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La violencia de Iguala pone a prueba a todo el sistema, advierte la Iglesia católica

*Fracasan los partidos y los peores son los de la “falsa izquierda”, señala la Arquidiócesis de la ciudad de México en un editorial de su semanario

Redacción

Acapulco

La Arquidiócesis Primada de México señaló que todos los partidos políticos “han fracasado” ante la profunda crisis que vive el país, que sus campañas son “pura demagogia”, y que entre las víctimas de los gobiernos de “falsa izquierda”, que han entregado “los peores resultados”, está Guerrero, con sus alianzas con grupos criminales, “la total ineficiencia” e “insultante corrupción”.
“Lo sucedido en el estado de Guerrero ha dejado al descubierto a todos y ha puesto a prueba al sistema mismo: la sociedad mexicana, comenzando por los partidos políticos, está obligada a recorrer el camino de la legalidad y honestidad. Si no lo hacemos pronto, será tarde”, se arremete en la editorial del semanario Desde la Fe.
Apenas el 12 de octubre, la Iglesia católica utilizó el mismo espacio para reprochar que el gobernador “perredista por conveniencia”, Ángel Aguirre Rivero, y el presidente Enrique Peña Nieto no habían querido ver que en Guerrero había un Estado fallido, una “espiral de muerte que tuvo su máximo” en la matanza de Iguala y el reflejo del peligro latente de vivir en un país con problemas de ingobernabilidad, seguridad, corrupción y miedo.
En la editorial publicada este domingo, y titulada Fracaso de los partidos políticos, la Arquidiócesis calificó como “preocupante” la situación que atraviesa al país, “por la desigualdad social, la corrupción, la muy deficiente educación y la ausencia los valores”, porque a su vez la crisis económica provoca “una sociedad disfuncional” y más del 50 por ciento de los mexicanos vive en los límites de la pobreza.
En el texto se reflexiona que si los partidos tienen como finalidad proponer solución a los problemas sociales y que sus candidatos logren los cambios necesarios desde el gobierno, entonces han fracasado, porque no han buscado el bien social, “sino beneficios personales y de grupo a través de una insultante corrupción”.
Se agrega que “una buena parte de la clase política ha traicionado a la ciudadanía, haciendo de sus campañas pura demagogia y de sus responsabilidades de gobierno una mera frivolidad, cuidando más de su imagen que del bienestar social”.
También se afirma que quedó al descubierto la falsa izquierda, porque la pasada administración perredista de la ciudad de México es “la más corrupta que haya sufrido la capital”, porque no desarrolló políticas públicas y se dedicó a promover “leyes inmorales contra la vida y la familia”, en clara referencia a la despenalización del aborto.
“Son los gobiernos estatales de esta falsa izquierda los que han entregado los peores resultados, ahí tenemos sus víctimas: Michoacán, Zacatecas y ahora Guerrero, y Morelos, territorios donde la izquierda corrupta, haciendo a un lado sus compromisos sociales, se ha distinguido por la total ineficiencia y, lo más grave, por sus alianzas con grupos criminales, sea por impotencia o por conveniencia”, señaló.
Se concluye diciendo que todos los partidos necesitan “sacudirse” sus ambiciones “voraces e inmorales”, para revisar a fondo sus idearios y prácticas de gobierno; un protocolo de confianza para elegir a los candidatos de las próximas elecciones; “una verdadera campaña” al interior para recuperar valores éticos y morales, y dignificar la política mexicana que “parece no tener remedio ni redención”.

Con Ortega se dará cauce a una “salida pacífica” de la crisis, confía el arzobispo

*Garfias Merlos urge a las autoridades a encontrar a los 43 normalistas y a ofrecer un acompañamiento oportuno y una respuesta digna a los familiares

Carlos Moreno A.

El arzobispo de la Arquidiócesis de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, confió en que con la llegada del gobernador interino, Rogelio Ortega Martínez, se abrirán puertas para una “salida pacífica” de la crisis política y social en el estado.
Además, Garfias Merlos urgió para encontrar a los normalistas y ofrecer un acompañamiento oportuno, que se les ofrezca una respuesta digna a los familiares.
Durante su conferencia dominical, el arzobispo  indicó que con el diálogo “franco y comprensivo” se puede distender la relación que se vive actualmente en el estado.
Confió en que con la designación del gobernador Rogelio Ortega se “abran las puertas para una salida pacífica de la crisis política y social, generada por la masacre de Iguala, que ha tenido un gran impacto en el país y a nivel internacional”.
Dijo que una primera “puerta” podría ser la relación directa y transparente con el pueblo, específicamente en este caso, con las familias de los normalistas afectados por las acciones violentas, y con la propia “Normal de Ayotzinapa”.
Otra es que se “privilegie el interés público a los intereses de partidos o grupos políticos. Es necesario recuperar la confianza de la gente en las instituciones públicas, que han estado puestas bajo la tela de juicio”.
Garfias Merlos indicó que el gran aliado de un nuevo gobierno, que busque dar una salida a está crisis, “es el pueblo”, y señaló que no hay que tener miedo a la gente, sino darle confianza y credibilidad al reconocer su gran potencial y la fuerza para participar en la solución de los problemas y en la conducción del gobierno.
El arzobispo urgió a que se encuentre a los normalistas y ofrecer un acompañamiento, que ofrezca una respuesta digna para sus familias, además “urgen respuesta políticas de fondo”, y señaló que la Arquidiócesis de Acapulco está dispuesta a contribuir con su parte, desde  la perspectiva pastoral, en lo que tenga que ver con el bien común.
Hizo un llamado a las organizaciones sociales, para que “entre todos busquemos caminos de entendimiento y de diálogo, a fin de promover formas de colaboración con las autoridades, pues hay que evitar cualquier forma de violencia”.
“Se ha demostrado en los hechos, en muchas movilizaciones realizadas, que es posible hacer protestas firmes y contundentes por medios pacíficos”.
Sobre si confía en que el gobernador interino abra puertas para una “salida pacífica”, pero que hay una respuesta negativa de los normalistas y organizaciones sociales, debido a que se han intensificado las movilizaciones, Garfias Merlos dijo que es “un poco cuestión de tiempo”.
Indicó que junto a todo el proceso de la licencia de Ángel Aguirre Rivero y la designación de Rogelio Ortega, “son tiempos que, de alguna manera, suscitan inconformidades y disgustos; es cuestión de tiempo que se pueda ir dando el espacio para que se puedan dar los diálogos pertinentes”.
Garfias Merlos contó que habló con Ortega Martínez, y por “lo que menos, en lo que expresa, tiene la voluntad de tener el acercamiento con los diferentes grupos”, e insistió en que “podría pensar para mí, seguiría expresando que es una alternativa de camino a la solución”.
Una reportera le insistió en que prevalecía la inconformidad de los familiares, en especial por la petición de que regresen vivos los 43 normalistas desaparecidos y la salida del presidente Enrique Peña Nieto, el Arzobispo reiteró que se debe de continuar buscando la conciliación y una solución del problema, “como sociedad con las autoridades y organizaciones, tenemos que seguir buscando un camino de solución”.
Indicó que se le debe tener confianza a las instituciones, “tenemos el tema puntual del conflicto, que es en relación con los estudiantes”.
Garfias Merlos en la conferencia dijo que en respuesta a una parte del problema generado el 26 de septiembre, por la agresión contra los normalistas de Ayotzinapa, y que desató una crisis política en el estado, la Arquidiócesis de Acapulco se propuso tener un encuentro con las familias de los estudiantes.
Informó que se reunió con los familiares desaparecidos de la región de Ayutla y Tecoanapa, donde propuso un acompañamiento con los jóvenes los de Atoyac.
Asimismo, dijo, es necesario ampliar la ayuda y que dicha atención a las víctimas es una prioridad para la Iglesia en Acapulco.
Garfias Merlos leyó una carta que fue entregada a los padres de familia de los estudiantes desaparecidos, en Ayutla y Atoyac, de parte de los obispos del estado.
En dicha carta, los obispos expresaron consuelo y esperanza a los familiares, así como un sentimiento de cercanía y solidaridad, “en medio de tanto dolor y sufrimiento”.
El documento fue firmado por el obispo de Chilpancingo, Alejo Zavala Castro; el de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga, y el de Altamirano, Maximino Martínez Miranda.

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