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Preparan muestra del Dr. Atl sobre el alcance cósmico de la mente humana

Alejandra Pedroza / Agencia Reforma

Guadalajara

Apenas tenía 10 años y Gerardo Murillo Dr. Atl (1875-1964) ya cuestionaba a sus tías, fervientes católicas, sobre sus actos de fe.
El artista nacido en Guadalajara tuvo una visión transgresora de la realidad.
Defendía, por ejemplo, la idea de que el cerebro del hombre es una fuente de energía que podía llevarlo, literalmente, a cualquier rincón del universo.
“Quiso darle a la humanidad la posibilidad de ir más allá de las miserias terrenales de las que a él le tocó ser un testigo muy cercano”, expresa el curador Carlos Ashida.
Sus reflexiones iban siempre más allá de la circunstancia que lo rodeaba y quedaron atestiguadas en su obra artística, reunida en la exposición Rotación cósmica, curada por Ashida y que albergará el Instituto Cultural Cabañas a partir del próximo jueves.
Atl creía que la aspiración del hombre es conquistar el infinito, de ahí el nombre de la exposición que explora el complejo cosmos del propio autor.
“Cuando él considera que el universo es la vertical que se desprende de la Tierra decide que hay algo más arriba y que la voluntad del hombre es entrar en una rotación cósmica con el Universo. De esa medida era su visión”, explica Ashida.
El amor por la naturaleza y la vorágine por las vanguardias europeas perfiló su personalidad intelectual en la que defendió dos convicciones: que el artista es protagonista de la sociedad y que el arte es una forma de conocimiento con la misma solvencia que la ciencia.
Estos pronunciamientos personales del pintor se muestran a través de 75 piezas que incluye pinturas, dibujos, fotografías y abarca un proceso creativo del autor desde 1916 hasta 1962.
La complejidad de su personalidad intelectual trae como consecuencia contradicciones, las mismas que quedan al descubierto en la exhibición, expresa Ashida.
“Es igualmente valioso manifestar sus contradicciones, incluso, su lado oscuro. Hay gente que habla de que era un loco y es algo que a él le gustaba”, agrega.
La exposición se logró con la colaboración de 15 colecciones diferentes y costó 2.3 millones de pesos, solventados por la Secretaría de Cultura de Jalisco.

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