Presentarán una treintena de obras en festival de videoarte

 El Fuerte de San Diego, sede de La mar de videos

 Jorge Blancas

“Ahora le toca a Acapulco gozar, sentir y hacer el videoarte, ya hicieron lo propio las grandes metrópolis mexicanas con sus respectivos festivales, pero hoy, como una de las diez ciudades más grandes de la república, el puerto está en todo su derecho de impulsar y promover esta expresión artística”, así informó José Dimayuga, director de Cultura del municipio de Acapulco, para referirse a al festival de videoarte La mar de videos que se hará aquí del 3 al 5 de junio.

Videastas como Arturo Castelán, director general del Festival de video Mix Supernova de la Cineteca Nacional, así como Fabián Castro, Amaranta Sánchez, Eusebio Bañuelos y Manolo Arriola, estarán en el puerto del 3 al 5 de junio a partir de las 19 horas, en el Fuerte de San Diego mostrando sus trabajos y dando conferencias magistrales sobre la técnica del videoarte.

Se piensa internacionalizar el festival: José Dimayuga

“El objetivo de hacer la muestra de videoarte es simple, que los artistas visuales de Acapulco se involucren en las nuevas formas de hacer arte, y en esta ocasión se hará con el video, el cual es una herramienta que está a la alcance de todos, y lo mejor, al alcance de la mano. Pero hablando institucionalmente creo que es uno congruente con el programa municipal de cultura, el cual dice que hay que crear las condiciones aptas para desarrollar nuevas expresiones artísticas, dijo José Dimayuga.

–¿Será idóneo pensar en este momento en que se realice un segundo festival de video?

–Claro que sí, realizaremos el segundo festival de video en el 2005, y hasta que yo encabece la Dirección de Cultura. Yo quisiera que fuera nacional y más adelante, hasta internacional. Esto es sólo apenas los pininos de un proyecto muy ambicioso. Y ojalá que la administración que sigue le de seguimiento.

Por su parte Víctor Jaramillo, autor intelectual del proyecto y un reconocido videasta, diserta en el programa de mano “A pesar de la omnipresencia y de su actualidad seductora y aterradora en casi todos los espacios de nuestra vida –desde los registros del hogar hasta el simulacro de la tribuna política–, el video, mejor dicho el videoarte, es una materia a la que todavía no tiene acceso al gran público”.

Sobre las diferencias entre el cine y el video sostiene que “definitivamente, el video es otro género, que aunque tiene que ver con el cine, es totalmente independiente. De hecho es otro discurso el que se trata con el video, busca otras cosas y las transmite en distintas formas”.

–¿Cuáles son sus garantías de que la muestra La mar de videos va a funcionar?

–Tenemos esa garantía y la sustentamos en que a finales de febrero hicimos un taller de videoarte, y la verdad hubo mucho interés de los jóvenes de Acapulco y ahí nació la inquietud de hacer una muestra de video, aunque sea a nivel municipal.

–¿Cuál es el valor artístico que tiene La mar de videos?

–Es una muestra pequeña, pero aún así nos podemos atrever a decir que el valor artístico de esta muestra es saber hacia dónde se dispara el arte en la actualidad y en específico en esta disciplina.

–Aquí es donde requiero de toda tu sinceridad, realmente ¿hay personas que sí les interesa el videoarte?

–Hay bastante gente que le gusta y que procura cada vez más acercarse a la cultura. Y los números hablan por sí solos, pues tuvimos más de 35 porteños que se inscribieron al taller de video, sin embargo, yo puse la condición de que el grupo no debía superar los 22 alumnos, no hubo deserciones y todos al final del curso entregaron un buen trabajo.

–¿Sí hay talento?

–El trabajo acapulqueño fue muy bueno, videos que no le pedían nada a los profesionales

Carolina Esparragoza, videasta que busca y enfatiza

Carolina Esparragoza, una de las invitadas por la Dirección de Cultura para formar parte de la muestra y además fungir como jurado en el Primer Concurso de Videoarte, habló sobre su trabajo, el cual le ha valido el reconocimiento internacional al exponer su trabajo artístico en plazas importantes de ciudades como París y la ciudad de México.

Esparragoza trajo a Acapulco una videoinstalación que “es arte objeto, es sólo una pieza y pertenece a un proyecto en el cual miro la televisión como un objeto, trato de hacer una búsqueda y enfatizo”, dijo la artista defeña.