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Aún con la oposición de ediles, inauguran el basurero de Chacamerito, Pungarabato

Al acto oficial no asistieron ni el síndico ni los regidores de la comuna. La obra viola las normas ambientales, denuncian

Gregorio Urieta Pungarabato

La secretaria de Salud en el estado, Verónica Muñoz Parra, y el alcalde de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte, inauguraron el jueves el relleno sanitario de Chacamerito, durante un acto al que no asistieron el síndico Juan Carlos Palacios Sebastián ni regidores de la comuna, quienes se oponían al proyecto.

En el acto estuvo el director de Obras Públicas, Heriberto Alvear Palacios.

Los regidores del PRD, PAN y PRI, Alejandro Urióstegui, Salomé Bartolo, Gustavo Juanchi, René Rabiela y Marcos Arellano, que en un principio avalaron la obra, denunciaron que el agujero, de una hectárea de extensión y dos metros de profundidad, recubierto de chapopote, viola las normas elementales del equilibrio ecológico y protección al ambiente.

Señalaron que no pudo haber costado 1.5 millones de pesos, incluso el mismo delegado regional de Copladeg, Antonio Vargas, manifestó su desacuerdo con el resultado de esa obra, durante un recorrido que efectuó en compañía de los ediles y de dirigentes de clubes de servicio.

Las irregularidades

Con un expediente irregular, en el que se falsificó la firma del comisario municipal Pedro Lorenzo Duque, y que habría sido avalada por un Comité de Desarrollo Comunitario ficticio, la autoridad municipal sustentó la obra, la cual incluso carece de Manifestación de Impacto Ambiental.

El documento, elaborado en la Presidencia, consta de apenas cuatro líneas de extensión y nunca fue sometido a la calificación de la Semarnat, o de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

La obra tampoco incluye la infraestructura clave que impediría la contaminación del suelo, agua y aire.

Asimismo fue asignada sin concurso previo a la empresa Guía en Construcciones y Mantenimiento S.A. de C.V., pero fue el Ayuntamiento el ejecutor con el pretexto de que se ahorrarían 300 mil pesos, pues la empresa particular cobraría 1 millón 800 mil.

Pero los trabajos fueron sustentados por el representante legal de la constructora, Oscar Barrera Román, y en el presupuesto intervino Gerardo Cedillo Mondragón, mano derecha de Heriberto Alvear, director de Obras Públicas del municipio.

De esta forma, el relleno sanitario instalado, el año pasado, en el ejido de Chacamerito, da cuenta por sí solo de las diversas irregularidades con que se conduce la autoridad municipal, que últimamente han sido cuestionadas severamente por los regidores y el síndico, al grado de descalificar la actuación de la Contraloría del Estado y del Congreso local, a los que han considerado como “tapaderas de los ayuntamientos”, pues ya efectuaron auditorías y sólo le entregaron algunas observaciones al alcalde Soto Duarte.

Al margen de su costo, 1 millón 500 mil pesos, la obra de Chacamerito incumple también con las normas ecológicas vigentes, al no haber sido autorizado por el gobierno federal ni sujeto a supervisión, con base en una revisión del expediente técnico.

En opinión del regidor de Ecología, Salomé Bartolo Lozano, la obra “es una vegüenza; fue hecha con dolo únicamente para gastar el recurso. Falsearon firmas, suplantaron autoridades federales y desacataron normas de carácter obligatorio a nivel federal, como son las ecológicas”. Dicha opinión es compartida por el resto de los regidores y el síndico municipal, y en la pasada sesión de Cabildo se lo manifestaron al alcalde Ambrosio Soto Duarte y al director de Obras Públicas, Heriberto Alvear Palacios, a quienes pidieron explicaciones.

El regidor Salomé Bartolo Lozano consideró que el caso sería suficiente para someter al presidente Ambrosio Soto Duarte a un juicio político, por las irregularidades que se cometieron no sólo en el manejo de los recursos, sino en los asuntos de carácter legal.

Por su parte, Pedro Lorenzo Duque, comisario municipal en Chacamerito, también fue ignorado sobre la obra porque él exigía a cambio la dotación de agua potable para su comunidad.

Por eso, el presidente optó por formar un Comité de Desarrollo Comunitario con empleados municipales, cuyo presidente sería Juan Negrón Urieta.

El expediente, que fue mostrado a este medio por el regidor René Rabiela, tampoco fue firmado por Cuauhtémoc Mastachi Aguario, vocal de Control y Vigilancia del Coplademun.

Mastachi Aguario expresó que en el caso de Chacamerito no fue tomado en cuenta porque “todo lo autorizan en la Presidencia”.

Asentó además que “Los comités de obra son los que tienen el acceso al expediente, a mí sólo me mandan las propuestas de obra, en lo personal yo nunca he firmado expedientes técnicos”.

El relleno sanitario, un hoyo muy costoso

El relleno de Chacamerito carece también de un programa integral de reciclamiento de productos inorgánicos, aspecto que habría evitado la rápida saturación de la celda con artículos valiosos en el mercado, y que habría contribuido a crear fuentes de empleo.

Los rellenos, sin un adecuado manejo de la basura se convierten a la postre en lastres públicos, toda vez causan contaminación de los recursos naturales y desvalorizan los terrenos aledaños, lo que ya ocurre en Chacamerito.

El médico Roberto Pineda Flores, cuyo predio es vecino del relleno, ya ha solicitado una indemnización a la Alcaldía al considerar que su terreno ha sido afectado y que no sirve para la producción, y mucho menos para construir allí “una finca o algo”, según manifestó al regidor Gustavo Juanchi Quiñones, en la pasada reunión de cabildo.

Lejos de ser lo que la autoridad presume, el relleno sanitario de Chacamerito es un simple tiradero al aire libre, pero reducido a celdas de tierra que carecen de la impermeabilización correcta y que, por lo tanto, permiten la contaminación del suelo a partir de la filtración de lixiviados al subsuelo (líquidos producto de la descomposición de la basura), los que –se ha observado– van a dar directamente al río Cutzamala a través de un arroyo que atraviesa la comunidad de Los Limones, afectando también a Las Querendas.

Técnicamente los rellenos sanitarios son celdas en las que se coloca una “cama” de suelos y una membrana sintética de baja permeabilidad (geomembrana de PVC 0.8 mm, con soldadura química y no Polietileno de acuerdo con expertos), aspecto que en el caso del tiradero de Chacamerito fue suplantado por la colocación de una capa de “chapopote”, según han denunciado también los regidores Alejandro Urióstegui y Marcos Arellano Aparicio.

Este cambio de estrategia –se dijo– habría ahorrado al municipio alrededor de 300 mil pesos, ya que el proyecto original estaba valuado en 1 millón 800 mil, para quedar finalmente en 1 millón 500 mil pesos.

“El presidente tomó por sí solo esa decisión; alguien le dijo que el terreno era rocoso y que no era necesaria la membrana sintética, que es cara en el mercado nacional, y que era suficiente con colocarle chapopote”, explicó en su momento el regidor Gustavo Juanchi Quiñónez.

Además, trabajadores del tiradero atestiguaron que le fue colocada a la celda “un chapopote muy feo, lodoso”, y que no cubría toda el área, lo que pudo constatar este medio.

Aparte de la impermeabilización tuvieron que colocar drenajes en el fondo del relleno para permitir la conducción de los lixiviados hacia una tina, en la que pudieran ser rebombeados o tratados.

En Chacamerito este aspecto se cumple a medias, porque la tina colocada es de capacidad limitada y permite el derrame de estos líquidos.

Los rellenos sanitarios, como su nombre lo indica, implican la cobertura cotidiana de la basura depositada con capas de tierra, para evitar los efectos ambientales generados de la exposición de los desechos. Esta maniobra debe hacerse antes de las 18 horas de exposición de la basura, para evitar la dispersión de malos olores.

También incluye la colocación de chimeneas verticales que facilitan la salida del biogás (gas metano) que resulta de la descomposición de la basura.

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