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Dúo uruguayo va del cine a la danza y de ahí a la solidaridad con Ayotzinapa

Los artistas Ana Magdalena Leite Peyrallo y Aníbal Conde presentan el espectáculo Dance, Dance, Dance en el Festival de La Nao

Óscar Ricardo Muñoz Cano

En medio de referencias fílmicas que se combinaron con música, danza y algo de teatro, los artistas uruguayos Ana Magdalena Leite Peyrallo y Aníbal Conde presentaron el espectáculo Dance, Dance, Dance, ante unas 800 personas que llenaron la plaza de armas del Museo Histórico Fuerte de San Diego la noche del jueves, como parte de las actividades del Octavo Festival Internacional La Nao Acapulco 2014.
Ambos artistas dedicaron no sólo la función a los 43 normalistas desaparecidos en Iguala (los primeros en lo que va del festival), sino que leyeron un texto donde destacaron la tristeza por los hechos, pero con un dejo de esperanza hacia el futuro.
En punto de las 8 de la noche, tanto ella como él, con una pantalla a sus espaldas donde se proyectaron el nombre de las películas y el director de las mismas, iniciaron su presentación con una serie de movimientos de cine (planos cinematográficos) en completa desnudez y ante la sorpresa inicial del público que en adelante relacionaría la serie de danzas con el título de la película.
Además, en muchas de las cintas no se emitió algún sonido, por lo que el público debió imaginar sobre todo las canciones principales de las mismas.
Bajo esas premisas, desfilaron primero, Naranja mecánica (1971) de Stanley Kubrick, que hizo recordar con sus movimientos (los planos de cine) lo mecánico que puede ser el ser humano en el día a día.
Posteriormente interpretaron algo de la cinta Mulholland drive (2001), que dirigió David Lynch y de American beauty (1999) de Sam Mendes, ambas, en ritmos de baile alegre, apresurado y que comenzaron a disipar la sorpresa inicial del púbico al ver los cuerpos desnudos en movimiento.
A ellas le siguieron trabajos como Gotas que caen sobre rocas calientes (2002) del francés Francois Ozon, y dos más del también director francés Jean-Luc Godard, que resultaron poco apreciadas por la gente dado a que quizás no conocía de las cintas. No fue sino hasta que llegaron Tiempos violentos (1995) que dirigió Quentin Tarantino, o Fiebre de sábado por la noche (1977) de John Badham, que con su coreografía bien montada, y a pesar de que no había sonido en absoluto como parte de la propuesta, hicieron olvidar por completo al público que ambos bailarines estaban desnudos, logrando que el trabajo de Leite (coreógrafa y bailarina) y Conde (artista visual y performer) atrapara al público y le arrancara sendos aplausos.
A estas cintas, le siguieron El Gordo y el Flaco en el Oeste (1933) ésta sí con la canción On the trail of the Lonesome Pine de fondo; Flashdance (1983) de la que sólo se pronunciaron las instrucciones de baile; Napoleón dinamita (2004) de Jared Hees, cuyo tema principal, Dance and Reverse, ella cantó a capella mientras él obedecía; El agujero (1988) de Min Liang Tsai, y finalmente El hombre perfecto (1967) cortometraje del director danés Jeorgen Leth.
Luego de la ovación al trabajo de ambos artistas, Leite leyó, en memoria de los desaparecidos de Atyotzinapa y con la imagen de un moño negro de luto proyectada en la pantalla al fondo, un texto escrito por el artista plástico uruguayo Alejandro Vera que inició:
“Hay que contagiar la esperanza. Por México al que le duelen sus muertos, sus jóvenes, sus campesinos, sus mujeres y sus hombres muertos porque ya no están y no están y no están y porque entonces no estarán para arar los campos de México ni para escribir la poesía nueva de México ni para enseñar en sus aulas ni para hacer sonar la música que México necesita hoy más que nunca”.
Y luego de recordar el apoyo de México a los exiliados uruguayos y de exigir que se investiguen la desaparición de los normalistas hasta por debajo de las piedras concluyó: “Aunque México los llore por siempre aún hay algo por lograr: que México como sucedió en Uruguay, cuando alguien diga Me duele, otro alguien pueda abrazarlo y decirle de inmediato. Nunca más”.
Las actividades del festival comenzaron ayer con la conferencia Esclavos africanos del Pacífico, con la ponente María Camila Díaz Casas especialista en temas sobre la Tercera Raíz mexicana, así como también con los talleres de dibujo Manga y de fotografía que imparte el artista Erick Scibor-Rylski.
Así también, se presentaron en el Coloso diversa actividades de La Nao itinerante que un día antes estuvo en San Isidro Labrador.
Para este viernes y en el Museo Fuerte de San Diego a partir de las 8 de la noche se presentará el grupo La Bomba teatro, mientras que en Sinfonía del Mar, media hora después, Los Aguas Aguas.

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