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Jaime Castrejón Diez

 La amenaza cultural

 

Hace algunos meses la edición española de Foreign Policy publicó un artículo de Samuel Huntington, El reto hispano, que ha preocupado a muchos analistas e intelectuales y que ha suscitado varias respuestas fuertes, entre ellas la de Carlos Fuentes que rápidamente criticó esta posición. Es un artículo que debe hacernos pensar, porque en una forma similar, en un artículo de Foreing Affais salió El choque de las civilizaciones, que hablaba del choque entre musulmanes y cristianos y que después se convirtió en realidad como preludio a muchas acciones y abrió el camino a la guerra de Irak. Es por eso que este autor es leído con cuidado y analizado, por el efecto que tiene sobre las políticas de la super potencia de la que es parte.

El párrafo inicial es importante conocerlo porque nos permite hacer una reflexión firme sobre esto. Dice: “La llegada constante de inmigrantes hispanos amenaza con dividir Estados Unidos en dos pueblos, dos culturas y dos lenguas. A diferencia de grupos anteriores de inmigrantes, los mexicanos y otros hispanos no se han integrado en la cultura estadunidense dominante, sino que han formado sus propios enclaves políticos y lingüísticos –desde Los Angeles hasta Miami– y rechazan los valores angloprotestantes que construyeron el sueño americano. Estados Unidos corre un riesgo, si ignora este desafio”.

Esta aseveración nos debe hacer pensar que proviniendo de un actor tan integrado a la toma de decisiones estadunidenses manifiesta un preludio a malos tiempos para los hispanos residentes en Estados Unidos y también en sus relaciones con Iberoamérica que hasta el momento el gobierno americano no refleja mucha simpatía hacia nuestros pueblos. La globalización implica multiculturalismo, pero este aspecto es ignorado por este autor que juzgado con rigor representa el etnocentrismo esto es, una visión de globalización dominada por una sola cultura.

De hecho los hispanos no han seguido el camino de otras minorías. Las minorías africanas que llegaron en forma de esclavos de distintas regiones de Africa no tenían ni un lenguaje común ni una cultura común y con el sometimiento de décadas fueron asimilando tanto el idioma como la cultura norteamericana. Es la época de Jefferson por ejemplo, el 70 por ciento de los habitantes eran esclavos y éstos forzosamente se asimilaron a sus amos. Después vino la gran inmigración de los países europeos de Italia, de Europa central, de Irlanda, que tampoco formaban grupos homogéneos y eran esencialmente urbanos, tenían lenguajes diferentes y se fueron asimilando a la cultura de las ciudades norteamericanas y de su cultura original sólo quedaron vestigios en algunos casos el idioma, en otros la comida, pero en sentido práctico la integración fue completa.

Los latinos que llegaron se encontraron con un ambiente adverso; culturalmente presionados, se agruparon entre ellos para protegerse de la presión del país al que iban en busca de trabajo, pero que los marginaba, en algunos casos como es el caso de los mexicanos en Chicago fueron progresando a tomar una posición de clase media donde ya hay profesionistas, empresarios y metidos en su territorio que evolucionó de ghetto a un enclave que mantiene el idioma, la cultura y otras características de sus pueblos originales, es decir fue un mecanismo de defensa en un ambiente discriminatorio, lo mismo sucedió en Los Angeles. Esto los hizo que se comportaran como en sus pueblos de origen modernizándose y encontrando el empleo y el concepto de globalización, pero sin perder su propia identidad, que era una respuesta a la marginación a que fueron obligados.

En el caso de Florida fue diferente, fue el trasplante de una gran población cubana que también presionada por la cultura dominante hizo sus enclaves y mantuvo su identidad lingüística y cultural. Su cultura y su condición de exiliados políticos determinaron su comportamiento.

Difícilmente puede haber una asimilación de estos grupos porque su identidad se basa en gran parte de su cultura original, que fue en respuesta a una presión discriminatoria que modeló una nueva sociedad. Es más, cuando se luchaba por la enseñanza bilingüe, que ahora critica Huntington, era el rompimiento del concepto de las clases dominantes estadunidenses que consideraban que el americano debía ser blanco, anglosajón y protestante y de pronto llegó el peligro moreno que además era latino con un idioma que no querían abandonar, religiosa y culturalmente diferente.

La reflexión es muy clara, el amplio territorio de Estados Unidos y la nueva migración de Asia, ya que también chinos y vietnamitas preservan sus culturas y sus idiomas, tendrá que ser multicultural por razón natural de la migración reciente. Pero sí debe preocupar que un autor tan influyente en la política americana como Huntington considere al moreno como un peligro.

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