Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Ricardo Castillo Díaz

MAREA ALTA  

 Inesperada derrota de los chavarristas en el Consejo del PRD

La inesperada derrota de los chavarristas en la sesión del Consejo Estatal del PRD del domingo pasado, se consumó luego de que los zeferinistas –con el apoyo de un pequeño grupo de felixistas– alcanzaron a sumar entre 80 y 90 consejeros de un total de 150.

Con esta alianza, los perredistas que simpatizan con Zeferino Torreblanca Galindo y algunos de los consejeros que eran leales a Félix Salgado Macedonio pero que ya apoyan al ex alcalde de Acapulco, lograron incluir en la convocatoria para la selección del candidato del PRD a gobernador, el agregado que permitirá considerar una encuesta.

Los chavarristas, que tradicionalmente ganan con sus planchas casi todos los acuerdos en el Consejo Estatal perredista, confiaban en que la sesión del domingo no sería la excepción, y sólo tenían previsto dos escenarios posibles, los dos de triunfo: el ideal era aprobar una convocatoria que sólo considerara la elección del candidato en urnas, o en el peor de los casos, aceptar la que además del plebiscito electivo incluyera el acuerdo político. Pero nunca estuvo en el panorama la inclusión de la encuesta. “No esperaban su Waterloo”, celebran ahora los zeferinistas.

Después de un debate –apenas “un escarceo” a diferencia de lo que se esperaba, cuentan consejeros asistentes– fue aprobada la adición de un texto en el cual se asume el acuerdo firmado el pasado día 9 en la ciudad de México por el Comité Ejecutivo Nacional y el Comité Ejecutivo Estatal perredistas, de ordenar una encuesta indicativa “no vinculatoria” ni obligatoria, pero que sirva para tomar la decisión de una posible candidatura de unidad.

De acuerdo con el presidente del Consejo Estatal perredista, Adolfo Plancarte Jiménez, hubo un registro de “poco más de 150” consejeros, ya incluidos los alcaldes que rindieron protesta como integrantes de este órgano interno, antes de la votación de la convocatoria.

Consultado al respecto, Plancarte explicó que aunque sí alcanzaron a levantar las manos con sus votos los que estuvieron a favor de la adición de la encuesta, no hubo cómputo de la votación porque, aceptó, fue “una mayoría evidente”. Así, no fue necesario pedirle que votaran a los que estaban en contra.

De simpatía chavarrista, el presidente del Consejo Estatal del PRD, agregó: “Claro, también era un buen número la gente que estaba en contra, pero al final de cuentas prevaleció la idea de incluir las dos posiciones, la de la elección y la encuesta. Se trataba de meter las dos”.

Con este antecedente de una nueva correlación de fuerzas, el Consejo perredista aprobó incluir en la convocatoria llamar a una próxima sesión “a más tardar el 31 de julio”, antes de la fecha prevista para el plebiscito que sería el 15 de agosto, y el temario correspondiente a ese nuevo encuentro de consejeros “será decidido por el Comité Ejecutivo Estatal y el Nacional”.

El debate

El hecho de que en la sesión del Consejo la propuesta haya sido presentada por el felixista y diputado local, Ramiro Alonso de Jesús, fue parte “de la estrategia”, aseguran consejeros que simpatizan con la candidatura de Torreblanca.

Echada a andar la estrategia, fueron zeferinistas los que defendieron la propuesta de Ramiro Alonso. Así, se enlistaron para el debate el ex diputado local y dirigente de Los Chuchos de Nueva Izquierda, Sebastián de la Rosa Peláez, y la diputada federal Rosario Herrera Asencio. Por el lado de los chavarristas habló en contra de la adición de la encuesta la secretaria de Desarrollo Social, Rossana Mora Patiño, y el secretario de Organización del CEE, Guillermo Sánchez Nava.

Cuentan chavarristas que Rossana Mora “hizo una brillante defensa” de que prevaleciera sólo la elección en urnas, al tomar la palabra como oradora en contra de la encuesta. Con los estatutos en mano, la funcionaria lopezrosista insistió en que la encuesta no sería el método ortodoxo de selección del candidato y argumentó que de aprobarse el agregado, habría motivos suficientes para que la candidatura perredista fuera impugnada en el Consejo Estatal Electoral y en los tribunales electorales.

Por su parte, Sebastián de la Rosa respondió que el estatuto también habla de consenso y de acuerdos políticos. En favor de la encuesta, dijo que ésta sólo sería un método que permitirá conocer cuál es la actual tendencia electoral del PRD, y las demandas ciudadanas, además de medir la posición de los precandidatos. “Sólo será una herramienta para sentarse a platicar”, habría dicho.

Guillermo Sánchez Nava, en contra de la encuesta, dijo que los consejeros tenían la obligación de defender los estatutos para no estar por encima de estos, y defender la institucionalidad.

La diputada federal Rosario Herrera, al hablar a favor por el bloque zeferinista, respondió a lo dicho por Rossana Mora, y dijo que no debía preocupar al PRD una posible anulación del proceso, ya que la encuesta no sería un método dispuesto por la convocatoria.

Además recordó que en los pasados procesos de selección de candidatos a alcaldes y a diputados federales, éstos fueron designados mediante encuestas. Para entonces, el alcalde de Acapulco Alberto López Rosas ya se encontraba en la sesión, a la que se incorporó varias horas después del comienzo.

Después de las dos intervenciones a favor y las dos en contra, Rossana Mora quiso regresar para volver a intervenir. Pero la asamblea gritó que ya estaba suficientemente discutido el tema.

Otro que quiso hablar, según las versiones, fue el chavarrista coordinador de los diputados locales David Jiménez Rumbo, a quien tampoco le fue permitida su intervención. Antes, Jiménez Rumbo “entraba y salía” del lugar donde se desarrollaba el Consejo, dicen quienes lo vieron. Igual lo observaron hablar “todo el tiempo” por el celular, por donde “hacía y recibía” llamadas, al igual que su compañera diputada Adela Román, con quien compartía muecas, claves con señas y comentarios.

La ex diputada Victoria Peñaloza fue quien recordó a Adolfo Plancarte como presidente del Consejo, que el mecanismo del debate sólo considera a dos oradores a favor y a dos en contra, por lo cual el tema estaba agotado.

Hubo gritos de los dos bandos: zeferinistas que pedían someterlo a votación y chavarristas que alegaban que sería una convocatoria ilegal.

No fue el mejor día para Rossana Mora, quien para entonces no disimulaba su molestia porque no le permitieron volver a leer el Estatuto.

468 ad