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El perredista asesinado en Azoyú había denunciado a priístas vinculados a la delincuencia organizada, dice el dirigente

 

El presidente del comité municipal del PRD, Félix Hernández, exige a la PGJE aclarar el crimen. Desde 1996 van ocho militantes de ese partido muertos por motivos políticos, señala

 Redacción Azoyú

El presidente del comité municipal del PRD de Azoyú, Félix Hernández Nabor, afirmó que el Ayuntamiento “solapa y apoya a la delincuencia organizada”en el municipio.

En entrevista, dijo que el asesinato del militante perredista Florencio Justo Bustos, el 27 de junio, probablemente fue motivado porque él había hechos algunas denuncias ante la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada (UEDO), sobre algunos ilícitos que se han cometido en Azoyú por “mantener el poder político” en el municipio.

El dirigente perredista recordó que los conflictos vienen desde 1996, cuando fungía como alcalde el perredista Raúl Evaristo Abundis. A raíz de ello –dijo– los perredistas recibido amenazas y la muerte de ocho militantes de este partido; “las                             amenazas han sido de militantes priístas, quienes están vinculados con la delincuencia organizada”.

“El problema se agudizó en el periodo del ex presidente municipal priísta Tobías Bautista Miranda. Él provocó que la gente de Azoyú no estuvierta de acuerdo con el gobierno democrático. Tobías Bautista cometió un fraude y las instancias electorales dieron el fallo a su favor”, indicó Hernández Nabor.

Tobías Bautista –agregó– “apoyó y solapó” los ilícitos y ahora la actual presidenta municipal, la priísta Consuelo Ibancovichi Muñoz, continúa con esa política.

Por ello, dijo que el PRD exige que la Procuraduría General de Justicia del Estado “frene la violencia en el municipio, que investigue la muerte del perredista Justo Bustos”.

Hernández Nabor recordó que el perredista asistió a un encuentro deportivo donde su hijo participaba, y cuando estaba a un costado de la cancha de futbol “se le acercaron dos tipos con uniforme de futbolista y ante 300 personas le dispararon con armas calibre 38 súper y 9 milímetros, y luego huyeron del pueblo en una                             camioneta” .

En el momento del asesinato –dijo– sólo había dos policías en la comandancia de Azoyú, “pero no hicieron nada, se les avisó y no pasó nada”.

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