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Demasiado tranquilo para ser puente, se quejan prestadores de servicios en la bahía de Acapulco

*Responsabilizan al gobierno y a los “enmascarados” que bloquean las vías de comunicación por la falta de afluencia de turistas

Mariana Labastida

“Demasiado tranquilo para ser puente”, calificó un prestador de servicios acuático el ambiente en una de las playas de la Bahía de Santa Lucía, donde el mayor número de bañistas se observó en playa Papagayo, que tenía menos de la mitad de las sombrillas y toldos rentados.
“Nos quieren matar de hambre los ayotzinapos con sus protestas”, dijo Arturo Álvarez de playa El Morro quien se dedica a rentar sombrillas y sillas, solamente cuatro fueron ocupadas el sábado. Responsabilizó a los normalistas de Ayotzinapa por la falta de turistas.
Don Viterbo es prestador de servicios acuáticos. El paracaídas se quedó listo extendido en la playa para ser usado, a las 3 de la tarde ninguno de los visitantes lo rentó. Tampoco el paseo en banana.“Está demasiado tranquilo para ser puente”, dijo. Pidió al gobierno que intervenga para que no se siga afectando a los trabajadores que viven del turismo, “Si quieren nosotros los detenemos nada más que nos digan”, ofreció.
Arturo Álvarez estaba junto a él, también pidió a las autoridades que intervengan las protestas y los bloqueos carreteros. “nada más nos estamos viendo las caras nosotros desde los fines de semana pasados, no esperábamos que vinieran turistas, queríamos que vinieran”, enfatizó.
En playa El Morro solamente se venían unas cuantas sombrillas en la playa, ni vendedores ambulantes pasaban por esa zona, y no había bañistas dentro del mar, ni música ni bullicio. En playa Papagayo la situación no era tan diferente, aunque había más gente, la mayoría de las sillas y sombrillas estaban vacías, a lo lejos se escuchaba la música de un grupo dentro de un restaurante y del otro lado una canción sonaba en el sonido de una familia que estaba instalada casi en la orilla del mar. “No hay ventas, los que están trajeron su comida”, dijo una vendedora de quesadillas que manifestó que era la tercera vez que recorría la playa ofreciendo su producto sin vender nada.
Los vendedores informales ofrecían pulpa de tamarindo, recuerdos de Acapulco, trajes de baño, salvavidas sin tener mucho éxito con los visitantes.
Del restaurante La Unión de Playa Papagayo, Sirino Cerrano Ávila, dijo que les fue mal. “Noviembre es un mes malo pero no como hoy”, lamentó. Responsabilizó a “Abarca (José Luis, ex presidente municipal de Iguala,) y los enmascarados” de las protestas de que no llegó turismo, además del bloqueo que hubo en la carretera México-Cuernavala en Tres Marías por el secuestro de un taxista. “Nos hablaron clientes para decirnos que venían para acá, pero que por el bloqueo mejor se quedaron”.
“No nos están matando, ya nos mataron”, dijo Sirino, quien pidió a las autoridades que se detenga a quienes causan destrozos en las protestas. “Que agarren a los enmarcarados, si se tapan la cara es porque algo tienen que ocultar, los normalistas que protesten pero las autoridades deben de analizar por qué se tapan la cara”.
En el restaurante La Unión estaba un grupo de turistas canadienses, que les dijeron a Sirino que muchos de sus paisanos estaban dudosos en venir a Acapulco como cada año lo hacen, pero que por correo les estaban asegurando que el problema no era en el puerto y que no había riesgo para animarlos a viajar.
Don Sirino pidió a las autoridades prórrogas para el pago de los impuestos, también de servicios como agua y luz porque “no hay de dónde. No es que no queramos pagar, es que no tenemos nada”.
En playa Tamarindos sólo había rentadas 3 de las 40 sombrillas que regularmente se colocan, aunque ayer sábado solamente había 10, el operador de la Promotora y Administradora de Playa, Javier Velázquez, dijo que la mayoría de los bañistas eran locales, “no hay gente de afuera, unas cuantas excursiones, muy contadas”. Los grupos estaban en los toldos, que tampoco estaban en su totalidad ocupados.
En playa Papagayo, José Mateo Ríos estaba sentado debajo de un sombrilla tratando de encontrar clientes, tomaba un descanso después de recorrer la playa, a él no le fue bien, no había logrado convencer a nadie de comprarle un paseo en la banana o en moto acuática. Otros compañeros de él sí lograron vender paseos en banana, pero no como esperan, “es mínimo, no hay nada estamos aquí viendo nada más”, dijo don José.

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