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Reseña Carlos Martínez Assad la relación que mantuvo José Revueltas con el cine

*El historiador y cinéfilo interviene en el diplomado a propósito del escritor, ante unas 70 personas en el auditorio de la Unidad Académica de Medicina de la UAG

Óscar Ricardo Muñoz Cano

Tras recordar que el cine fue para José Revueltas, además de un gusto, una manera de hacerse llegar recursos económicos, el historiador y cinéfilo Carlos Martínez Assad repasó este sábado el trabajo del escritor y luchador social por el séptimo arte durante la primera y parte de la segunda mitad del siglo XX.
En su intervención en el Diplomado en Historia y Cultura Política José Revueltas: Vida y Obra de un Mexicano Excepcional y ante unas 70 personas que se dieron cita en el auditorio de la Unidad Académica de Medicina de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), Martínez Assad recordó además que Revueltas ponderó diversos temas de corte social y que incluso trató muchas veces de escribir finales felices para sus guiones, 26 en total que se filmaron, y otro número similar que quedaron inéditos.
Así, y entre proyecciones de algunas de las películas, desfilaron cintas como Que dios me perdone (1947) con María Félix, quien resulta ser una espía que logra interesar a muchos hombres ricos a los cuales seduce para conseguir información al tiempo que misteriosas muertes suceden que sólo un sicólogo logrará descubrir.
Si bien la cinta es un melodrama, deja entrever los conflictos sociales que abundan en varias de sus novelas ya publicadas y que también abundan en la ciudad de México, la cual como en muchas otras cintas de Revueltas, aparece no sólo como escenario sino como un personaje.
Asimismo, La noche avanza (1951) con Pedro Armendáriz, historia policiaca donde Armendáriz, campeón de pelota vasca, vive intoxicado por sus triunfos y desdeña a las mujeres que lo aman, “donde también se ve el asunto de la culpa” que más adelante quedará más plausible en la cinta Rosauro Castro (1950) también con Pedro Armendáriz.
Fue la primera película rural pero con problemas sociales, aseguró Martínez Assad, quien celebró el hecho y agregó que se convertiría en un verdadero hito en la historia de la filmografía mexicana por eso, porque la denuncia de los problemas en las zonas rurales era “sólo de pasadita” y en esta cinta, que trata sobre un cacique que hace todo lo necesario para hacer valer su voluntad aun a costa del propio pueblo en donde vive.
Así, tocó el turno de El apando (1976), que narra una serie de historias aberrantes en el interior de la cárcel de Lecumberri, de la ciudad de México, cinta última de Revueltas y que incluso no llegó a ver; adaptada por él y con ayuda del escritor José Agustín, que para esa época había prologado y reunido toda la obra literaria de Revueltas, resultó ser en la voz de Martínez Assad, su mejor trabajo, “y última participación en el cine de Revueltas ya en un cine completamente diferente”.
El “Diplomado en Historia y Cultura Política José Revueltas: Vida y Obra de un Mexicano Excepcional”, continuará a decir de sus organizadores (la UAG con la colaboración de la Secretaría de Cultura de Guerrero), el próximo sábado 8 de noviembre.

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