Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Rosario Herrera Ascencio

Un gobierno alternativo

Durante las últimas semanas mucho se ha discutido sobre el método de selección del candidato del PRD a la gubernatura del estado. El debate en los medios de comunicación es fundamental para la salud democrática, y cuando el debate es inteligente y crítico, aclara el camino.

Sin embargo, la discusión sobre un método de selección, más que dar claridad y firmeza a los actores, ha servido para que ilustres maestros del sofisma y la demagogia brillen. Ha sido, por donde se vea, una discusión bizantina –donde se analiza con rigurosidad científica sobre lo infinitamente innecesario– puesto que la convocatoria del PRD es clara y precisa y nos da alternativas que otrora, ambas se han aplicado.

Esta discusión también ha servido para que ilustres opinadores de la cosa pública estén distraídos de temas más importantes como es el debate sobre el tipo de gobierno que Guerrero necesita.

Más que el candidato, el asunto debe centrarse en el proyecto de gobierno, porque si bien es cierto que estamos luchando por la alternancia, también debemos pensar en una forma de gobierno alternativa. Ya vimos con Fox que la alternancia por sí misma no basta, Fox quiso imponer a la realidad valores abstractos invocados, imposibles de cumplir, lo que ha llevado al país a la actual situación.

Entonces, si queremos un cambio verdadero también debemos tener una forma de gobierno alternativo. Hay que tener con qué sustituir viejos moldes. Tener una política de recambio –como dice don Enrique González Pedrero–, que lleve a construir las nuevas instituciones que necesitan los tiempos nuevos. Porque si sólo se barre lo viejo y no se le sustituye, quedaríamos peor que antes. Por eso, para navegar hacia nuevos tiempos se necesita un plan de navegación, para caminar hay que saber hacia dónde ir. Al PRD en Guerrero le hace falta definir para qué queremos gobernar y cómo queremos gobernar.

Hace falta pues, una cultura política nueva: una alternativa a lo anterior. Nuevas políticas (democráticas) que conduzcan a formas nuevas que nos lleven a donde queremos ir: a la democracia integral, es decir una democracia participativa. Si queremos en Guerrero una democracia económica y social, una democracia política, una democracia igualitaria, una democracia plural y participativa, una democracia cultural, un Estado social que respete al ciudadano, un gobierno fraterno y solidario, no sólo con rostro humano, hay que plantearlo. Hay que decirlo. Hay que debatirlo, hay que ponernos de acuerdo. Para esto están los medios (hay que recordarlo, son medios no fines).

Hay que demostrar que se tiene voluntad de construir una nueva cultura política, hay que promover con honestidad la participación ciudadana, hay que fomentar la implicación de la ciudadanía en los asuntos públicos, en el diseño de proyectos y programas y en la búsqueda de soluciones para dar respuesta a los grandes problemas del estado y el municipio. Es más fácil buscar soluciones entre todos: en corresponsabilidad gobierno y ciudadanos, fortaleciendo a la sociedad civil y la participación ciudadana. Se debe compartir con el ciudadano el poder en el diseño y en la ejecución de programas que atañen a su ámbito y responsabilizarlo de la evaluación y monitoreo del poder público a través de acciones de seguimiento y exigibilidad, ello implica un gobierno transparente y honesto, involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones, no es tarea fácil, hay que pensar en el cómo. La vida política de Guerrero ha sido de verticalidad constante, los gobiernos, autoritarios y retrógradas del PRI                                                   con políticas clientelares y corporativas inhibieron y excluyeron a los ciudadanos de la participación de las políticas públicas, de las tomas de decisiones que directamente los afectan. Algunos sólo fingen interesarse en los ciudadanos para validar pésimas administraciones y justificar malas políticas públicas ejecutadas al margen de los intereses de los ciudadanos. En Guerrero la voz, las denuncias y críticas de los ciudadanos no se recupera, no se respeta.

En la entidad muchos sabemos que no hay una cultura de la participación ciudadana y si no la hay, entonces hay que empezar por generar las condiciones para que los ciudadanos se apropien de esta garantía que otorga todo sistema democrático. Esa es nuestra responsabilidad como legisladores, como gobernantes, como partidos, como ciudadanos, y                             en eso estamos. Por eso hemos convocado al ciclo diálogos 2005 por una democracia participativa, que se están llevando a cabo cada 15 días en el hotel Las Hamacas. Buscamos integrar todas las participaciones que serán editadas en un libro, para difundirlo entre la población y entregarlo a quienes gobiernan y a quienes van a gobernar. Es hora de debatir qué tipo de gobierno queremos y aportar soluciones a los problemas de nuestro estado y de Acapulco, en corresponsabilidad con los ciudadanos. La alternancia necesita de un gobierno alternativo, empecemos a construirlo entre todas y todos.

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