Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

Falsedades o verdades

A los padres de familia de todos los jóvenes de
Ayotzinapa.

Terribles noticias son las que dio a conocer el procurador Murillo Karam, noticias graves que cimbraron a todos, que nos duelen a todos, que nos indignan a todos, pero que además nos generan grandes suspicacias, incredulidad. Y ello porque tal parece que nos presentan un gran montaje, porque sus informes, no obstante que están cuidadosamente presentados y redactados, caen en contradicciones inaceptables en hechos y datos que no concuerdan, uno entre muchos resalta –y esto lo tendrán que responder los peritos forenses– la forma en que supuestamente quisieron desaparecer los cuerpos, según hemos leído se requieren muy altas temperaturas para casi desintegrar los huesos, ello no se puede producir en una improvisada fogata, y en su caso ¿nadie vio la enorme fogata? ¿Por qué dejaron sólo tres bolsas con restos? ¿No se supone que miles de elementos rastrearon la zona? Muchas preguntas y pocas respuestas, tal vez sea sólo nuestra desconfianza a creer lo que la autoridad nos dice.
Pero independientemente de ello, existen dos grandes causas que hicieron posible esta injustificable masacre, la primera es el haber dejado a los gobiernos federales de origen panista y priista incrementar la delincuencia en todo el país, delincuencia encabezada por cuerpos de seguridad sin freno o control, una muestra de ellos la vimos recientemente en los cuerpos de inteligencia que agredieron de manera prepotente y absurda a reporteros y periodistas, sin insignias ni uniforme, con armas de grueso calibre y una actitud de simios.
La otra causa es el interés de mantener el control, así sea mediante el terror de la ciudadanía; por ello estigmatizaron a sectores que protestaban ante los atropellos, como los normalistas de Ayotzinapa.
El terror de la delincuencia está en todo el país, y día a día las noticias acusan la necia realidad de que somos un país que vive en la impunidad y el miedo. Pero este terrible hecho ha dado valor a los ciudadanos y, sobre todo, la invaluable posibilidad de cambiar el rumbo de este país. Hoy, las cámaras patronales se inconforman por las protestas y los bloqueos, pero antes se quejaban de la delincuencia, de los secuestros, los cobros de piso y los asesinatos que muchas veces también se cernían contra sus miembros y sus familiares. Hoy es el momento de protestar, de organizarnos y revertir este estado de cosas; la autoridad, como ya se vio, no puede y no quiere.
Denuncias contra diferentes personajes en todo el país por su evidente vinculación con la delincuencia caen en el vació, y lo único que sucede es que la violencia criminal se ensaña cada día más con el pueblo, con usted, conmigo, con el vecino. Y esto lo palpamos al ir ante la autoridad a pedir justicia, ya sea por un secuestro, por un robo, un cobro, lo único que se reciben al acudir son amenazas.
La autoridad conocía las características y vínculos de los señores de Iguala y el PRI y el PRD se pelearon su postulación, fue acusado ante las autoridades estatales y federales de su probable responsabilidad en hechos delictivos, nunca hicieron nada.
Hoy tendremos que tomar el futuro de nuestros hijos en nuestras manos y demandar, si no hay justicia, si no se erradican la impunidad y la delincuencia, ¡que se vayan todos!
Esto que paso no debe suceder, no lo debemos de permitir; el gobierno federal tiene la principal responsabilidad.
Titishando. El presidente Peña Nieto se va a China mostrando una gran insensibilidad.

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