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Hay que resistir para que la tragedia de Ayotzinapa no sea banalizada, dice dramaturgo libanés

Érika P. Bucio / Agencia Reforma

Ciudad de México

El dramaturgo Wajdi Mouawad lleva tres semanas leyendo sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Estaba en Líbano cuando se enteró.
“Y por supuesto es algo que de entrada me horroriza”, dijo el autor de Incendios en conferencia de prensa en la Casa de Francia.
Ayotzinapa vino a remover en él cuestiones que ha estado trabajando. Piensa en los jóvenes, que a los 20 años, la edad en que los héroes griegos lograron sus hazañas, no se sienten listos para trabajar o viajar. Cada vez que lo escucha le deja la sensación de alguien tragado por un animal, por la bestia. Una convicción que se repite en los países occidentales. Como si hubiéramos logrado, dijo, apagar la juventud.
“Tengo el sentimiento de que cada época ha intentado una manera de asesinar a sus jóvenes. En la Primera Guerra Mundial la edad promedio de los soldados muertos era de 23 años. Hoy en día la manera de matar es decir no estás en edad de tener hijos, de viajar, la única manera de vivir es estudiar. Me indigna mucho pero no sé contra quien indignarme. Siento que hay una estafa económica y política”, agregó Mouawad en su primera visita a México.
Sin pronunciar un discurso político, Mouawad dijo que hay que resistir para que la tragedia no sea banalizada.
Lo dice un director de escena y dramaturgo que creció en el exilio primero en Francia y luego en Quebec por la guerra civil en Líbano y que encontró en la tragedia griega el sentido para su teatro.
“El arte llama al arte. La guerra provoca miserias”, aseguró.
Este miércoles participa en la Cátedra Ingmar Bergman en cine y teatro en el auditorio del MUAC en un diálogo con Karina Gidi y Diego Rabasa antes de presentarse el sábado 22 y domingo 23 con el monólogo Seuls, que actúa y dirige en el Teatro de la Ciudad.
Un espectáculo que concibió mientras veía en una sala del Museo del Ermitage, en San Petersburgo, dos cuadros de Rembrandt: El sacrificio de Isaac y El regreso del hijo pródigo.

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