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Policías del estado atacan a golpes, patadas y pedradas a un reportero de El Sur

*Carlos Navarrete fue agredido cuando intentaba tomar fotos de antimotines golpeando a un adulto mayor y pese a que se acreditó como periodista

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Una decena de policías de la Fuerza Estatal golpearon ayer al reportero de El Sur, Carlos Navarrete Romero, mientras cubría la manifestación de maestros que incendiaron el edificio del PRI.
La agresión se produjo a pesar de que Navarrete se identificó plenamente como reportero y de que dos reporteros gráficos intentaron protegerlo del ataque, pero también ellos fueron agredidos, así como otras personas ajenas al movimiento magisterial.
Navarrete Romero, de 23 años de edad, informó que recibió golpes con los escudos, patadas y una pedrada en la cabeza cuando iba tomar una fotografía de policías golpeando a un adulto mayor que pasaba por el lugar. Un agente lo golpeó por la espalda con su escudo.
Aclaró que de inmediato le dijo que era reportero, y el uniformado se contuvo por un segundo, que no sirvió de nada porque detrás suyo avanzaba otro grupo de policías del estado que en avalancha lo encerraron en media luna contra una pared.
Ahí, junto al puente que atraviesa el encauzamiento del río Huacapa, entre el edificio del PRI y el Congreso local, lo patearon sin importar que insistiera en que su trabajo es informar, y pese a que los fotógrafos Sebastián Luna, del diario Vértice, y Anwar Delgado, de El Universal, les advirtieron a los policías a gritos que el compañero es periodista.
Como pudieron, los reporteros gráficos se metieron entre los policías que rodeaban a Navarrete, pero fueron sacados a golpes y empellones, porque el reportero de El Sur era el centro de la agresión.
Luego, a un metro de distancia -como consta en una fotografía-, un policía le lanzó una piedra al rostro, que golpeó contra su ceja derecha, porque el reportero bajó la cabeza, y cayó al suelo, y en el piso continuaron las patadas, hasta que Anwar Delgado lo sacó a rastras del cuello de su playera.
Carlos Navarrete detalló que al caer, sintió el calor de la sangre en su mano, que se desbordó por el suelo, y ya fuera del alcance de los policías, los curiosos le ofrecieron agua para lavarse mientras esperó a la ambulancia que lo llevaría a la Cruz Roja.
El joven reportero denunció que antes de ser agredido, los policías del estado amenazaron con golpear a un grupo de reporteros después de que los maestros salieron del PRI estatal y arremetieron a palos contra una camioneta de la Policía Federal.
Añadió que los policías siguieron tras los maestros que se retiraban y cerca del Congreso se confrontaron a pedradass; la ma-yoría de los reporteros se refugió en la agencia de autos Chrysler, donde un fotógrafo de La Jornada recibió una pedrada en la frente.
Navarrete indicó que salió de la agencia porque no aguantó el ardor de ojos que le provocó la explosión cercana de gases lacrimógenos, y corrió del otro lado de la calle, junto al puente, donde había decenas de curiosos y parecía seguro.
En ese lugar escuchó que señalaron a personas golpeadas por los policías, que no eran profesores, y se interesó por una cabeza con cabello cano agredida, y preparaba su teléfono celular para tomar una fotografía cuando fue atacado por los policías.
Recordó que caminó del puente al Tecnológico, por el encauzamiento del río Huacapa, porque la ambulancia tenía prohibido acercase más a la protesta, y luego de recibir atención médica presentó una queja ante la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), que se integró en el expediente V6/238/2014-I.

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