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Alberga la escuela de Ayotzinapa a mil 300 ciudadanos que exigen la presentación con vida de los 43 normalistas

*Padres de los desparecidos y estudiantes de otras normales permanecen en la Normal Rural Raúl Isidro Burgos y participan en las acciones de protesta pese a la escasez de alimentos

Lourdes Chávez

Tixtla

Ahora no es una escuela, la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa es una enorme comunidad organizada con un fin común, la presentación con vida de 43 estudiantes detenidos-desaparecidos hace 30 días, luego de los ataques de policías municipales y sicarios en Iguala, donde también asesinaron a tres normalistas, tres civiles, hubo más de 20 heridos y dos continúan graves.
Varios organizadores de las acciones de protesta en las calles y de convivencia en la institución -todos estudiantes-, estimaron que en la escuela viven alrededor de mil 300 personas, entre padres de familia y alumnos de normales rurales de otros estados que se sumaron al movimiento social.
Las 17 Normales Rurales que quedan en el país se identifican por la solidaridad y apoyo mutuo en situaciones difíciles como ésta.
En Ayotzinapa la comida que se sirve en el comedor (que en días normales recibe a unas 500 personas), ya no es suficiente, pero los normalistas consideraron que ayudan a mitigar el hambre los sandwiches de atún que preparan las madres de familia en el cancha de basquetbol, que se ofrecen desde medio día, con las donaciones que llegan a la escuela. Por las noches, familias de Tixtla llevan alguna merienda.
La cancha sigue siendo el espacio común de reunión para conversar y hacer oración por los hijos desaparecidos. En el centro de la plancha de concreto, el altar con la imagen del Señor Santiago Apóstol, cada día incluye nuevos elementos; esta vez lo adornaron con las flores de cempasúchil que, se supo, cortaron los padres de los sembradíos que hicieron los mismos estudiantes.
Uno de los normalistas explicó que las flores se venden en las fiestas de Día de Muertos para hacerse de recursos para los movimientos; el mismo fin tienen los animales de los módulos de producción, que son usados para alimentar a los estudiantes y las organizaciones que se solidarizan con la escuela, en sus jornada de lucha, pues el gobierno del estado también suspende el subsidio de alimentación.
Aceptaron que en los tiempos de mayor intensidad, recurren a la “expropiación” de víveres y combustible, por lo que son cuestionados por algunos sectores de la población.
Cada año, la escuela normal tiene al menos un periodo de movilización para exigir sus demandas históricas ante las autoridades estatales; las principales son la autorización de la matrícula escolar de nuevo ingreso, para garantizar la continuidad de escuela, la permanencia de la licenciatura de educación primaria, que los gobiernos quieren quitar porque según su planeación educativa, ya no son necesarios.
A pesar de la multitud, no hay bullicio. Se ven racimos de jóvenes yendo de un lado a otro, parece que hay normalidad en este ambiente de calma aparente; algunos grupos tienen comisiones de limpieza en las áreas comunes. Los padres asumieron la tarea de la preparación de los alimentos, eso parece distraerlos de la angustia que viven en estos momentos.
Se nota mayor movimiento cuando salen o llegan los autobuses del servicio público (retenidos por los normalistas para ir a sus acciones de protestas), porque se mueven en una sola dirección a cientos de estudiantes comprometidos con su causa; suben y bajan muy serios de las unidades.
Ya se fueron los observadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). que se reconocían desde lejos por el uso de chalecos azul cielo; tampoco está el representante de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); el anterior visitador general de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos del Estado de Guerrero (Codehum), Hipólito Lugo; a quién aceptaron unos días en las instalaciones por la intervención de organismos civiles de derechos humanos.
Uno de los dirigentes explicó que no tenía caso que siguieran en la normal, si no están haciendo nada por la localización de sus compañeros.

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