Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Capacitación rural

 Para lograr un desarrollo rural sostenido, sostenible, sustentable y de largo plazo, no basta disponer de recursos naturales, humanos, materiales y financieros. Se requiere que el elemento humano esté capacitado en habilidades productivas, de mercadeo, tecnológicas, administrativas, financieras y organizacionales, así como ser receptivo a conocimientos actualizados en todos esos ámbitos.

De ahí que los programas de fomento a empresas y negocios del sector social, hoy en día, también deben de llevar financiamiento para el acompañamiento técnico y capacitación durante todo el proceso de maduración del proyecto de que se trate. Muchos de los fracasos y elefantes blancos que tenemos regados en el medio rural se deben a que estos aspectos se soslayaron o se dieron por dados.

Tomemos por ejemplo la cuestión de la gestión empresarial. Los campesinos, en términos generales, no nacen ni la mayoría se hacen de capacidades empresariales a lo largo de su vida productiva. La capacidad de gestión empresarial se aprende académicamente o se adquiere por experiencia práctica. Es todo un arte el saber combinar óptimamente los factores: trabajo, capital, tecnología y mercadeo para generar riqueza con la consecución de una utilidad o ganancia. Capacitación en gestión empresarial, hoy en día, es un imperativo a tomar en cuenta por quien se dedica a fomentar, o los que tienen el propósito de crear, nuevas empresas rurales.

Por lo que toca al desarrollo rural es un acierto que en la ley federal de la materia, se disponga de la creación del Sistema Nacional de Capacitación y Asistencia Técnica Rural Integral (Sinacatri), que enmarque, ordene y otorgue congruencia a todos los esfuerzos de capacitación que las distintas instituciones federales, estatales y municipales están realizando en ese tenor. Tan sólo en el gobierno federal están ubicados más de 40 organismos que dan capacitación.

El establecimiento del sistema obedece a que en la actualidad los programas de capacitación rural acusan las siguientes debilidades:

1) Todos adolecen de tener recursos presupuestales insuficientes por sí mismos.

2) Existe una desarticulación y descoordinación entre las entidades que los llevan a cabo; en otras palabras, padecen del síndrome del llanero solitario.

3) Los programas están diseñados a partir de las necesidades, realidades y consideraciones de las instituciones y no de quienes se van a recibir la capacitación.

4) Más que aplicarse ahí donde se presentan las demandas específicas, los programas se diseñan y aplican a partir de una oferta institucional genérica y generalizada.

5) Se carece de estándares de calidad en la capacitación y los formadores o capacitadores muchas veces son improvisados y no profesionalizados.

6) En los actuales programas existe insuficiencia de una visión integral e integrada sobre todo el proceso o cadena productiva; abocándose exclusivamente a una capacitación fragmentada en los mismos y para colmo, muchos de estos esfuerzos se dan en forma dispersa, discontinua y con duplicidades.

La educación y la capacitación son aspectos estratégicos para el desarrollo rural integral y sustentable. Máxime si se tiene en cuenta que la población rural es de poco más de 24 millones de personas, dispersas en cerca de 270 mil localidades a lo largo del territorio nacional, con un índice de pobreza del 81.5 por ciento y en donde el nivel de escolaridad se ubica en 3 años de primaria contra los 7.1 años imperantes en el medio urbano.

La globalización y los cambios mundiales que de ella se derivan, exigen más preparación, formación y capacitación por parte del productor rural. Sobre todo los que se encuentran en situaciones de desventaja respecto al acceso a los medios de comunicación e información; así como de formadores y facilitadores que les acerquen los conocimientos y tecnologías requeridas.

El reto es aún mayor porque en el medio rural se ha acentuado la polarización económica y social, la inequitativa distribución de la riqueza, un crecimiento demográfico sostenido, la limitada disponibilidad de recursos naturales agravada por la escasez de recursos financieros, una elevada migración del campo a la ciudad y la feminización de la parcela y del empleo rural.

Esperemos que realmente se cumplan los propósitos que le dan origen al Sinacatri, que son los de elevar la calidad de vida de la población rural al facilitarle el acceso a los servicios de capacitación, formación, asesoría técnica y certificación de habilidades laborales, entre otros.

PD1. En Guerrero, la otrora universidad pueblo devino en sociedad mercantil de capital variable, disponible al mejor postor. ¡Uff!

PD2. Así son las cosas, zanca: en tiempos político-electorales hasta el perico de mi casa quiere repartir fertilizante.

468 ad