Interrogan a urólogo que atendió al presunto secuestrador de Javier Ibáñez

Caso del rapto del hijo de un empresario gasolinero

Reconoce el especialista haber atendido a Carlos Javier Gomez Mesa, alias El Sinaloa, por una herida provocada por arma de fuego

Teresa de Jesús

Chilpancingo

Como una “prueba más” contra Carlos Javier Gomez Mesa, alias El Sinaloa,  presunto secuestrador de Oscar Javier Ibáñez Reyes, fue interrogado ayer en el Juzgado el urólogo Abraham Cervantes Sánchez, quien reconoció haberlo atendido cuando éste tenía una lesión en un testículo causada por arma de fuego.

Ayer al mediodía, el urólogo del Sanatorio del Carmen, de Chilpancingo, Abraham Cervantes Sánchez, “fue presentado como testigo, por el agente del Ministerio Público, contra Carlos Javier Gómez Mesa”, quien está acusado por el secuestro de Oscar Manuel Ibáñez Reyes.

Ibáñez Reyes, hijo del empresario gasolinero Javier Ibáñez Sandoval, fue secuestrado el 8 de marzo de 1996 por integrantes de la banda de Pedro Barragán. Entre ellos supuestamente se encontraba Carlos Javier Gomez Mesa, alias El Sinaloa, a éste en el forcejeo se le fue un tiro y se lesionó en un testículo.

Por la herida, según declaraciones citadas en los expedientes, El Sinaloa fue intervenido en el Sanatorio del Carmen, ubicado en esta capital, y de la intervención quirúrgica el urólogo Abraham Cervantes Sánchez emitió un certificado médico.

Ayer, el urólogo reconoció haber expedido el certificado médico de El Sinaloa, mismo que se encuentra en el tomo 8 del expediente que forma parte de la causa penal 25/996.

“Soy inocente y no conozco a Pedro Barragán”

En la misma audiencia, Carlos Javier Gomez Mesa, quien ejerce su autodefensa “porque los defensores de oficio se han negado”, presentó cartas de recomendación que “enviaron mis vecinos de Los Mochis, Sinaloa, al ver la injusticia que se comete conmigo”.

Entrevistado en la rejilla, consideró que el proceso penal “ha sido irregular, yo soy inocente, sólo era un carpintero”.

Dijo que durante su detención, ocurrida en Los Mochis, Sinaloa, el 21 de febrero de 1999, “los policías me golpearon, además primero me trasladaron a México, luego a Cuernavaca y posteriormente a Chilpancingo, y en el trayecto nunca supe el delito por el que me acusaban”.

A pregunta de un reportero sobre la relación que le adjudican con la banda de Pedro Barragán, aseguró no conocer “a ese señor, yo no soy ni de aquí, yo soy carpintero”.

Indicó que por el proceso, “por la mala integración de la averiguación previa, tramité un amparo en contra del auto de formal prisión que me dictaron porque no tiene bases, ni fundamentos, esto es irregular”.

A raíz de “la falta de una defensa” –según Gomez Mesa– “yo he aportado varias pruebas y he interpuesto varias quejas ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos para pedir una defensa y para que me atiendan por la infección pulmonar que tengo, pero –el presidente– Juan Alarcón Hernández no me ha dado respuesta”.

Luego el presunto secuestrador dijo “apoyar” las propuestas del gobierno federal para que “se castigue el delito de secuestro, y también para que haya una transparencia en la integración de las averiguación previas”.

Trascendió que a El Sinaloa también se le sigue un proceso penal en el Juzgado Tercero de Primera Instancia del Ramo penal. con sede en Chilpancingo, por el delito de secuestro en agravio de José Gil Velazco, empresario maderero de El Ocotito.

Asimismo, se comentó en los pasillos que previo a la muerte del empresario gasolinero Javier Ibáñez Sandoval –el 9 de marzo del 2002–, El Sinaloa se amparó para no comparecer en las audiencias y “raramente” hoy, a dos años de su muerte “están declarando”.

Para el juez Jesús Campos Ramírez aún no se puede dictar la sentencia a El Sinaloa porque no ha concluido el desahogo de pruebas, y ha influido la renuencia del acusado para comparecer en rejillas.

Según el juez, en el mismo caso se encuentra el presunto secuestrador Miguel Villalobos González, de quien tampoco “podemos cerrar el caso”