Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Incendian maestros el PRI y chocan con policías del estado

*Hay 25 profesores lesionados, la mayoría “descalabrados”, y tres detenidos, informa la CETEG

*Retienen a un subsecretario de Seguridad que encabezaba a los uniformados, luego lo entregan a Tlachinollan y a la Redgro

*Responsabilizan al gobernador Rogelio Ortega de la represión

*Antimotines golpean y descalabran a un reportero de El Sur; colegas de otros medios también resultaron lesionados

*Seguridad para sus militantes y protección a sus instalaciones, pide la dirigencia del PRI al gobierno

Incendian maestros el PRI e intercambian pedradas con policías del estado en la capital

*Hay 25 profesores lesionados, la mayoría “descalabrados”, y tres detenidos, informa la CETEG. Retienen a un subsecretario de Seguridad que encabezaba a los uniformados, luego lo entregan a Tlachinollan y a la Redgro. Responsabilizan al gobernador Rogelio Ortega de la represión

Rosalba Ramírez, Alina Navarrete y Anarsis Pacheco

Chilpancingo

Maestros de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) incendiaron el mobiliario y rompieron cristales de las ventanas de las oficinas del PRI estatal, luego intercambiaron pedradas con policías que llegaron para desalojarlos, lo que dejó a 25 profesores heridos, tres detenidos y el subsecretario de Seguridad Pública, Juan José Gatica Martínez, retenido por los manifestantes.
Los maestros también arremetieron contra el Instituto de Capacitación y Desarrollo que está dentro de esas instalaciones justo cuando llegaron al lugar después de las 11 de la mañana, para exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala la noche del 26 de septiembre.
Acudieron desde tres puntos diferentes, un grupo por el puente frente al restaurant El Señorial, otro desde un callejón cercano a las oficinas y el último desde la Centenaria Escuela Normal del Estado Ignacio Manuel Altamirano (CENEIMA), en total eran más de 500 los maestros que participaron en la movilización.
Cuando llegaron a las instalaciones del PRI los trabajadores ya habían desalojado, pero uno de los empleados que portaba las llaves de las oficinas fue retenido por los maestros, quienes tras una breve confrontación se las quitaron para abrir las puertas de los edificios.
Una vez dentro, un grupo de más de 50 maestros arremetió con piedras en contra de los cristales, escribió consignas como “Ayotzi vive”, “Vivos se los llevaron, vivos los queremos” en las paredes y prendió fuego a las instalaciones, desde el sótano hasta el segundo piso.
Se leyeron como “aquí está tu Díaz Ordaz”, “el PRI está muerto”, “Luis Adrián Ramírez esta es tu respuesta”, “Ramírez Ortiz maldito zángano”, “Muera el maldito PRI”, “Narco políticos”. La mayoría fueron en respuesta al líder del Frente Juvenil Revolucionario Luis Adrián Ramírez Ortiz, quien pidió el regreso del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, responsable de la muerte y desaparición de un número indeterminado de estudiantes el 2 de octubre de 1968.

El incendio

Cuando los maestros se apoderaron del inmueble incendiaron el sótano, una oficina en el primer piso y otra más en el segundo, el humo que salía de la dirigencia se veía en gran parte de la ciudad.
Las instalaciones son una fortaleza reforzada con gruesas rejas después del 26 de abril de 2013, cuando integrantes del Movimiento Popular Guerrerense (MPG) arremetieron contra el inmueble.
En el edificio de tres pisos hay una tragaluz que comunica desde el sótano hasta el último piso, del cual salía una columna de humo negro por el fuego que devoró sillas, documento y mesas y las puertas de madera de las oficinas fueron destrozadas.
El incendio fue controlado por trabajadores de Protección Civil del estado y bomberos municipales, quienes ante la llegada de dos camiones de estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa se retiraron.

La refriega

Minutos después de que los maestros incendiaron las oficinas del PRI estatal llegaron unos 200 policías antimotines que bajaron por el Polideportivo de Los Avispones, algunos dejaron sus patrullas en el estacionamiento de las oficinas incendiadas y en calles aledañas se instalaron unos 70 metros arriba.
Cuando los uniformados llegaron los maestros iban saliendo en pequeños grupos, de inmediato se dio un primer altercado: unos 30 manifestantes se acercaron a una patrulla para pedirle a los agentes que se retiraran del lugar, que no querían enfrentamientos y algunos los invitaban, “vénganse de este lado, ustedes también son pueblo”. Como si no escucharan, los policías avanzaron a paso lento con su equipo antimotín, en respuesta los maestros de la CETEG golpearon con palos, tubos y piedras una patrulla de Fuerza Estatal mientras gritaban que se retiraran.
Los antimotines aceleraron su paso y los manifestantes se replegaron y bajaron corriendo por la avenida José Francisco Ruiz Massieu, donde habían colocado algunos vehículos para impedir el tránsito.
Al tiempo que corrían tras los 30 maestros, los uniformados arrojaban piedras y los retaban “a ver, no que muy chingones” y esta agresión la respondieron otros manifestantes que esperaban abajo a sus compañeros.
Una Urban fue ocupada por algunos maestros para bajar al encauzamiento del río Huacapa mientras otros seguían corriendo para no ser alcanzados por las pedradas, finalmente utilizaron el vehículo como una barricada que en un primer momento dividía ambos grupos.
En la avenida José Francisco Ruiz Massieu decenas de negocios cerraron sus puertas al escuchar los gritos y pedradas que para ese momento ya intercambiaban ambas partes.
Vecinos del lugar o trabajadores de los negocios cercanos sacaron por calles y callejones sus vehículos que quedaron en medio de la refriega.
A una nueva tienda Oxxo que acaban de construir hace unas semanas en la avenida le quebraron vidrios y la pintarrajaeron.
La refriega  duró casi hora y media en el puente del río Huacapa, donde  policías antimotines y maestros intercambiaron pedradas, los uniformados lanzaron petardos y gases lacrimógenos a manifestantes y grupos de ciudadanos que observaban lo que ocurría.
En diferentes puntos vecinos que quedaron varados en medio del bloqueo le gritaban a los uniformados, “así se pusieran con los narcos no con los maestros”, “ustedes son los asesinos, los delincuentes”, “también son pueblo no se dan cuenta”, pero los policías respondían que, “ustedes qué saben, váyanse a la chingada, qué hacen aquí” y “órale a la chingada si no también a ustedes les va a tocar”.
Amenazaron a un señor solitario que se plantó a lado de ellos con una pancarta en la que decía “si te desespera la manifestación… cuenta hasta 43, porque el

Policías del estado atacan a golpes, patadas y pedradas a un reportero de El Sur

*Carlos Navarrete fue agredido cuando intentaba tomar fotos de antimotines golpeando a un adulto mayor y pese a que se acreditó como periodista

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Una decena de policías de la Fuerza Estatal golpearon ayer al reportero de El Sur, Carlos Navarrete Romero, mientras cubría la manifestación de maestros que incendiaron el edificio del PRI.
La agresión se produjo a pesar de que Navarrete se identificó plenamente como reportero y de que dos reporteros gráficos intentaron protegerlo del ataque, pero también ellos fueron agredidos, así como otras personas ajenas al movimiento magisterial.
Navarrete Romero, de 23 años de edad, informó que recibió golpes con los escudos, patadas y una pedrada en la cabeza cuando iba tomar una fotografía de policías golpeando a un adulto mayor que pasaba por el lugar. Un agente lo golpeó por la espalda con su escudo.
Aclaró que de inmediato le dijo que era reportero, y el uniformado se contuvo por un segundo, que no sirvió de nada porque detrás suyo avanzaba otro grupo de policías del estado que en avalancha lo encerraron en media luna contra una pared.
Ahí, junto al puente que atraviesa el encauzamiento del río Huacapa, entre el edificio del PRI y el Congreso local, lo patearon sin importar que insistiera en que su trabajo es informar, y pese a que los fotógrafos Sebastián Luna, del diario Vértice, y Anwar Delgado, de El Universal, les advirtieron a los policías a gritos que el compañero es periodista.
Como pudieron, los reporteros gráficos se metieron entre los policías que rodeaban a Navarrete, pero fueron sacados a golpes y empellones, porque el reportero de El Sur era el centro de la agresión.
Luego, a un metro de distancia -como consta en una fotografía-, un policía le lanzó una piedra al rostro, que golpeó contra su ceja derecha, porque el reportero bajó la cabeza, y cayó al suelo, y en el piso continuaron las patadas, hasta que Anwar Delgado lo sacó a rastras del cuello de su playera.
Carlos Navarrete detalló que al caer, sintió el calor de la sangre en su mano, que se desbordó por el suelo, y ya fuera del alcance de los policías, los curiosos le ofrecieron agua para lavarse mientras esperó a la ambulancia que lo llevaría a la Cruz Roja.
El joven reportero denunció que antes de ser agredido, los policías del estado amenazaron con golpear a un grupo de reporteros después de que los maestros salieron del PRI estatal y arremetieron a palos contra una camioneta de la Policía Federal.
Añadió que los policías siguieron tras los maestros que se retiraban y cerca del Congreso se confrontaron a pedradass; la ma-yoría de los reporteros se refugió en la agencia de autos Chrysler, donde un fotógrafo de La Jornada recibió una pedrada en la frente.
Navarrete indicó que salió de la agencia porque no aguantó el ardor de ojos que le provocó la explosión cercana de gases lacrimógenos, y corrió del otro lado de la calle, junto al puente, donde había decenas de curiosos y parecía seguro.
En ese lugar escuchó que señalaron a personas golpeadas por los policías, que no eran profesores, y se interesó por una cabeza con cabello cano agredida, y preparaba su teléfono celular para tomar una fotografía cuando fue atacado por los policías.
Recordó que caminó del puente al Tecnológico, por el encauzamiento del río Huacapa, porque la ambulancia tenía prohibido acercase más a la protesta, y luego de recibir atención médica presentó una queja ante la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), que se integró en el expediente V6/238/2014-I.

Atacó la policía del estado a unos diez reporteros que cubrían la protesta de maestros

*Entre los golpeados, los corresponsales de Reforma, El Universal, El Financiero y Milenio

Una decena de reporteros que cubrieron la agresión de policías antimotines a integrantes de la CETEG, después de que éstos arremetieron contra la sede estatal del PRI, sufrieron agresiones por parte de los uniformados.
Otros más resultaron heridos en el intercambio de pedradas que duró casi hora y media.
Los uniformados, unos 200, agredieron en diferentes momentos y lugares a los reporteros y reporteros gráficos que realizaban su trabajo de estar en el lugar de los hechos para informar.
Pero algunos uniformados, sin ningún motivo o “porque los confundieron”, los agredieron físicamente como al reportero de este medio, Carlos Navarrete Romero, a quien una decena de antimotines rodearon y golpearon a patadas, con los escudos y con una pedrada en el rostro.
También el reportero gráfico del diario Reforma y La Jornada Guerrero, Jesús Eduardo Guerrero Ramírez, fue herido por una pedrada durante la refriega.
El trabajador de los medios de comunicación recibió la pedrada en la frente a la altura de la ceja, y fue auxiliado por un médico del gobierno del estado que estaba cerca del lugar, porque en ambos casos las ambulancias de protección civil no quisieron acercarse.
En el caso de Carlos Navarrete tuvo que caminar unos 200 metros para poder llegar hasta la ambulancia, mientras que Guerrero, con una herida más profunda y gran pérdida de sangre se vio obligado a trasladarse en una Urvan de transporte público para acudir a la Cruz Roja.
También fueron agredidos otros foto reporteros por parte de los uniformados, como Sebastián Luna, del diario Vértice, y Anwar Delgado Peralta, El Universal, cuando trataron de defender a nuestro compañero Navarrete.
Los policías estatales agredieron verbalmente y amenazaron a la mayoría de los reporteros que cubrían la refriega con los manifestantes.
“Quítense o también a ustedes les toca”, “órale, a la chingada, para allá”, decían, a otros les pidieron de manera prepotente que se identificaran o amenazaban con golpearlos.
Otros de los reporteros lastimados fueron Rosario García, de El Financiero; José Antonio Belmont, de Milenio, y Alejandro Cardona, técnico de Milenio. (Rosalba Ramírez García /  Chilpancingo).

Seguridad para sus militantes y protección a sus instalaciones, pide el PRI al gobierno

Alina Navarrete Fernández / Carmen González Benicio

Chilpancingo / Tlapa

El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI reprobó la agresión a “nuestros compañeros priistas” en Chilpancingo y afirmó que “el asalto vandálico” a las instalaciones es más que un atentado al partido, una agresión a la sociedad guerrerense que no debe de quedar impune.
Mientras que el presidente estatal del PRI, Cuauhtémoc Salgado Romero, exhortó a los manifestantes a deponer su actitud y dejar de lado la intransigencia y sinrazón, así como a buscar “el diálogo y la negociación para acabar con esta violencia que sólo atrasa más los viejos rezagos que tiene el estado de Guerrero y que afectan la llegada del turismo, nuestra principal fuerza de captación económica”.
El secretario de Finanzas del partido en el estado, Alfonso Manjarrez Gómez, informó que hubo “pérdida total” en la sede del PRI, y que a pesar de que el partido tomó medidas preventivas para evitar afectaciones en el edificio, éste y el Instituto de Capacitación y Desarrollo, ubicado dentro de las instalaciones, fueron dañados por integrantes de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG).
En un boletín de prensa titulado Actos vandálicos contra el PRI agreden a la sociedad guerrerense, el CEN del PRI pidió al gobierno estatal garantías de seguridad para sus militantes.
“El PRI rechaza la violencia y reprueba la agresión de que fueron objeto nuestros compañeros priistas en Chilpancingo, en el estado de Guerrero. El asalto vandálico de que fueron objeto nuestras instalaciones es mucho más que un atentado en contra de este partido político, una agresión a la sociedad guerrerense, y representa una amenaza para las personas que no debe repetirse ni quedar impune. Nadie puede pretender exigir derechos, por vías contrarias a la ley”, dijo.
Afirmó que “el ataque orquestado se debe detener. Pedimos enérgicamente al gobierno del estado seguridad para nuestros compañeros y la protección de nuestras instalaciones pero sobre todo, el restablecimiento del orden legal y de la seguridad de los guerrerenses”.
“El PRI reitera su firme decisión de combatir la violencia con la política, y hacer todo lo que esté a su alcance por la seguridad, la justicia y la paz, para alcanzar la prosperidad para todos”, indicó el comunicado.
Por su parte, el presidente estatal del PRI, Cuauhtémoc Salgado Romero, informó que ayer en las oficinas había de “60 a 80 trabajadores” pero que tres de ellos fueron detenidos y “se negoció su libertad” luego que entregaron las llaves de las oficinas porque quienes quemaron las oficinas exigieron la sede del partido.
“Logramos proteger el partido, en este tipo de situaciones lo importante es anteponer y salvar la vida de los colaboradores; destruyeron muebles, quemaron oficinas, quedó reducido a cenizas”, dijo.
Por separado el secretario de Finanzas, Alfonso Manjarrez Gómez, contó que ayer los trabajadores se encontraban en las oficinas de las áreas de Organización, Elecciones, Finanzas, Presidencia y la Secretaría de Juventud.
Indicó que como parte de las medidas preventivas que se tomaron, luego del incendio en abril del 2013 que efectuaron la CETEG y el Movimiento Popular Guerrerense (MPG), únicamente acudieron a las oficinas los trabajadores que necesitaban hacer uso de las mismas, además de que estratégicamente, se colocó un elemento de seguridad frente al restaurante El Señorial para que notificara en caso de que manifestantes se dirigieran al edificio.
Sin embargo, cuando se les notificó la llegada de la CETEG cerca de las 11 de la mañana, “nos tomaron por sorpresa”, debido a que los manifestantes llegaron a las oficinas de tres puntos diferentes, uno subió por el puente frente al Señorial, otro provenía desde la Normal Centenaria y uno más llegó desde un callejón cercano a la tienda de autoservicio Oxxo, que colinda con la sede del PRI.
Relató que los trabajadores del PRI pudieron desalojar a tiempo las instalaciones y rescataron el material que pudieron de las oficinas. Dos empleados, una secretaria de Finanzas y el encargado de las llaves, fueron interceptados por los cetegistas, quienes amenazaron a los mismos para poder apoderarse de las llaves, lo cual consiguieron tras una confrontación en la cual resultó herido por jaloneos un trabajador identificado como Calixto.
Aunque no precisó la estimación de los daños, dijo que toda la estructura del edificio fue dañada durante el incendio, los cristales fueron apedreados y parte del inmueble que recién habían recibido también se catalogó como pérdida total. Del área de Finanzas se perdieron pólizas y documentos internos del PRI.
También los cristales del Instituto de Capacitación y Desarrollo fueron apedreados, aunque el edificio no fue incendiado.

En Tlapa el PRI presentará una denuncia de hechos

En Tlapa el presidente del Comité Ejecutivo Municipal del PRI, Noé Abundis, informó que presentarán un acta de hechos luego de los destrozos y quema de documentos y muebles de oficina en contra de quienes resulten responsables.
Por la tarde el dirigente municipal platicó con militantes en la sede del PRI donde había documentos tirados, credenciales, paredes de tablaroca abiertas y un fuerte olor a humo por las cosas que fueron quemadas pasado el mediodía de este martes. La casa no fue afectada por el incendio.
El dirigente municipal dijo que el acta que se va levantar en el Ministerio Público es para efectos administrativos porque los bienes quemados y la documentación destrozada forma parte del inventario del PRI estatal y pues se debe explicar porqué su “baja”.
Lamentó que la situación que se vive en el estado y el municipio sea álgida, por lo que pidió a las autoridades competentes y a los grupos se sienten a dialogar para alcanzar acuerdos.
Dijo que espera que haya pronto armonía y paz, ya que ahora hay hechos que afectan de manera patrimonial por lo que espera que se resuelva pronto el asunto principal que es que aparezcan con vida los 43 normalistas, “como padre que soy lamento la situación de los familiares de los jóvenes, porque nadie quiere pasar por eso”.

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