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Jaime Salazar Adame

Gildardo Magaña

Durante la álgida etapa armada de la Revolución Mexicana, a medida que el movimiento zapatista cobró fuerza, aumentó el número de sus adeptos intelectuales. En sus primeras fases el más prominente e influyente de ellos, y durante algún tiempo el ideólogo del zapatismo, fue Otilio Montaño, un maestro de escuela de Villa de Ayala. Más tarde se integraron revolucionarios de ideas radicales, como Gildardo Magaña, hijo de un rico comerciante y el abogado Antonio Díaz Soto y Gama, que pronto destacaría como el principal ideólogo del movimiento.

El escritor, político y precursor del agrarismo en México, Gildardo Magaña Cerda, nació el 8 de junio de 1891 en Zamora, estado de Michoacán. Sus padres fueron Conrado Magaña y Columba Cerda. Sus estudios primarios los realizó en Jacona, de su estado natal, donde fue un alumno distinguido. Más tarde se trasladó a los Estados Unidos para estudiar en Filadelfia comercio, filosofía y letras.

De regreso a México se afilió en 1909 a los grupos antirreeleccionistas que pugnaban por derrocar la dictadura pofirista. Magaña militó en uno de los grupos más entusiastas de los precursores revolucionarios, el integrado por el ingeniero Camilo Arriaga, Francisco J. Mújica, Vasconcelos, Maciel y otros no menos distinguidos revolucionarios que participaron en el llamado Complot de Tacubaya.

Gildardo Magaña asistió a las juntas que los líderes maderistas celebraron en la ciudad de San Antonio, Texas, y de regreso al país se encargó de dar amplia publicidad al Plan Político Social de la escritora revolucionaria doña Dolores Jiménez y Muro. Dicho plan contenía una amplia exposición relativa a la distribución de tierras, y es un valioso documento en la historia del agrarismo mexicano.

Con las armas en la mano combatió Magaña Cerda en la Revolución Mexicana tomando parte en múltiples batallas; agrarista de corazón, siempre apoyó la causa de los campesinos surianos y fue un gran admirador del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata.

Al ocurrir la ruptura entre Zapata y Francisco I. Madero, Magaña trató de evitar el distanciamiento entre ambos. Cuando estalló el golpe de Estado conocido en la historia como el Cuartelazo de la Ciudadela, el general Magaña Cerda, autorizado por Zapata se encargó de trabajar por la unificación de los grupos revolucionarios del norte y del sur del país.

Cuando el gobierno emanado de la Convención de Aguascalientes ocupó la capital de la República, Magaña Cerda, el honesto revolucionario que fue siempre fiel a sus convicciones, fue designado gobernador del Distrito Federal. Durante su administración expidió una ley sobre tierras ociosas y posesionó de sus parcelas a los primeros ejidatarios que hubo en el país; esa ceremonia la presidió el caudillo Emiliano Zapata.

El 10 de abril de 1919 cayó para siempre Zapata el apóstol del agrarismo al ser vilmente asesinado en la hacienda de Chinameca, Morelos. Las tropas zapatistas designaron sucesor de Zapata al general Gildardo Magaña. En 1920, al triunfo del Plan de Agua Prieta, Magaña desempeñó diversas comisiones de cierta importancia durante el régimen del general Álvaro Obregón. Fue jefe del departamento de Colonias Agrícolas Militares; se encargó de la creación de la Confederación Nacional Agraria y por lo general, estuvo siempre al frente de toda actividad relativa en materia agraria.

Durante el período presidencial del general Lázaro Cárdenas del Río, el general Gildardo Magaña fue comandante de la vigésima cuarta zona militar con sede en la ciudad de Morelia, Michoacán; años más tarde fue nombrado gobernador del territorio norte de Baja California y después, gobernador constitucional del estado de Michoacán.

Escribió el libro titulado Emiliano Zapata y el agrarismo en México. Repentinamente el 13 de diciembre de 1939, desempeñando el cargo de gobernador de su estado natal, murió el honrado revolucionario Gildardo Magaña Cerda.

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