Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Anituy Rebolledo Ayerdi

La Quebrada y sus poetas

Rubén H. Luz Castillo

Existió en La Quebrada, de tiempo inmemorial y hasta el siglo XVIII en que fue coheteada, una enorme roca o tolmo partido en dos, cuya hendedura era el paso para cruzar y llegar a los acantilados Aquél enorme monolito, ya quebrado, dio origen al nombre con el que se conoce hoy: La Quebrada. En la misma fecha en que la piedra fue quebrada, se iniciaron los trabajos del Canal de Aireación con fines sanitarios, esto es, para que entrara a la ciudad un mayor caudal de ventilación. La hoy avenida López Mateos.
Hasta finales del siglo pasado fue que el gobierno del presidente Porfirio Díaz se preocupó porque dicho canal se terminara. El estallido de la Revolución impedirá la continuación de la obra, pero el gobierno de don Venustiano Carranza la continuará, por muy breve tiempo, a cargo de don Luis G. Puig, paralizándose nuevamente a los primeros disparos del obregonismo en el puerto.
Mucho antes, el 22 de marzo de 1803, La Quebrada fue visitada por el Barón Alejandro von Humboldt, a quien le impresiona vivamente la caverna conocida como “La Cueva del Diablo”. Una leyenda local aseguraba que era el propio Lucifer quien cuidaba un inmenso tesoro en sus entrañas. Por esa visita se le llamará más tarde la Caverna Humboldt.
Entre La Plancha y el cantil del lado Norte hay una angosta penetración del mar y es allí donde los nativos de los barrios vecinos, encabezados por Rigoberto Apac, se lanzaron los primer clavados (Recuerdos de Acapulco, RHLC).

La Quebrada (Atenedoro Monroy, 1809)

¡Puesta de sol suntuosa! ¡Llamarada
de oro y fuego, de ónix y topacio,
que simula de hadas gran palacio
de milagrosa espléndida fachada!

De pronto el sol de oculta, y la irisada
franja que deja ardiendo en el espacio,
sobre el mar, va extinguiéndose despacio,
y, ya en la noche, aun fulge en La Quebrada

Con el alma hondamente conmovida
ante esta inmensidad, y a los rumores
de las olas, en éxtasis mecida

La emoción, y olvidando sinsabores
¡quién pudiera pasarse aquí la vida
de este excelso occidente a los fulgores!

Elogio de Acapulco (Julio Sesto, 1935)

Acapulco…una ola… una brisa.. una palma..
el calor en el cuerpo… la frescura en el alma
ir al Pie de la Cuesta… visitar La Quebrada
y pensar que si no amamos la vida no es nada

Linda Quebrada (Rubén H. Luz Castillo, 1948)

Fuiste por siglos linda Quebrada
virgen vestida de opaco tul
la cenicienta de un cuento de hadas
que esperó triste a un príncipe azu1

Fue el mundo esquivo a tu hermosura
hasta que vino quien supo amar,
un peregrino que con dulzura,
entre tus brazos te hizo un altar

Hoy con tu amado eres dichosa
viviendo juntos un gran amor
tu eres la novias, Quebrada hermosa,
tu fiel amante El Mirador

Vive tranquila, vive dichosa
Quebrada hermosa, nido de amor
Dios te hizo bella, te hizo hermosa
pero famosa… El Mirador

Sen ela

O sol ñao mais o mesmo e o sol sempre desenha nuvens; a lua quando despertaem vez de paz, provoca medo. Sem Elisa vivo um pesadelo, mas tomo um banho gelado, subo montanhas e não acordo; vou me lançar do despenhadeiro de Acapulco.

Sin ella

El sol no es el mismo de antes y el cielo siempre dibuja nubes; la luna cuando se alza en vez de paz, me provoca miedo. Sin Elisa vivo pesadilla, pero me lavo con agua helada, subo montañas y no despierto; me arrojaré de La Quebrada de Acapulco. ((Traducción de Antonio Miranda).

Atardecer en Acapulco (Emilio Angel Lome Serrano)

Yo he mirado en La Quebrada
el salto mortal que inquieta
y he sorprendido en Caleta
a la tarde enamorada
y como niña asombrada
que va a su primera fiesta
descubrí en Pie de la Cuesta
la luna acapulqueña
hermosa, plena, risueña
despertando de su siesta.

Acapulco de mis recuerdos (América del Río)

Espectáculo hermoso es La Quebrada
quien lo admira jamás podrá olvidar…
una águila virtual desde la altura
proyecta su figura y cae al mar.

Mi viejo Acapulco (Tadeo Arredondo V.)

Recuerdo La Quebrada
El Puente Alto de mi amor,
también Los Tepetates
y el Pozo de la Nación

Acapulco (Antonio Escobar)

Por la noche en La Quebrada
y bajo la luna llena
besaré tu piel morena
loco de amor y pasión

Acapulqueña (José Agustín Ramírez)

Vuelan en La Quebrada las gaviotas
pañuelos blancos que dicen adiós
y en el sutil encaje de la costa
te dejé para siempre el corazón

Lamento Coprero (José de Molina)

El llano de tus palmeras no
se escuchó allá en Los Pinos,
será que los que murieron
eran puros campesinos

No sé quien fue el responsable
gritaban en La Quebrada,
pero el que tuvo la culpa
¡es un hijuelachingada!

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