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Es el Día de Muertos una oportunidad de trabajo para los marginados en Zihuatanejo

*Niños, adolescentes y adultos resanan tumbas y acarrear agua, los comerciantes venden  flores, veladoras y fruta, mientras los músicos buscan clientes entre los asistentes a los panteones

Brenda Escobar

Zihuatanejo

En Zihuatanejo, como ocurre cada año en estos Días de Muertos, los dos principales cementerios de esta ciudad se convierten en una oportunidad de trabajo para niños, adolescentes y adultos que alquilan su mano de obra para resanar tumbas y acarrear agua, así como también para los comerciantes de flores, veladoras, fruta y demás productos relacionados con esta festividad, y los duetos y grupos de música norteña que recorrieron los camposantos en busca de clientes que gustan de que entonen las canciones que en vida le gustaban a sus difuntos.
De acuerdo con agentes de Tránsito municipal, unas 10 mil personas visitaron ayer domingo los panteones de Agua de Correa y Los Loros cuya mayoría de las tumbas lucieron coloridas principalmente por las flores de cempasúchil que llevaron los dolientes para adornarlas.
En el panteón de Agua de Correa, niños, adolescentes y adultos, se afanaban desde temprano en ofrecerse para acarrear agua en cubetas, “la llevo hasta su tumba doña, yo la sigo, ándele”, dice un adolescente a las mujeres que van llegando al cementerio.
Jorge Luis Tlatempa, es un adolescente de 16 años que vive en la colonia 20 de Noviembre, cerca del panteón; cobra 10 pesos por una cubeta de 19 litros, “pero a veces me pagan menos”.
Asegura que desde que tenía 7 años, cada año viene a ganarse unos pesos acarreando agua y ayudando a limpiar las tumbas, “pero cada año son más niños los que vienen y cada año hay más gente que trae sus propias cubetas y no quieren que uno les cargue el agua”, se queja.
Adultos como don Rigoberto Salas, vecino de una de las colonias más marginadas de Agua de Correa, buscó este año ganar dinero limpiando y resanando tumbas con cal; dice que aunque él es albañil, el trabajo es escaso y debe mantener a una esposa con dos niños pequeños, “desde el 30 de octubre estoy trabajando aquí, me invitó mi compadre, él cada año viene a trabajar aquí al panteón; cobramos según el tamaño de la tumba, si no es muy grande, 150 pesos y de a cinco a 10 pesos por repintar las letras”.
Se duele de ver que como él, también hay varios hombres ofreciendo su fuerza de trabajo, “pero no me quejo, Dios no desampara a nadie”.
Tanto en el panteón de Agua de Correa como en el camposanto Los Loros, hay duetos, tríos y grupos de música norteña que caminan entre las tumbas en busca de clientes; la tarifa es de cuatro canciones por 100 pesos, las más solicitadas son Amor eterno, Cruz de olvido, Dos coronas a mi madre, 20 Mujeres de negro, entre otras.
Afuera de los panteones, vendedores de flores, veladoras, agua de sabores, tacos y hasta de artesanías ofrecían sus productos “barato, pa’ que se acabe”, mientras agentes de Tránsito, sofocados por el intenso calor que se dejó sentir desde temprano, pasaban malos ratos con conductores que se empeñaban en querer estacionar sus vehículos casi al pie de ambos cementerios, “aproximadamente unas 10 mil personas han venido este domingo, ha venido mucha gente a los panteones, más que el año pasado”.

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