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CARTAS (Reprocha a Tenorio no conocer el trabajo de Zeferino Torreblanca)

 

Señor director:

Leí el artículo del señor Tomás Tenorio publicado este 24 de mayo y no encuentro más que adjetivos calificativos, pero ninguna evidencia para probar fehacientemente que Zeferino Torreblanca y Armando Chavarría son, en las palabras del señor Tenorio, candidatos totalmente opuestos, quienes  representan proyectos totalmente distintos.

Y es que el señor Tenorio dice que Armando Chavarría representa un proyecto social de izquierda, mientras que Zeferino representa un modelo gerencialista. A mí me parece que esta última palabra es sólo un adjetivo que pretende descalificar, porque cuando el señor Zeferino Torreblanca fue presidente municipal de Acapulco realizó gran cantidad de obras sociales principalmente en las colonias populares y en el área rural del municipio. Los hechos lo demuestran y las obras siguen ahí. Creo que esto deja claro si el señor Torreblanca tiene sensibilidad social o no, de la cual carecen los proyectos gerenciales.

También debe señalarse que en importantes aspectos sociales como las áreas de salud y seguridad pública –que forman parte de la responsabilidad compartida que los ayuntamientos tienen con el estado y la federación–, Zeferino Torreblanca dejó buenos resultados que pueden ser medidos objetivamente. Incluso en áreas que no corresponden directamente al ámbito municipal, como es el caso de la educación, fueron atendidas durante su administración remodelando espacios educativos e incrementando notablemente el número de becas que el municipio entrega a los estudiantes destacados y a los de escasos recursos. Todo esto en su conjunto habla también de vocación social.

Ahora que si por proyecto gerencial no se refiere el señor Tenorio a falta de sensibilidad social sino a buena administración pública, estamos de acuerdo, como el mismo señor Tenorio escribió, Zeferino logró una buena recaudación, lo que significa que combatió eficazmente la corrupción y llevó a cabo una buena administración, lo cual habla de un político capaz y honrado, de los cuales hay muy pocos en el México contemporáneo, que gran prestigio le dio al PRD de Guerrero —aunque el señor Tenorio se niegue a recordarlo y sólo enliste según él las faltas de Zeferino hacia el PRD—, lo que quedó probado con la victoria aplastante de López Rosas. Lo cual, si el actual alcalde de Acapulco es honesto, deberá reconocer que en mucho se debió al trabajo de su antecesor.

Por último, si el proyecto del señor Chavarría es de izquierda social de dientes para afuera o no, está por verse. En la UAG por lo menos, donde tiene mucha influencia, profesores, investigadores y estudiantes se han quejado de presiones para favorecer corporativamente a su candidatura. Esto contradice la posición de una izquierda que debe ser libertaria y humanista, a menos que se trate de una izquierda estalinista, la cual graves perjuicios le ocasionó a esta corriente política en su conjunto. El corporativismo en la UAG más que a la izquierda, nos remite a las prácticas autoritarias del PRI que de izquierda no tienen nada.

Por ello sería adecuado que al definir el perfil y el proyecto de los precandidatos sus apologistas y detractores se sustenten más en los hechos que en las descalificaciones sin fundamento que sólo denigran el nivel del debate.

 Atentamente
María Sonia López N.
Estudiante de la UPN

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