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Montan ofrenda en Ayotzinapa en honor de los estudiantes fallecidos en el periodo de Aguirre

Jacob Morales Antonio

Ayotzinapa, Tixtla

Estudiantes de la normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en memoria de sus siete compañeros asesinados en el periodo del gobernador Ángel Aguirre Rivero instalaron dos altares este Día de Muertos.
Las flores que adornan las ofrendas fueron sembradas por tres de los normalistas asesinados en Iguala la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre, por policías municipales y el grupo criminal Guerreros Unidos, que dejó un saldo total de seis muertos.
De acuerdo con los estudiantes, las flores que colocaron en las ofrendas de la escuela y la plaza cívica de Tixtla fueron sembradas meses atrás por la academia de primer año, a la que pertenecen los 43 estudiantes detenidos-desaparecidos por policías y los tres estudiantes que fueron abatidos.
En los altares fueron colocado las fotos de Jorge Alexis Herrera Pino, originario de Atoyac de Álvarez, y de Gabriel Echeverría de Jesús, de Tixtla, asesinados por policías en un violento desalojo en la Autopista del Sol el 12 de diciembre de 2011, cuando bloqueaban la carretera para demandar que se mantuviera la matrícula estudiantil del siguiente año.
También fueron recordados Eugenio Alberto Tamarit Huerta, originario de Tenamazapa, municipio de Tlacoapa, y Freddy Fernando Vázquez Crispín, de Tixtla, ambos muertos luego de ser atropellados por el chofer de un camión durante un boteo en la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, municipio de Atoyac de Álvarez, el 7 de enero de este año, y los tres estudiantes asesinados en los ataques de Iguala, Daniel Solís Gallardo de Zihuatanejo, Julio César Ramírez Nava de Tixtla, y Julio César Mondragón del Distrito Federal.
Las estructuras de los altares fueron hechas de carrizos y bambú, luego fueron decorados con flores de cempaxúchitl y de terciopelo rojo cosechados en los campos de la Normal, y se colocaron platos de mole rojo y verde, tamales, pozole, refrescos, atole, agua, dulces de calabaza y frutas que eran preferidos por los fallecidos.
Velas y veladoras acompañaron el camino adornado de flores de cempasúchil que guía a las almas de los estudiantes hasta el altar, de acuerdo a las creencias que datan de la época prehispánica. El característico olor del incienso que fue colocado en los dos altares impregnó el aire.
La ofrenda en la plaza cívica de la ciudad, antes de ser terminada por los estudiantes fue rodeada por las familias que visitaron el concurso de ofrendas que desde 1992 la preparatoria 29 de la Universidad Autónoma de Guerrero organiza, quienes curiosos tomaron fotografías del altar dedicado a los caídos de la Normal.

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