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Da esperanzas a Grecia el poema de Günter Grass que critica a Europa, dice el embajador griego en Alemania

DPA

Berlín

El poema en el que el Premio Nobel alemán Günter Grass critica la política de Europa hacia la atribulada Grecia es motivo de esperanza, destacó ayer en declaraciones a DPA el embajador griego en Alemania, Dimitrios Rallis.
“Este poema es una respuesta importante a muchos comentarios injustos que han sido expresados en los últimos tiempo sobre Grecia y los griegos”, sostuvo el diplomático, quien destacó que el pueblo griego “está pasando por un momento muy difícil”.
En un poema publicado este sábado bajo el título La vergüenza de Europa, el escritor alemán, de 84 años, arremete contra los políticos europeos que aprietan “más y más el cinturón” a Grecia y les recuerda que es la cuna de la cultura de Europa.
La poesía, la segunda de corte tan político después de la que difundió Grass hace dos meses tachando a Israel de “amenaza para la paz mundial”, casi no ha despertado reacciones.
A continuación el texto integro del poema:

La vergüenza de Europa

Aunque próxima al caos, por no agradar al / mercado, lejos estás de la tierra que tu cuna/ fue.
Lo que con el alma buscaste y creíste/ encontrar/ hoy lo desechas, peor que chatarra / valorado.
Desnuda en la picota del deudor, sufre una / nación a la que dar las gracias era antaño lo / más natural.
País condenado a ser pobre, cuya riqueza / adorna cuidados museos: botín por ti / vigilado.
Los que invadieron con armas esa tierra / bendita de islas llevaban, con su uniforme, a / Hölderlin en la mochila.
País tolerado ya apenas, a cuyos coroneles / toleraste un día en calidad de aliados.
País sin ley al que el poder, que siempre / tiene razón, aprieta el cinturón más y más.
Desafiándote viste de negro Antígona, y en / el país entero hoy lleva luto el pueblo cuyo / huésped eras.
Pero, fuera de ese país, el cortejo de / parientes de Creso ha acumulado en tus / cámaras cuanto brillaba dorado.
¡Bebe de una vez, bebe! grita la clac de los / comisarios, pero airado te devuelve / Sócrates su copa a rebosar.
Maldecirán los dioses a coro lo que te / pertenece, pero sin tu permiso no se podrá / expropiar el Olimpo.
Sin ese país te marchitarás, Europa, privada / del espíritu que un día te concibió.
Günter Grass

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