Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Rogelio Ortega Martínez

El PRD y su unidad necesaria

 A Juan Angulo. Por los

11 años de El Sur. Por su

derecho a decir lo que piensa.

 He acompañado a Zeferino Torreblanca durante las tres últimas semanas, en su gira de proselitismo político visitando ciudades y comunidades de por lo menos veinte municipios de Guerrero. En todos ha realizado reuniones con perredistas, ciudadanas y ciudadanos sin partido y militantes y simpatizantes de otros partidos políticos. Todos los perredistas que se reúnen con Zeferino expresan una misma esperanza llena de optimismo: el triunfo en las elecciones del primer domingo de febrero de 2005; una gran preocupación: la selección del candidato; y un clamor, también lleno de esperanza: la unidad del perredismo en torno a un candidato. “No nos dividan”, dicen unos. “Elijan al que tiene más apoyos”. “Pónganse de acuerdo, ya cada quien sabe lo que tiene y lo que tienen los otros”. Si los perredistas ponen por delante la esperanza en el triunfo y el clamor de la unidad podrán allanar el camino hacia su objetivo: gobernar Guerrero. Si el PRD gana Guerrero, abonará su posicionamiento hacia las elecciones presidenciales de 2006, es decir gana por partida doble.

El discurso de Zeferino en cuanto a contenidos no varía donde quiera que se expresa, en público y en privado, cambia sólo en la forma: es dicharachero en las reuniones con mujeres y hombres de la Tierra Caliente; coloquial en asambleas con las gentes de la zona norte y centro; jocoso en la Costa Grande y la Costa Chica; humilde y afable con las mujeres y hombres de las comunidades indígenas; respetuoso y sencillo con todas y todos.

Su discurso es directo y se basa fundamentalmente en cuatro grandes ideas: 1) Hace alusión permanentemente y de forma reiterada a los grandes rezagos sociales que existen en toda la geografía del estado, pero especialmente en el medio rural. Enuncia las demandas más sentidas y sus posibles soluciones: la baja producción y la caída de los precios de los productos del campo; la necesaria diversificación de la producción –“no aperrarnos a sembrar sólo maíz”, le dice a un campesino calentano interactuando con él–; experimentar con otros cultivos más competitivos en el mercado, sin abandonar la siembra del maíz que da identidad además del sustento cotidiano; la preocupación de la degradación de la tierra por tanto fertilizante químico y la posibilidad del uso de abonos orgánicos; la contaminación de los ríos y arroyos; el problema de los caminos y carreteras; de los servicios públicos; de la salud; de la educación; del ejercicio de un buen gobierno que planifica con base en prioridades, que administra con transparencia y equidad, que no se roba el dinero del pueblo, que combate la corrupción, que grava a los que más tienen para hacer más por el bien de todos, pero en especial por el bien de los que menos tienen; un gobierno que se comprometa firmemente con el desarrollo de las comunidades y pueblos indios incorporando el progreso y la modernidad, preservando dignamente sus identidades y fortaleciendo sus tradiciones culturales; un gobierno que construye para el presente pensando sobretodo en el futuro; un gobierno de izquierda moderna, democrática, incluyente, plural eficiente y eficaz; un gobierno que haga realidad los principios del PRD. 2) Habla de la magnitud del desafío de gobernar una entidad como Guerrero, henchida de problemas y desigualdades sociales. Explica con vehemencia la necesidad de ganar credibilidad y confianza, a través de la gobernabilidad, la gobernanza y la plena vigencia del Estado de derecho. “Para crear nuevos empleos necesitamos nuevos empleadores, la confianza de empresarios locales, nacionales y extranjeros para invertir en Guerrero y contar con nuevas fuentes de trabajo preservando y ampliando las que ya existen con prestaciones sociales y salarios dignos”. Luego, convoca a sumar voluntades y esfuerzos para trabajar para todas y todos los guerrerenses, “sin sectarismos partidistas; no vamos a gobernar sólo para el PRD –advierte con énfasis y le gusta a sus interlocutores– vamos a gobernar con el PRD y con las mejores mujeres y hombres de Guerrero, para todas y todos los guerrerenses”. 3) Inicia siempre sus discursos diciendo: “No he venido aquí a hablar en contra de mis compañeros precandidatos, no soy de los que hacen proselitismo político a partir de los defectos de los demás; mal haría al hablar mal de Félix Salgado, del senador Chavarría o del arquitecto Pérez Palacios y después ir a pedirles que me apoyen, con qué cara se puede pedir la unidad hablando en contra de los propios compañeros; para ellos mi reconocimiento, felicitación y sincera amistad”. 4) Habla así de su relación con el PRD: “Yo me acerqué al PRD cuando eran tiempos de ‘vacas flacas’; cuando mis amigos empresarios me criticaban y el ex gobernador Ruiz Massieu me decía ‘comunista de derecha’; cuando el PRD era perseguido y estigmatizado como ‘el partido de la violencia y la sangre’; cuando el PRD sacaba cinco mil votos en el municipio de Acapulco. Desde entonces quise mantener una relación de amor libre con el PRD. Yo no soy perredista de credencial, no soy perredista de camiseta, soy perredista de corazón, soy perredista porque creo en los principios del PRD. Cuando el PRD me postuló a diputado como candidato independiente, mantuve mi independencia, mantuve mi amor libre con el PRD; el PRD me postuló en tres ocasiones a la presidencia municipal de Acapulco y la ganamos y le entregamos buenas cuentas al PRD, tanto en la gestión gubernamental como en los resultados electorales, ganamos nuevamente la presidencia, ganamos todos los distritos de las diputaciones locales y los dos distritos de las diputaciones federales. Hace seis años participábamos siete precandidatos a la gubernatura de Guerrero por el PRD: Félix Salgado, Jaime Castrejón, Ángel Pérez Palacios, María de la Luz Núñez, Pablo Sandoval, Xavier Olea Muñoz y Zeferino Torreblaca; el presidente nacional del PRD era Andrés Manuel López Obrador, nos convocó a los aspirantes y mandó a realizar una encuesta en la que aparecía Félix a la cabeza, Zeferino en segundo lugar y el doctor Jaime Castrejón en tercer lugar; luego de un tiempo perentorio, López Obrador realizó una segunda encuesta en la que Félix se mantenía en el primer lugar, el doctor Castrejón en segundo y Zeferino se había colocado en tercer lugar, ¿qué hizo Zeferino?, retirarse de la contienda llamando a la unidad del perredismo, decliné a favor de la unidad y al determinar el PRD la candidatura de Félix me convertí en el coordinador de su campaña en Acapulco y ganamos la elección en el puerto. Percibo en el ánimo del perredismo, de la gente sin partido y en dirigentes, militantes y simpatizantes de otros institutos políticos la disposición de ir juntos con el PRD a ganar la elección del 6 de febrero de 2005, para que Guerrero sea mejor. Sé que Zeferino gana la gubernatura de Guerrero con el PRD, pero no me obstino. He pedido que se realice una encuesta indicativa como método de selección del candidato del PRD, que la efectúe una empresa profesional y la vigile el CEN del PRD, y si no estoy en el primer lugar me retiro llamando a la unidad. Propongo la encuesta para no ir a una confrontación abierta que genere fisuras, distanciamientos y divisiones innecesarias”.

Encuentro en Zeferino propuesta, discurso, proyecto, fuerza partidaria y social. Encuentro en la candidatura de Zeferino la oportunidad del PRD de ganar y gobernar Guerrero, con un solo requisito: la unidad perredista. En adelante todo lo que abone la unidad favorece el triunfo, lo demás es echarle gasolina al fuego.

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