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Petacalco: paraíso que la CFE convirtió en un infierno donde la gente se muere a pausas

Familiares de vecinos de Petacalco que han muerto de cáncer informaron que contrajeron esa enfermedad a causa de la continua inhalación de las partículas de cenizas que arroja al ambiente la termoeléctrica de la CFE que está en esta comunidad * Foto: Brenda Escobar

 

(Primera parte)

Brenda Escobar

Petacalco

En la comunidad Petacalco, donde está ubicada la termoeléctrica Plutarco Elías Calles, propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), los habitantes se mueren a pausas.
En los últimos 10 años han fallecido 46 personas a consecuencia de cáncer, a la mayoría la enfermedad les resultó en pulmones, nariz, garganta e intestinos; nueve personas han muerto por infartos y 12 más actualmente luchan contra algún tipo de cáncer en su cuerpo.
Los familiares de todos ellos coinciden en responsabilizar de estos padecimientos a la que hoy en día es la planta generadora de energía más importante en su tipo en Latinoamérica y la que también el centro de estudios Acción para el Monitoreo de Carbono (Carbon Monitoring for Action, CARMA por sus siglas en inglés) en su página de internet http://carma.org/, considera que es una de las más contaminantes por la emisión de grandes cantidades de dióxido de carbono con 19 millones 300 mil toneladas anuales de dióxido de carbono por 17 millones 800 mil megawats de productividad de energía eléctrica en el mismo periodo.

Aquí, Dios vivía bajito

Hasta antes de 1992, cuando llegaron a Petacalco funcionarios de la CFE a decirles –no a pedirles permiso–, que en ese lugar se iba a construir una planta termoeléctrica para abastecer de energía eléctrica a 10 estados del país, “todo era una lindeza”, cuentan los habitantes, “esto era un paraíso, había mucho qué comer, no había contaminación, Dios vivía bajito”, cuenta Guadalupe Hernández López, vecino de esta comunidad desde que era un niño y actualmente tiene 61 años.
Dice que en la laguna o estero Boca Vieja que estaba en la parte poniente del pueblo y hasta antes de que la CFE decidiera que en esos de 10 mil metros cuadrados de espejo de agua sería el cementerio de cenizas de la planta, “era como estar en el paraíso, ahí había mucho pescado, muchísimo, si no teníamos para darle de comer a la familia, nomás íbamos al estero y sacábamos los pescados que andaban casi al ras del agua”.
Pero a medida que la termoeléctrica fue tirando las cenizas en esa laguna, se extinguieron los pargos, lisas, robalos, cherlas, popoyotes, huevinas, gasolinos, tilapias, roncos, cuatetes, camarones barba roja, jaibas, y hasta los cangrejos moyos que “parecían piedras de tantos que había; sacaba uno los robalos de 28, 30 kilos, los pargos hasta de 20 kilos, uno los vendía por pedazo, ahora ya no hay nada de eso, nada, todo se acabó”.
Y con la desaparición de los peces, también se fueron los pericos, loros, cotorros, guacamayas, ibis, garzas rosadas y blancas, zapapicos, patos buzo, pelícanos, pichichis, patos pardos, cigüeñuelas y calandrias, “era una chulada ver tanto pájaro en los mangles, ahí hacían sus nidos y todo el día cantaban, se oía bonito el canto de todas esas aves, no que ahora lo que oímos es el ruido de las turbinas de la termoeléctrica”.
“Había todas esas aves, se veían chulos los mangles llenos de pájaros, ahí se mantenían en el estero igual que nosotros, ellos tampoco padecían de hambre porque había mucho qué comer; uno iba cerca del estero a traer la fruta silvestre que ahí crecía, iba uno y se cortaba las bolas de colche –una especie de anona o chirimoya que era endémica de esta zona– y se las traía uno en cubetas para que comieran los chamacos, también se acabaron esos árboles como se acabaron los manglares de candelilla, bobo, botoncillo y mangle salado, “si uno echaba la cerca debajo de ese árbol, con la pura hoja pudría el alambre por la sal, pero también todo eso se acabó, era una lindeza todo aquello y la termoeléctrica lo acabó”.

Los muertos y enfermos por cáncer

Desde 2004 los pescadores y vecinos de Petacalco han venido denunciando que la contaminación que provocan las emisiones de la planta termoeléctrica les está causando graves daños a la salud al grado de que la principal causa de muerte entre los pobladores en los últimos años y luego de la puesta en funcionamiento de la central ha sido cáncer e infartos.
En el censo con que cuenta la representante de los familiares de enfermos y fallecidos de cáncer, María de Jesús Reyes Rosas, se lleva el registro de 46 personas muertas por cáncer, el más común ha sido en los pulmones, garganta, nariz e intestinos, aunque otros han muerto de cáncer en la piel y 12 personas han perdido la vida a causa de infartos al corazón.
Asegura que cada familia que ha perdido un ser querido por estas causas cuenta con el historial clínico que así lo comprueba y que los funcionarios de la CFE se han negado siquiera a revisar. Según el registro, han muerto por cáncer Celestino Flores García, Gonzalo García Ayala, Guadalupe Pérez Flores, Emilio Álvarez Estrada, Daniel Vargas Lozano, Otilia Hernández Martínez, Pasciana Valdovinos Ávila, Rosalba Bustos Serrano, Rodimiro Valdovinos Cortez, Manuel Salvador Mancilla García, Irene Hernández Espino, Hilda Enrique Sánchez, Rebeca Moreno Castillo, Héctor Cadena Flores, Leticia Campos Albarrán, Teodoro Flores Bello y José Luis Cadena Sánchez.
También  Jovita Rivera Ledezma, Caritino Álvarez Estrada, Timotea Ibarra Peñaloza, Magdalena Villanueva Rosas; Esteban Gutiérrez Peñaloza, Agripina Vargas Sánchez, Cipriano Hernández Alfaro, Anahí Ramírez Martínez, Ramón Peralta Mendoza, María Trinidad Cabrera Plancarte, María Isabel Farías Gutiérrez, Nélida Ibarra Barrera, Sinesio Barrera Radilla y José de la Cruz.
Asimismo Salud Rendón Mejía, María Antonia Campos Carranza, Eduardo Campos Albarrán, Epifenia Villanueva Leyva, Bertha Bravo Villanueva, Salvador Domínguez Hernández, Felipe Hernández Valdovinos, Juana Bravo Ponce, Irene Rodríguez Zúñiga, Isaac Gómez Flores, Guadalupe Mellín Rosales, María Josefina Lugo Hernández, Felipe Ramos Lugo, Silvia Onidia Aragón Covarrubias y Estefanía Valdovinos Reyes.
Y también Margarita Barajas Nambo, María Sánchez Campos, Dominga Ibarra Peñaloza, Delfina Torres Valdovinos, Juana Soto Sánchez, Flora Soto Sánchez, María Jacobo Castillo, Teodoro Núñez Serrano, Noelia Mercado Pérez, Juan Mendoza Martínez, Diego Pacheco Torreblanca y Antonia Andrés Sánchez.
Los que han fallecido por infartos al corazón son Lorena Mayo Valente, Andrés Barrera Reyes, Pablo López Guillén, Carmina Rosas Coria, Valentín Rivas López, Víctor Flores Pérez, Efigenia Reyes Rivera, Leonel Rosas Sánchez y Antonio Rivera González.
María de Jesús Reyes asegura que es el humo y laas cenizas que arroja la planta al medio ambiente lo que les ha provocado cáncer, “los que seguimos vivos, hemos respirado las 24 horas del día, los 365 días del año desde hace 20 años todo ese humo que sale con ceniza; uno no puede tender ropa afuera de la casa porque se queda llena de polvo de ceniza; los tinacos, las pilas o cubetas que uno deja destapados amanecen con capas de ceniza y en el fondo, como de un centímetro de grueso, ceniza negra, todo eso nos ha estado haciendo daño”.
Aseguró que no hace falta ser científico “para darnos cuenta que estamos sufriendo los efectos de la contaminación, es como el dicho que dice que tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe, nosotros llevamos 20 años respirando ese humo, cómo cree que le han quedado los pulmones a nuestros familiares que han muerto por cáncer, completamente deshechos de tanto intentar purificar este aire tan contaminado que respiramos”.
Dijo que además del cáncer e infartos, están resultando habitantes con problemas de la vista y el oído, principalmente niños y adultos mayores, “estamos viendo que varias madres de familia han empezado a comentar que sus hijos se quejan de que no ven bien, que de repente sienten que se quedan ciegos o ven borroso y cómo no va a ser si desde chiquitos han estado aquí entre tanta ceniza, es lógico que todo esa contaminación que está en el ambiente los está enfermando”.
Agregó que además, hay varios casos en la comunidad de niños y jóvenes que sufren de hemorragias nasales, “ya hay muchos casos, de pronto les sale sangre de la nariz y eso nos preocupa a todos porque aquí no tenemos ningún buen hospital a dónde ir a atendernos de emergencia”.
“La gente se está quedando sorda porque por años la termoeléctrica cuando lava las turbinas y los motores hace un ruido tan fuerte como si tuviéramos el ruido del motor de un avión pegado al oído, ese ruido lo aguantamos a veces hasta más de dos horas, es tan fuerte que tenemos que gritar para que nos escuche un familiar en una misma recámara, además, ese ruido tan fuerte hace que las casas tiemblen, muchas casas están cuarteadas a causa de eso”.
El ama de casa se dolió que ante tantos casos de enfermedad y muerte “los funcionarios de la CFE nos siguen diciendo que no es cierto, que estamos mintiendo porque lo que queremos es dinero, que ellos tienen “estudios” con empresas “serias” que dicen que el aire que respiramos en Petacalco está muy limpio, pero oiga, ni viendo cómo está todo el cielo de gris, cómo amanecen las capas de ceniza en nuestras casas, ni viendo todo eso siguen diciéndonos que somos mentirosos”.
Doña María de Jesús recordó que en uno de los tantos movimientos que los pescadores han llevado a cabo para reclamarle a la CFE indemnización y proyectos productivos, consiguieron que a las chimeneas de la termoeléctrica se le colocaran unos filtros para que ya no siguiera arrojando tantas emisiones negras y que además utilizaran carbón mineral en vez de combustóleo, “pero eso fue hasta como por el 2004-2005, se puede decir que fue hasta apenas, porque por años la planta estuvo echando humo completamente negro”.
Indicó que los habitantes tienen información de que la central utiliza carbón mineral y combustóleo para generar energía eléctrica, “usa de los dos, hasta hace poco que dijeron que ahora se llama carboeléctrica, pero usa los dos materiales”.
El médico responsable del centro de Salud de Petacalco, de manera temerosa informó que en promedio, diariamente atiende unas 30 consultas y que las enfermedades más comunes que presentan sus pacientes son “según la época del año y las condiciones climatológicas, como en todos los lugares”, son las respiratorias agudas; resfriado común, rinofaringoamigdalitis, amigdalitis bacteriana, otitis y hasta neumonías.
Aunque prefirió no dar una opinión personal, el médico confirmó que todos sus pacientes consideran que están enfermos debido a la contaminación de la planta termoeléctrica, al tiempo que apuntó que para afirmar tal cosa es necesario que se les practiquen estudios clínicos de segundo o tercer nivel de salud.

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