Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

EDITORIAL

 

  Sólo hacemos nuestro trabajo  

El candidato a gobernador por el PRI, Héctor Astudillo Flores, considera que informar un aspecto sobresaliente del currículum de un nuevo consejero electoral es una descalificación del trabajo de éste.

Aunque nunca menciona a El Sur, es claro que el senador se refiere al encabezado principal de nuestra edición de ayer, en el que resaltamos que el consejero Emiliano Lozano, que apenas este miércoles tomó posesión de su cargo, fue secretario técnico de la Comisión de Gobierno del Congreso local cuando esta instancia era presidida por el entonces diputado Astudillo.

Lozano es consejero electoral porque ocupaba el segundo en la lista de suplentes del ahora magistrado del Tribunal Electoral del Estado, Jesús Villanueva Vega. Luego de que quien ocupaba el primer lugar, la oficial mayor del Congreso, Guadalupe Pavía Miller, declinó sustituir a Vega, se allanó el camino para Emiliano Lozano.

Para nadie es un secreto que, en tratándose de juegos de poder, los políticos del PRI le dan tres y las malas a los de otros partidos, incluidos el que gobierna la República, el PAN, o el que gobierna las principales ciudades de Guerrero, el PRD.

No dan paso sin huarache, como decía José Revueltas. Y así como ahora intervienen abiertamente en la designación del candidato del PRD, conocen muy bien a quienes van a ocupar cada una de las posiciones ya sea en el Tribunal Electoral del Estado o en el Consejo Estatal Electoral. No hacer esto sería un descuido increíble en políticos que piensan las 25 horas del día en cómo mantenerse en el poder.

En esta lógica, desde que fue nombrado suplente Emiliano Lozano, los promotores de su candidatura sabían quién era y conocían su currículum. De modo que era natural que, ahora que tomase posesión del cargo de consejero electoral hubiese alguien –en este caso fue El Sur– que destacase que fue empleado de primera línea de uno de los candidatos a gobernador, en este caso el del PRI.

Nuestro reportero Ezequiel Flores preguntó a varios del Congreso local –incluidos algunos diputados que alcanzaron cargos prominentes allí– y todos confirmaron que Emiliano Lozano fue secretario técnico de la Comisión de Gobierno de la 56 Legislatura con Astudillo. Y ayer mismo consiguió la ficha técnica, para despejar toda duda al respecto.

Lamentamos no coincidir con el senador cuando dice que a Lozano ni lo conoce, como si hubiese ocupado algún cargo ubicado en el organigrama muy lejos de él, cuando fue nada menos que el encargado de organizar todas las reuniones de la Comisión de Gobierno, de dar trámite a la agenda. ¿Por órdenes directas de quién? Pues del presidente del Congreso.

Astudillo dice que no le parece “que sea la ruta andar investigando en qué instituciones trabajaron para descalificarlos”. El reportero sólo cumplió su trabajo, que es preguntar. ¿Y este nuevo consejero, de dónde viene? De este modo queremos servir a nuestros lectores. Es nuestra obligación, además.

Luego, elevando ya el nivel, el senador llega a acusaciones serias. “Son investigaciones dolosas y tienen el propósito de confundir y crear un ambiente complicado que no me parece que nos vaya a ayudar a los guerrerenses en la elección”.

Nosotros sólo escribimos una verdad. Si el senador no sabía –suponemos sin conceder– que un antiguo empleado suyo sería nombrado consejero electoral, no por eso puede responsabilizarnos a nosotros de las consecuencias políticas de ese hecho.

Pero es casi imposible que no lo supiera. Y eso sí descalifica el trabajo del consejero Emiliano Lozano. No que hayamos informado aquí un aspecto elevante de su trayectoria profesional.

En cualquier mínima democracia, un consejero así impugnado debiera renunciar. No somos para nada optimistas que ese vaya a ser el caso en Guerrero, donde la partidocracia se reparte los cargos de instituciones que debieran estar libres de toda sospecha de parcialidad partidista.

468 ad