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EDITORIAL

  En defensa de Zeta

El asesinato del editor del semanario Zeta de Tijuana, Francisco Ortiz Franco afecta a todos los periodistas del país y es un atentado contra la libertad de expresión, uno de los pilares de las sociedades democráticas.

Ortiz Franco –fundador del diario ABC, el precursor de Zeta que tuvo que ser cerrado por la persecución gubernamental– era el responsable de la nota editorial en el que la publicación exponía su opinión sobre algún tema de la semana. Era, pues, la voz institucional del semanario.

Por eso, la acción que le costó la vida a Ortiz –ejecutada además frente a sus dos pequeños hijos– es un mensaje contra la misma institución periodística que se ha destacado por sus puntuales notas y reportajes sobre la actividad criminal de los narcotraficantes en esa zona caliente del país.

Algo tenemos que hacer los periodistas todos para que cesen de una vez los ataques a Zeta. El asesinato en 1998 de su columnista Héctor Félix, a manos de pistoleros que siempre fueron vinculados al actual candidato del PRI a presidente municipal de Tijuana, Jorge Hank Rhon; y el ataque a balazos de 1997 contra su propia director Jesús Blancornelas por sicarios de los Arellano Félix –en el que murió uno de éstos y el chofer del periodista, Luis Valero–, constituyen ya una alta cuota de sacrificio pagada por colegas que solamente ejercen su oficio con dignidad, con ética y profesionalismo.

Algo tiene que hacer asimismo la sociedad para proteger a quienes reivindican un periodismo que sirve a la comunidad.

Nos unimos a la petición de los directivos de Zeta a las autoridades federales y locales para que conduzcan una investigación que lleve pronto a la captura de los asesinos, y al esclarecimiento de sus motivos.

En El Sur nos sentimos muy identificados con Zeta en la reivindicación de un periodismo local cercano a los lectores, y de que es posible elaborar publicaciones profesionales y de calidad fuera de la ciudad de México.

Desde acá nos solidarizamos con todos los directivos y trabajadores del semanario, y en especial enviamos un abrazo cálido a nuestro compañero Jesús Blancornelas, colaborador de nuestras páginas desde hace siete años.

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