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En junio les tomaron ADN para analizar un cuerpo hallado en una fosa, y todavía no les dan resultados

Carlos Navarrete

Chilpancingo

Un año después del secuestro en Chilpancingo de María Elena Ponce González, el 25 de junio del 2013, en Zumpango, autoridades estatales localizaron ocho fosas clandestinas con 14 cuerpos el 9 de junio. Uno de los cuerpos tenía calzado y ropa similares a los que Elena llevaba puestos el día en que cuatro hombres armados se la llevaron.
La familia de la víctima acudió al laboratorio de genética de la Fiscalía General del Estado (FGE) para dejar muestras de ADN y compararlas con las del cuerpo. Según las autoridades los resultados estarían listos en 15 días.
Han pasado casi cinco meses y la familia de Elena desconoce aún si el cadáver extraído el 9 de junio, identificado con el número 9, es el de ella.
Por eso no pudieron ofrendarla este fin de semana, por eso no han comprado un ataúd para su entierro. Viven sin saber si ese cuerpo es de ella o de otra; viven sin saber si Elena respira o si encontró su destino en algún cerro de Guerrero, de esos que ocupa el narco para enterrar a sus víctimas.
El hermano de Elena, Elino Ponce González, explicó que fue la FGE la que los buscó para solicitar la muestra de ADN, misma que obtuvieron de su mamá, la señora María Elena González Castrejón.
Recordó que la fiscalía les informó de un cuerpo que tenía calzado y ropa similar al que su hermana portaba el día en que hombres embozados y armados metieron a Elena a la cajuela de un coche blanco en la colonia Villas del Parador para desaparecerla.
La dependencia estatal se comprometió a entregar los resultados del estudio genético, el 13 de junio, en un lapso de 15 días, sin embargo, hasta la fecha desconocen si se trata de su hermana o de otra persona que tuvo la mala suerte de caer en manos de la delincuencia organizada.
Explicó que, en reiteradas ocasiones han visitado a las autoridades, “pero nos dan largas y nos ponen pretextos, sólo nos hacen dar vueltas y nada, yo y mi familia sólo queremos saber si ese cuerpo es o no el de mi hermana, queremos saber para seguirla buscando”.
El pasado 7 de septiembre, Elino, originario de Tierra Colorada, arribó a Iguala junto a 500 policías ciudadanos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) para buscar a 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa detenidos-desaparecidos. Para él la cifra es mayor, con Elene suman 44 vidas las que busca, y asegura que no descansará hasta que las 44 familias conozcan el destino de sus hijos.

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