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Pide el arzobispo perdón por no haber acompañado a normalistas

*Encabeza Carlos Garfias una misa multitudinaria en Atoyac por la presentación de los 43 desaparecidos

*Entregan a familiares una carta firmada por los cuatro obispos del estado, en la que expresan su solidaridad

*La Iglesia da mensajes para que se conformen los familiares, se queja la CETEG

Pide perdón la Iglesia a familiares de desaparecidos por no haber estado con ellos desde el principio

*Encabeza el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias, una misa multitudinaria en Atoyac por los normalistas. Entregan a familiares una carta firmada por los cuatro obispos del estado, en la que les expresan su solidaridad

Francisco Magaña

Atoyac

En una misa por la paz y por los normalistas desaparecidos, realizada en el zócalo de Atoyac, el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, pidió perdón a los familiares de los 43 normalistas desaparecidos la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre en Iguala por no haber estado con ellos desde el principio de los hechos ocurridos en Iguala.
El representante de la iglesia católica expresó que la misa era por los jóvenes estudiantes desaparecidos, en particular por los cuatro originarios del municipio de Atoyac.
Dijo que “pedimos por ellos y sus familiares, padres y hermanos que tienen más dolor y sufrimiento en su corazón, para que tengan consuelo, esperanza y puedan experimentar en la fe la fortaleza de sobrellevar lo que están sufriendo y disponerse al perdón y la reconciliación”.
Pidió perdón porque dijo que “no hemos estado suficientemente cerca en esta última situación que se ha generado en Guerrero, que ha tenido repercusiones nacionales internacionales de lo que sucedió a los jóvenes de Ayotzinapa en Iguala, por eso hoy venimos a celebrar esta eucaristía con ustedes, para decirles les pedimos perdón, yo de una manera muy personal pido perdón por no estar cerca de ustedes y no saberles acompañar, hacerles sentir la presencia de la iglesia en los momentos difíciles de dolor y sufrimiento que han pasado en la vida”.
La homilía se celebró en el marco de la celebración de los fieles difuntos, para lo cual se montó un altar en el zócalo, donde destacaron las fotografías de los 43 normalistas desaparecidos, así como de los que han sido secuestrados y no han regresado y las víctimas de la guerra sucia.
A esta que fue la primera misa multitudinaria que se realiza en Atoyac acudieron unas 800 personas, entre los estuvieron el alcalde Ediberto Tabares Cisneros y la vicepresidenta de Afadem, Tita Radilla Martínez, y el coordinador de la CETEG en Atoyac, José Faustino Rebolledo Baltazar.
El arzobispo dijo que estaba ahí para decirles a los familiares de los jóvenes desaparecidos que como iglesia les piden perdón y que buscan acompañarlos desde ese momento.
Expresó que les permitan hacer oración de manera conjunta por los desaparecidos, y que tengan consuelo y esperanza.
Exhortó a que así también dispongan del perdón “y puedan reconciliarse y encontrar paz en su corazón a través del perdón a quienes hayan hecho el daño y generaron la desaparición y generaron tanto dolor y sufrimiento que podamos disponer dar perdón en el daño que han hecho, es algo muy importante desde nuestra experiencia de fe, como lo acaba de recordar la palabra, dichosos los que lloran porque serán consolados”.
Abundó que como iglesia quieren hacer acompañamiento y hacer oración con el pueblo donde quiera, en sus casas, en sus ambientes, donde desenvuelven su vida, para con ello dar el acompañamiento psicosocial a quienes lo quieran, con lo que llamó “renovación parroquial”.
Pidió a todos los que son víctimas de la violencia y que se encuentran en situaciones de dolor y sufrimiento que los lastimó en su vida, que “tengan la seguridad que en la medida de nuestras posibilidades estaremos buscando ayudarles para que puedan encontrar consuelo, esperanza e ir transformando ese sufrimiento y dolor en presencia de Dios y camino de santidad”.
Rogó por los desaparecidos y que puedan tener las mejores condiciones donde quiera que se encuentren.
Durante la misa se dio lectura a una carta que firmaron los cuatro obispos del estado, Carlos Garfias Merlos de Acapulco, Alejo Zavala Castro de Chilpancingo-Chilapa, Dagoberto Sosa Arriaga de Tlapa y Maximino Martínez Miranda de Ciudad Altamirano, dirigida a los familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa y que se entregó a las madres de los cuatro jóvenes de Atoyac, quienes al recibirla no pudieron contener su llanto.
En la misiva externa que se unen al dolor y se solidarizan por la desaparición de sus hijos en los hechos ocurridos el 26 de septiembre en Iguala.
Abundan que “este hecho nos ha conmovido a nosotros al igual que la gran parte de los mexicanos y queremos que sepan que hemos hecho oración por ustedes y que sentimos la necesidad de ofrecerles nuestros consuelo conscientes de que no podemos permanecer lejanos a ustedes”.
Afirman que como la virgen María que también tuvo que llevar un gran dolor cuando Jesús fue ajusticiado en la cruz, y “ella pudo soportar tanto dolor porque su confianza en Dios era tan firme, tan viva que reconocía que su mano le acompañaba, estos son tiempos para fortalecer la confianza en Dios”.
Destacan que ofrecen su cercanía y ayuda para superar el dolor que no se puede expresar con palabras, “por medio de la fe, hemos pedido a nuestros hermanos de las parroquias que caminen con ustedes y ayuden y escuchen, para llenarse de esperanza y animarles a seguir a delante y no quedarse con el dolor atorado en el alma, hay que seguir caminando porque Dios siempre tiene cosas buenas para sus hijos que se confían en sus manos, no dejen que les arrebaten la esperanza que todos los seres humanos necesitamos para superar nuestros sufrimiento y a seguir viviendo con dignidad por un mundo mejor”.
Dijo que como obispos de la iglesia católica quieren estar atentos a sus necesidades y de las miles de familias que han sufrido cosas semejantes a las que han sufrido, “como secuestro, extorsiones, desplazamientos forzados y muertes de su miembros, hacemos el compromiso de acompañarlos en la fe para que puedan encontrar consuelo y esperanza y sanar de las heridas y el enojo que haya brotado de su corazón por los hechos violentos que les han perjudicado”.
Externan que desde la iglesia católica quieren hacer suya la suerte de todas las víctimas de la violencia y que harán su esfuerzo para que Guerrero y el país entero caminen hacia la paz.
Para ello señalan que es necesario que cada familia se convierta en un lugar acogedor y amoroso, donde abunde el cariño.
Aseguraron que se mantendrán en oración por las familias, para lo cual al término de la misa las madres de los cuatro normalistas fueron atendidas de manera privada.
En entrevista, el arzobispo dijo que los obispos celebraron en sus diócesis misas similares y él decidió hacerlo en Atoyac y Ayutla como lo hizo el pasado 29.
Señaló que se supone cada arzobispo la hace en su diócesis ya que no se pudo hacer de manera conjunta en Ayotzinapa porque coincidió con una de las manifestaciones, pero que esperan ir juntos los cuatro obispos a la Normal donde ya celebró el obispo de Chilapa.
Dijo que el papa Francisco los ha fortalecido y ha mencionado a todos con la oración que ofreció para que todo el pueblo de México se pueda fortalecer, “ojalá que pronto tengamos respuesta y sepamos algo de dónde se encuentran estos jóvenes desaparecidos”.
Manifestó que como iglesia están buscando colaborar para que las víctimas tengan consuelo y esperanza, que es lo que debería hacer en conjunto la sociedad para que la tensión vaya disminuyendo y la sociedad vaya encontrando consuelo y esperanza.
Los cambios que se han dado en el estado con el nuevo gobierno interino dijo que son una esperanza para el pueblo, “porque un nuevo gobierno significa esperanza y novación con nuevo aire para Guerrero”.
Abundó que lo más importante es buscar el acercamiento, sobre todo a este tema que se ha vuelto un conflicto nacional e internacional para que el diálogo sea el camino de solución para reconstruir el tejido social.

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