso su grupo se enfrentó con disidentes, cercanos a la entonces candidata del PRD a la diputación federal por el distrito 09, Rosario Herrera Ascencio. Hubo balazos de por medio.

A la planilla de regidores llegó por recomendación del actual dirigente del sector popular del PRI en el estado, Miguel Mayrén, a quien apoyó en su precampaña a la alcaldía, de quien después se separó. Era el coordinador de la fracción de regidores del PRI, y por sus enfrentamientos con grupos perredistas, entre sus compañeros de partido nadie sospechaba que se pudiera acercar al PRD o a alguno de sus precandidatos (Aurelio Peláez).

 

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