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Jóvenes escritores porteños, los ganadores del concurso de cuento José Agustín

 Sólo el defeño Guillermo Ríos Bonilla fue premiado en la categoría nacional; los otros son de Costa Azul y la Progreso

 José Agustín jamás pudo moderar su pasión por “contemplar las palabras”, por interesarse en el futuro literario de México y por descubrir a los nuevos valores de las letras.

Así se ha evidenciado desde 1966 cuando por primera vez se organizó en Guerrero el concurso estatal de cuento corto, ideado por un grupo de contertulios del iconoclasta escritor que le siguieron en su iniciativa de premiar lo más destacado de la literatura local.

El escritor acapulqueño, autor de innumerables títulos puede tener la certeza de que el premio nacional de cuento que lleva su nombre va a seguir realizándose porque lo iniciaron y lo continúan artistas comprometidos con el ejercicio de la literatura.

En su cuarto concurso nacional, octavo estatal de cuento corto, las cosas no pudieron ser diferentes, aunque, según las cifras oficiales hubo una mínima, casi imperceptible, disminución en el número de trabajos recibidos. En este 2004 se recibieron en total 170 trabajos, 87 de Guerrero y 83 del resto de la República.

Y el ganador es…

La noche del sábado pasado se efectúo la ceremonia de premiación en el salón Carey del Hotel Acapulco Tortuga. Al evento asistieron Cesia Rodríguez del grupo In Arsis, los escritores y críticos, Ignacio Trejo Fuentes, Ernesto Herrero y Daniel González Dueñas, así como los cuatro galardonados de la noche.

Después de la ceremonia protocolaria, se anunció al tercer lugar estatal que con el pseudónimo de Whai-tua resultó César Augusto Núñez, de la colonia Progreso. El trabajo premiado se tituló Los grandes hoteles, el cual fue leído por su autor con una voz corta y débil, evidentemente nerviosa.

Haciendo el amor, sellado con el pseudónimo Ficha roja y firmado con el nombre Oscar Ricardo Muñoz –también de la populosa colonia Progreso– ganó el segundo lugar a nivel estatal, quien con esta mención suma ya dos veces las que ha ganado ese lugar en este certamen. Sobre su premiación el ingeniero en sistemas computacionales agradeció a las “autoridades” que hicieron posible este concurso.

Causó demasiada sorpresa el anuncio del primer lugar estatal, pues se trataba de un joven de no más de 18 años que apenas había concluido sus estudios de preparatoria. Telele es el título del cuento ganador y fue leído por el autor. Al término de la lectura las 40 personas que asistieron a la ceremonia aplaudieron a Alex Garfunkel Tapia, quien vive en la colonia Costa Azul y quien se adjudicó 7 mil pesos como incentivo a su talento y creatividad.

El premio nacional le fue otorgado a Guillermo Ríos Bonilla, de la delegación Azcapotzalco en la ciudad de México. Ríos Bonilla dio lectura a su trabajo La madre de Angélica y al terminar le fueron entregados los 10 mil pesos correspondientes al primer lugar. Es preciso destacar que, mientras los concursantes guerrerenses tienen diversas ocupaciones, todas ellas ajenas a la literatura, Guillermo Ríos es todo lo contrario, pues actualmente estudia en la UNAM una maestría en Letras Clásicas y ha participado en varios concursos, resultando en diversas ocasiones ganador, por lo que algunas personas, sobretodo del puerto, llegaron a pensar que se trataba de una premiación desleal.

Los trabajos ganadores serán publicados en un libro, “muy económico”, pero “al fin de lo que se trata es dar a conocer el trabajo de los nuevos escritores mexicanos”, informó Cecia Rodríguez de In Arsis.

El cuento corto muere

El presidente del jurado, el escritor Ignacio Trejo dijo que “a pesar de que el índice de escritores jóvenes a incrementado en México, el cuento corto está muriendo”.

“Hay una tendencia a la narrativa larga, pues muchos de los trabajos que recibimos tenían una estructura de novela y no como cuento. Algunos trabajos divagaban demasiado sin llegar a algo concreto”.

–¿Hay algún culpable de esto?

–La culpa la tiene el escritor y los editores, sobretodo los editores porque cuando un escritor nuevo llega y le entrega una recopilación de cuentos cortos, es rechazado. La tendencia de ahora es la novela, pero no las historias profundas, sino las light, juveniles y con un lenguaje que se ligue a las clases sociales.

–Y la poesía, ¿vive o muere?

–La poesía sigue más viva que cualquier otro género. El problema es que los poetas de ahora son, en su mayoría, muy jóvenes y ellos tienen la consigna de que la poesía es tan libre como sus mente se lo permitan, y es cierto, aunque considero que la idea debe tener un orden y una estructura, y los poetas de ahora no saben si quiera construir un soneto.

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