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Jaime Castrejón Diez

La marcha

No cabe duda que el evento político principal en muchos meses fue la marcha que el domingo 27 de junio realizaron por las calles de la ciudad distintos grupos sociales en protesta a la violencia y a la impunidad. Fue una marcha sin precedentes, en varios lugares del mundo apareció la fotografía en donde se ven llenas las glorietas de Paseo de La Reforma y el Zocalo de la ciudad de México, me da la impresión que fue la manifestación más grande que ha habido en esta ciudad en su historia.

Uno de los aspectos interesantes de esta marcha es que no se permitió que participaran los partidos políticos, fue una verdadera demostración de la sociedad civil. Esto nos enseña dos aspectos importantes de nuestra sociedad, por un lado que quiere manifestarse sin los partidos políticos y sin los políticos porque consideran que por incapacidad o negligencia ellos son responsables de la situación que generó esta pérdida de confianza y de respeto a las instituciones. La marcha es un claro síntoma de que la sociedad presiona por un cambio real y que los partidos y los políticos tengan conciencia de que la llamada de atención es seria y ni discursos ni desplantes demagógicos la satisfacen.

Desgraciadamente la respuesta ha sido floja, la respuesta del Presidente Fox, el comunicado, la salida normal de que los reciba el secretario de Gobernación y luego lo vean a él, lo hizo verse en comparación con la fuerza que tomó la marcha en número, en orden y en los claros reclamos de la sociedad. Por el lado de López Obrador que está aferrado a su idea del complot, diciendo que son las derechas, el ataque del gobierno federal y el amarillismo de los medios los que magnificaron la marcha; está totalmente equivocado, nos e percata de que ha ido perdiendo presencia, pero yo creo que en esta ocasión sus consejeros debían explicarle lo mal que se ha visto en sus respuestas.

Si fueran sólo las derechas, podríamos decir que la derecha se está volviendo fuerte porque el pueblo de México está sufriendo una crisis existencial con la falta de seguridad. Si  es la lucha entre el gobierno federal y el PAN con el gobierno de la ciudad y el PRD, la marcha muestra  lo fútil de ambos gobiernos, de ambos   partidos que no han logrado satisfacer las demandas populares, tema al que aludió muy claramente el general Clemente Vega García, secretario de la Defensa Nacional. Si bien el PRI pasa como un cero a la izquierda, la carga emocional contra PAN y PRD se muestra con gran fortaleza. Y si López Obrador cree que es el amarillismo de los periódicos, que vea con cuidado las fotografías de la concentración que hablan por sí solas, no se necesita exagerar ni es amarillismo de los medios; los medios reportaron lo que vieron.

Todo mundo se pregunta ¿después de la marcha qué? La sociedad civil se empieza a manifestar con cierta agresividad, respetuosa pero desentendiéndose de las jerarquías de los políticos y de las ideologías. ¿Qué quiere decir esto? Que los partidos políticos y los políticos han fallado así como las leyes que han creado, que le han dado el monopolio de la decisión a los partidos, porque las candidaturas tienen que ir a través de los partidos, lo que hace que sea la burocracia partidista de todos los partidos la que es responsable también de esta inconformidades de la ciudadanía. No se puede aceptar que los partidos políticos, como entidades de interés público, se desentiendan precisamente del interés público y que lo único que hacen sea luchar por las posiciones de poder, peor aún, que la corrupción es común al gobierno federal, al gobierno del Distrito Federal y de los estados de la República, sin en algo pudiéramos decir que es el común denominador de la actividad política en el país, es la corrupción y la impunidad.

Lo que es claro, más claro que las encuestas fue “la gran marcha” y   digo gran no solo por su tamaño sino porque revivió la civilidad, el interés de una sociedad por establecer sus puntos de vista. Hace mucho que no se hablaba de valor civil, creo que la marcha es el punto de arranque de una nueva etapa en que el valor civil va ser un factor importante. Las reformas que se requieren para que este valor civil sea canalizado en una forma constructiva, ya que lo que ha hecho es restarle poder a los partidos políticos y a las burocracias partidistas para que la sociedad pueda entrar en una democracia directa ya que la actual es una democracia indirecta, es una partidocracia más que una forma de vida institucional abierta. La sociedad habló y los principales líderes políticos solo balbucearon o, francamente, desbarraron.

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